viernes, 29 de marzo de 2011
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Práctica Difícil
Conferencias budistas
Guo Ru Fashi fue uno de los primeros discípulos monásticos del difunto Maestro Chan Sheng Yen, recibiendo la transmisión del Dharma del Maestro en el 2005. Él dio la siguiente charla el 20 de junio del 2009, en la noche del primer día de un retiro de Huatou de diez días. Fue traducida simultáneamente por Guogu (Jimmy Yu) y transcrita y editada por Buffe Laffey.


Real, Concreto y Excepcional
El primer día todavía no ha terminado, pero creo que todos ustedes ya han obtenido una muestra de algo real, concreto y excepcional. Algo que quizás sea intolerable. A lo mejor desean irse porque se sienten agotados. Dudan de que si tienen lo que hace falta para continuar el retiro. Pero hay una cosa que deben comprender: la dificultad y el sufrimiento que sienten está, en realidad, fortaleciendo sus resistencias, refinando sus habilidades y estableciendo una buena base para la práctica genuina.
¿Por qué? Porque en la vida cotidiana disfrazamos el hecho de que la existencia es sufrimiento. Al encontrar dificultades, nos vamos en otra dilección, asegurándonos de que cada aspecto de nuestra vida sea cómodo y libre de preocupaciones. Dedicamos todos nuestros esfuerzos a evitar el hecho de que el sufrimiento siempre está justo ahí, a la vuelta de la esquina. Sin embargo, el Buda dijo que la primera noble verdad es la noble verdad del sufrimiento. Esta es, efectivamente, la naturaleza de la existencia aún no iluminada; las dificultades siempre van a estar allí.
Aunque quizás tengas buen mérito. Quizás seas bendecido con muchas cosas buenas en la vida y esto te haya protegido de enfrentarte a la noble verdad del sufrimiento. Pero al venir aquí al retiro, el velo se levanta.
Sólo tú puedes sacarte a ti mismo de tu estado actual. Sólo tú mismo puedes caminar este camino y avanzar en tu práctica. Esto requiere mucho. Hay dificultad, fatiga y problemas agobiadores a vencer, especialmente para con el cuerpo. No es algo habitual. Por esta razón he dicho que el día todavía no ha terminado y ustedes ya han experimentado algo excepcional.

Las Dificultades se convierten en Condiciones Favorables
Deberías saber que esta incapacidad de controlar y usar tu cuerpo y mente es bastante natural. No lo reconocemos porque no nos enfrentamos a este hecho en la vida cotidiana. Cuando nos encontramos con dificultades, nuestra primera reacción radica en generar aflicciones y quejas. Cuando llega la dificultad, pensamos que es culpa de los demás. Nos volvemos molestos y terminamos atrapados en este círculo de aflicciones sin realmente reflexionar sobre el centro del círculo. Esto es el aferramiento al “yo”.
Ahora, en el retiro, no hay lugar para esconderse. Tú mismo no puedes controlar tu propia mente, no puedes concentrarte porque te duele el cuerpo. Estás confrontándote con esta realidad, este hecho: la existencia es sufrimiento. Es duro. Es difícil. Pero puedes dar un giro a estas dificultades para empujarte hacia delante, de manera que puedas practicar aún más duro. Entonces, estas dificultades se convertirán en condiciones favorables que apoyarán tu práctica. Porque, en realidad, cuanta más dificultad experimentemos en el curso de la práctica, más fuertes seremos, más emprendedores seremos. Estas experiencias construirán una base muy sólida para el futuro. De manera que es, en realidad, algo bueno desde la perspectiva de la práctica. Siempre y cuando no des lugar a aflicciones, entonces podrás conocer tu vieja y moldeada manera de comportarte y te aferraras al método sin importar lo que encuentres. Entonces, cuanto más sigas adelante a través del sufrimiento, más fuerte serás, más estarás alineado con el Dharma.

Primeros Años de Entrenamiento con Shifu
Si piensas que esta práctica es difícil, no puede compararse con como Shifu entrenó a sus estudiantes en los primeros años. El Salón Chan que teníamos en Taiwán era menos de la mitad del tamaño de este. Haríamos retiros en medio del verano y no habría tanta preocupación sobre la ventilación como aquí. Cubríamos todas las ventanas con cortinas negras, de manera que no sólo no entraban los rayos de sol, sino que también faltaba mucho el aire. En dichas condiciones de calor y humedad, la mente está muy agitada y el cuerpo sufre de dolor. Pero no estás permitido de moverte; un movimiento y la vara de azote caerá sobre ti.
Todo el mundo tenía que sentarse como mínimo en la posición de medio loto. Y mejor, en loto completo. Cada período era de 45 minutos, y si a Shifu le apetecía, no tocaría la campana por una hora u hora y media. Eso era bastante común. Incluso antes de que cubrieras tus piernas con la toalla (tratando de salirte con la tuya con una postura más fácil) Shifu chaqueaba las piernas de todos. Después de que él chequeara tu postura, en medio loto o loto completo, solo entonces podías cubrirlas.

Entonces, en el calor del verano, solíamos hacer este tipo de retiros (en dolor espantoso, incapaces de emplear el método). No estabas permitido de moverte para secar el sudor. Al mismo tiempo, había mosquitos picándote porque estabas lleno de vapor y toda la sangre estaba muy deliciosa para ellos. Todo lo que podías hacer era rezar por el toque de la campana. Pero con tal corazón indulgente como el que Shifu tenía, muy a menudo no tocaría la campana. Nos sentaríamos allí, intolerables, incapaces de emplear el método, día tras día.

Caminando Sobre Agudas Piedrecillas Calientes
La meditación caminando también era muy difícil, porque el Salón Chan en el Instituto Chung Hwa era tan pequeño que teníamos que caminar afuera, en el cemento. No estábamos permitidos de llevar zapatos. En medio de julio, cuando el sol está radiando sobre el cemento, es como un sartén cocinando tus pies. Entonces, los pies de cada uno de nosotros se ponían rojos. Quizás los estadounidenses no lo sepan, los chinos comen patas de pato y tienen un dicho que dice que patas de pato tienen mejor sabor al freírse con aceite extremadamente caliente; toda la sangre se dirige rápidamente hacia las patas.
Así que imagina, nuestros pies estaban extremadamente calientes al estar sobre este cemento. Pero eso no es todo, porque lo que sigue a la meditación caminando lentamente es la meditación caminando rápidamente, en este cemento con pequeñas piedras agudas es como el caminar sobre clavos. Shifu nos lideraba con sus zapatos puestos, caminando muy rápido y debíamos seguirle. Al ser él tan alto, un paso suyo era equivalente a tres pasos míos. De modo que tenía que caminar rápido y en dolor espantoso. En la primera ronda, las piedrecillas se atascarían en las plantas de los pies y no podías detenerte, porque si te detenías Shifu te azotaría. De manera que los pequeños pedacitos de cemento se cavarían cada vez más profundo en las plantas de los pies. Para el final de la primera meditación caminando rápido, tus pies estarían ensangrentados y amoratados. Así era, día tras día.

Para el cuarto día, después de que el período de la meditación sentada se acabara, no me atrevía a moverme. No porque me estuviera sentando bien, sino porque si me movía una pulgada, todo el dolor volvería rápidamente. A veces tenía que moverme porque era mi única oportunidad de ir al lavabo o a relajarme. Pero tan pronto como saliera de la posición de loto, el dolor era tan espantoso que parecía que me desmayaría. No me atrevía a masajear los muslos de las piernas porque sólo el tocarlas sería doloroso.

Pero el descanso era muy corto. Yo tenía que llegar hasta el lavabo, pero la mayoría de las veces simplemente no podía ni levantarme y caminar. De manera que usualmente me arrastraría hasta el lavabo. Cuando me acercaba, las sensaciones volverían a mis piernas y ya podía levantarme y caminar hasta el lavabo. En ese entonces, nadie estaba permitido de permanecer acostado durante el día, o serías azotado. No podías sentarte en el sofá o en las sillas. De manera que las personas se apoyarían contra la pared por un corto período de tiempo. Si estabas extremadamente cansado, harías postraciones.

Los Días de Entrenamiento Más Difíciles de Mi Vida
Dicho sufrimiento no carece de utilidad, incluso para aquellas personas que tienen muy poco entendimiento de la enseñanza budista. Habría unas 10 o 20 personas en el retiro y, sin importar si hayan tenido experiencias o no, para el quinto día habían alcanzado un estado muy bueno en donde podían entrar realmente en la práctica a pesar del dolor, los moretones y el ambiente tan riguroso.

Hablando del medio ambiente, el mes de julio en Taiwán y China es el mes cuando las personas realizan ceremonias funerarias. Las ceremonias normalmente no son muy respetuosas con el medio ambiente, cuanto menos muy ruidosas en nuestro vecindario. Tienen profesionales contratados para llorar y lamentarse a través de los altavoces, y una serie de cánticos estilo ópera. Son un tipo de tradiciones folklóricas: religión popular mezclada con prácticas budistas.
Adentro hace calor y tienes que escuchar todo ese ruidoso ritual de cánticos. Es como un infierno viviente. Aquellos días fueron los días de entrenamiento más difíciles en mi vida, más memorables que cualquier otra cosa que haya experimentado, peor que el tumor en parte de atrás de mi cuello que causó la parálisis de la mitad de mi cuerpo. Tenía que emplear un palo para pegarme a mí mismo y así volver a tener sensaciones; así es cómo solía tratarme a mí mismo con esa parálisis.
Peor que cualquier cosa que haya experimentado.

Sin embargo, hacia el final del retiro, todo el mundo sería capaz de profundizar en su práctica. Sus cuerpos y mentes, todos los obstáculos kármicos, los hábitos cotidianos, todos ellos se disolverían. Lo que quedaría seria la capacidad de usar realmente bien el método. Generalmente, en aquellos días de antaño, un tercio de los practicantes tendrían alguna experiencia para final del retiro. Sabrían muy bien cómo emplear el método o tendrían algún conocimiento.

Disolviendo los Obstáculos
De manera que aquellos eran los buenos días de antaño. El punto radica en que es a través de los desafíos en la práctica que podemos construir una base muy sólida para el futuro. Mi mera presencia aquí como maestro del retiro es debido a cómo fui entrenado. Así que, aunque en ese entonces fuera extremadamente difícil, es algo a lo que estoy sumamente agradecido, la enseñanza de Shifu y su bondad en entrenar a sus discípulos.
Así pues, había básicamente un solo discípulo, yo. Tenía que ir a los retiros (aunque traté de escaparme en varias ocasiones) porque él necesitaba asistencia para todas las personas laicas presentes. De modo que no había manera de eludirlo. En ese entonces me resistía, pero la compasión de Shifu había suscitado la poca compasión que yo tenia. Así es que yo siempre terminaría haciendo el retiro con él, ayudándole y siguiendo sus pasos; aquellos días de entrenamiento fueron lo mejor.
Utilizo este relato para animar a todos ustedes. Las condiciones aquí son realmente muy favorablemente y propicias. Las dificultades que encuentran, no deberían considerarlas tan difíciles.

Recuerdo que en un verano tuvimos cuatro retiros de 7 días consecutivos. Fue extremadamente difícil, especialmente para mí a causa del tumor de mi cuello. Como dije anteriormente, la mitad de mi cuerpo estaba paralizado, no tenía sensaciones y mi circulación de la sangre era extremadamente mala. Para mí, aquellos retiros tenían un nivel extra de sufrimiento. No podía sentarme muy bien, de manera que siempre tenía mucha dificultad con la meditación sentada. Una noche sentí un dolor espantoso subiendo de mis piernas; una ola de calor, energía o “chi” generándose del “dantien” (centro de energía) inferior. Cuando pasó por mi corazón podía oír los latidos, acelerados, como una ametralladora. Sentí que me moría. Puesto que no sabía qué estaba pasando, tenía miedo a lo que iría a suceder. Luego, pensé en las palabras de Shifu, que dijo que esta bolsa de piel nuestra no tiene nada digno de ser valorado. Mejor morir mientras estamos practicando que morir mientras no lo estamos.
Shifu estaba sentado a mi lado. Yo pensaba: si yo fuera a morir, al menos él iría a cuidar de mí. Por lo menos moriría practicando. De modo que sólo dejé que sucediera. Efectivamente, cuando la energía llego a mi cabeza, oí un sonido de chasquido y el calor y el dolor llegaron a la coronilla de mi cabeza. Cuando llegó ahí, de repente, tuve una sensación en el lado derecho de mi cara. Sentí como un calor que brotaba y descendía por los dos lados de mi cuerpo, envolviéndome. En ese momento, todos canales bloqueados se abrieron y ya no sentía más dolor.

Transformado por el Estado Unificado
Desde entonces, yo era capaz de sentarme en meditación continuamente por dos o tres períodos; fíjense que estos períodos eran bastante largos. Estamos hablando de tres o cuatro horas y parecían como si fueran cinco minutos y sin mucha dificultad. No sólo durante la meditación sentada, la experiencia de la meditación caminando también cambió completamente. Antes, el terreno se sentía agitado y doloroso; después, durante la meditación caminando rápido, era como pisar el algodón. Las piedrecillas ya no estaban clavadas sino meramente atascadas en las plantas de los pies. En cuanto al sol, todavía estaba ardiendo, pero la experiencia subjetiva era como si una nube que estuviera encima de ti te protegía del calor. En dicho estado de samadhi, incluso en movimiento todas las dificultades se transforman. El cuerpo ya no está agitado; al contrario, está bastante estable y relajado. Los sonidos que uno oye, son como si las doncellas celestiales crearan una música hermosa. El cuerpo, que parecía una olorosa bolsa de carne causando impedimentos para la práctica, había sido unificado.

Antes de experimentar el estado unificado, podrías sentir un tipo de agrado en ver las montañas y bosque lejanos, pero estas escenas todavía son algo fuera de ti. Después de la experiencia del estado unificado, todas estas escenas se vuelven tan íntimas contigo mismo, incluso con una brizna de hierba o una hoja. La vida que experimentas está conectada con la vida de la hoja: dinámica, íntima, como si encontraras un amigo cercano que no has visto por miles de años. Reconociéndolo inmediatamente y volviéndose tan cercano que eres uno con esta hoja, respirando, con vida. Sin palabras o lenguaje, hay comunicación e interacción.

Todas las dificultades en la práctica son, en realidad, oportunidades para eliminar nuestros hábitos y así refinar nuestra práctica. Si podemos aguantarlo y seguir adelante, entonces podremos transformar realmente estas dificultades en condiciones favorables. Tal es la vida del practicante. Sin experimentar dificultades sería muy difícil avanzar.

¿No desearías experimentar esta vida transformada? ¿Tienes confianza de que tú también puedes experimentar esto? Para los practicantes, lo que he descrito es, en realidad, un estado de comienzo muy superficial en el largo camino de transformar el cuerpo y la mente. Sin embargo, para las personas comunes y corrientes es una pena, porque no saben cómo experimentar los misterios de la existencia, el completo potencial que reside en el cuerpo y la mente, el significado de la vida. Sólo a través de la práctica, usando los métodos y venciendo dificultades, el practicante experimentará esto.

Placer Ilusorio
Para la mayoría de las personas, la alegría de la vida proviene de satisfacer los deseos sensoriales. Estos tipos de experiencias placenteras son extremadamente superficiales; además son ilusorias. Estas personas no saben de la profundidad del cuerpo y la mente (el potencial para transformar y revelar la verdadera profundidad de una vida trascendente, purificada del deseo, alcanzando un estado de unificación y verdadera armonía).
Esto es muy lamentable, que las personas comunes y corrientes no practiquen sino al revés, son sacudidas de aquí para allá por sus propios deseos insaciables.
En cuanto a todos ustedes, por un lado pienso que debería ser duro con ustedes. Por el otro lado, siento compasión al crearles dificultades. De manera que, comenzando desde mañana, la charla del Dharma de la noche será dada en el comedor, de modo que al menos podrán sentarse en las sillas para escuchar. Quizás se sentirán un poco mejor.
En los días de antaño, cuando Shifu solía impartir las charlas del Dharma, ese solía ser el momento más feliz durante el retiro. Teníamos buen Budadharma para escuchar y disfrutar, y no teníamos que sentarnos en la postura de meditación. Por consiguiente, mañana se sentarán en el comedor para la charla del Dharma de la noche.

¿Qué es Wu?
En los primeros años, Shifu enseñó muchos tipos diferentes de Huatou: ¿Quién está arrastrando este cadáver?, ¿quién está recitando el nombre del Buda? ¿Cuál es mi rostro original antes de que mis padres me dieran a luz?, etc. A veces, podríamos sentir más afinidad con uno u otro Huatou y pensar que podemos obtener poder de este. De hecho, lo que está sucediendo realmente es que tienes una especie de asociación psicológica o apego emocional con estas preguntas críticas. Sientes gusto al emplear este u otro Huatou, pero en realidad, estás generando sutiles pensamientos divagantes y diferentes tonos emocionales. Esto no te lleva a ningún lado, porque estás envuelto en una mente discriminadora.

El mejor Huatou es aquel que no ofrece nada a lo que tu mente racional se pueda aferrar. Cuanto más simple, mejor; de manera que cuando emplees el Huatou no haya ninguna elaboración de mas. ¿Qué es Wu? (significando “no” o “nada”) es el mejor ejemplo de este tipo de Huatou. Es corto, conciso, condensado e impenetrable. Por esta razón, Shifu decidió alentar a los practicantes a usar este Huatou en particular, preguntándose ¿qué es Wu?

Pero al estar desarrollando el Huatou, después de algún tiempo cuestionándolo, podrías sentirte aburrido precisamente porque que no hay nada a lo que te puedas aferrar. O podrías sentir que ya no hay gusto. Pero es precisamente en estos momentos cuando deberías continuar desarrollando el Huatou.

Etapa 1: Recitando el Huatou
La primera etapa es recitar el Huatou. En chino la palabra “recitar” tiene la connotación de enlazar y unir juntos. Lo que esto significa en realidad no es meramente que tu boca o tu mente repitan ¿qué es Wu?, ¿qué es Wu?, ¿qué es Wu? En cambio, es un tipo de identificación, vinculando tu todo ser junto a esta frase crucial. Este es el significado de recitar el Huatou.

Por ahora, al usar el Huatou en esta primera etapa, la única cosa más importante para ti es traer continuamente a la mente esta pregunta: ¿Qué es Wu? Incluso si durante la meditación caminando el supervisor o monitor te preguntasen otras cosas, el sabor de las preguntas esencialmente es el mismo. Si puedes comprender completamente este Huatou, serás capaz de responder a sus preguntas. Así que para ti, no importa lo qué pregunten. No te dejes engañar, sino que regresa a tu Huatou: ¿qué es Wu?

Esta primera etapa es un tipo de enlace, uniendo todo tu ser con el Huatou, estableciendo un vínculo inseparable de manera que, ni siquiera por un instante, estás alejado del Huatou. Los Sutras budistas dicen que cuando estamos practicando, no deberíamos permitir que los cinco deseos derivados de los cinco órganos sensoriales surjan ni por un instante. En todo momento, no importa a qué actividad estés dedicado, el Huatou siempre está contigo. Este es el verdadero significado de recitar el Huatou.

En el Surangama Sutra, el capítulo sobre la fortaleza del Bodhisattva en el método de Mahasthamaprapta de la penetración perfecta, habla sobre cómo recitar de verdad el nombre de Buda. El Bodhisattva ofrece la metáfora de una madre anhelando a su hijo, y el hijo anhelando a su madre. El instinto maternal de desear estar con su propio hijo es muy natural. Podemos emplear esta analogía para la recitación del Huatou. Así es cómo uno debería usar el método (aferrándose sinceramente al Huatou de manera de no perderlo).
En esta analogía, el hijo es el método, dependiendo mucho de la madre. Pero no sólo tú tienes un anhelo por este “¿qué es Wu?” sintiéndote inseparable de él como de tu propia carne; el método también tiene el mismo tipo de dependencia de ti. Eres parte del Huatou y el Huatou está integrado en ti. De manera que este es el significado de recitar el Huatou.

Etapa 2: Cuestionando el Huatou
Cuando estás recitando el Huatou, tienes que vincularte con la etapa que le sigue, que es la de cuestionar el Huatou. Incluso cuando estás recitando, siendo inseparable con el Huatou, estás generando un sentido de cuestionamiento, de asombro: ¿Qué es Wu? ¿Qué podría ser? ¿Por qué eso de que la vacuidad o la nada es supuestamente la verdad póstuma? ¿Por qué es que no sé?
Esta necesidad urgente de saber debe estar presente. Debes ejercer todos tus esfuerzos en este cuestionamiento. Durante este proceso, todos los tipos de respuestas surgirán, a pesar del hecho de que no estés permitido de tener pensamientos lógicos o aplicar el razonamiento a ellas.

Deja que todas las respuestas, las diferentes experiencias, se agoten por sí mismas. Permite que tu cuerpo y mente también se agoten por sí mismos, hasta que llegues a un lugar en donde vivir no sea una opción, morir tampoco. No sabiendo cómo avanzar o retroceder, no sabiendo cómo continuar viviendo ni cómo morir. Poniéndote tú mismo en una situación en donde las montañas y los ríos se hayan agotado por sí mismos, estás en el preciso umbral del vivir. Todo tu ingenio, todos tus recursos se han ido. Estás fatigado, no has penetrado en ello. La urgencia continúa y sin embargo no sabes qué hacer. A veces podrías pasar por estados de olvido completo. Ajeno al ambiente externo, ajeno al estado de tu cuerpo y mente; sólo existe este problema impenetrable y sin solución: ¿Qué es Wu?

Etapa 3: Investigando el Huatou
Cuando llegas al punto donde hayas agotado todo tu ser, frente a esta cuestión impenetrable, ajeno a todo, envuelto en este sentido de asombro, este sentido de no saber; en ese momento habrás alcanzado la etapa de investigar el Huatou. Caminando, sentado, acostado, de pie, realmente no sabes dónde estás. Existe sólo esta duda impenetrable de querer saber ¿qué es este Wu? Podría carecer de palabras, pero el sabor está presente.

Por lo tanto, recitar el Huatou no significa que permaneces en ese estado, estancado. Si estás simplemente siendo uno con el Huatou, podrás alcanzarlo a través de contar la respiración, o seguir la respiración, o efectuar métodos de clarificación en el proceso de cultivar la Iluminación Silenciosa. Simultáneamente, mientras estés recitando, debes generar y nutrir un sentido de asombro, un sentido de querer saber y no saber.

Ahora, en lo que respecta a cambios sutiles y giros de emplear la etapa de cuestionamiento para alcanzar la etapa de investigar el Huatou, este es un tema que se abordará mañana. La mayoría de las personas no han pasado por estas etapas, de manera que no están claros en cuanto a las reacciones psico-ficológicas que puedan surgir al practicar el método de Huatou. Sólo las personas que lo han experimentado saben claramente los diferentes estados cambiantes del cuerpo y la mente a lo largo de la investigación del Huatou.
Entraremos en eso mañana; por esta noche terminamos aquí.