sábado, 20 de abril de 2011
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Diferentes niveles de las Tres Joyas
Las Tres Joyas se pueden entender en diferentes niveles y de muchas maneras. En primer lugar, los dividiremos en dos grupos: el del fenómeno y el del principio. Estas dos agrupaciones pueden entenderse en el contexto de las enseñanzas budistas de “dos verdades”. Estas se refieren a la verdad “absoluta” y a la verdad “convencional.” La verdad absoluta o del principio es la visión de la realidad que experimenta el iluminado. Debido a que transciende la lógica dualística, no puede expresarse exactamente con palabras y con construcciones conceptuales. La verdad relativa es la realidad a un nivel fenoménico (esto es lo que experimentan las personas comunes) y puede expresarse fácilmente con conceptos dualísticos y palabras. Para una persona profundamente iluminada que ha comprendido la verdad absoluta, estas dos verdades son inseparables. Pero para una persona que solamente comprende la verdad convencional, la verdad absoluta sigue siendo un concepto abstracto.

Estas dos verdades ofrecen un marco para entender los diferentes niveles de lo que significa tomar refugio en las Tres Joyas. Empezamos por tomar refugio en las Tres Joyas Fenoménicas, es decir, un verdadero refugio en este mundo, que ofrece entendimiento y guía hacia el despertar y la liberación. Las Tres Joyas Fenoménicas son tangibles, de manera que las personas comunes pueden entenderlas con facilidad.

Una vez que alcanzas el nirvana, es decir, que estás completamente despierto a la inseparabilidad de las dos verdades, personificas las Tres Joyas del Principio. En este momento, carece de importancia hablar de un refugio fuera de ti mismo; las Tres Joyas del Principio no están separadas de la persona. Para la mayoría, esto es abstracto, pero para quien ha comprendido la verdadera totalidad de su propia naturaleza, está muy claro. Volveremos a este tema más abajo. Por ahora, es importante saber que todos los seres sensibles tienen naturaleza de Buda, el potencial para alcanzar la Budeidad. Debido a las aflicciones y la confusión del karma, no podemos percibir esta verdad. La razón por la que tomamos refugio en las Tres Joyas Fenoménicas consiste en poder encontrar y manifestar nuestra naturaleza de Buda en las Tres Joyas del Principio.

Las Tres Joyas Fenoménicas pueden dividirse en las Tres Joyas Permanentes y las Tres Joyas Manifestadas.

Las Tres Joyas Fundamentales pueden dividirse en las Tres Joyas de Una Esencia y las Tres Joyas del Principio.

Lo Fenoménico

Las Tres Joyas Permanentes

Las Tres Joyas Permanentes describen aspectos de las Tres Joyas que son perceptibles directamente en el mundo fenoménico ordinario: 1) las estatuas del Buda hechas de jade, piedra, oro, bronce, arcilla, y madera o imágenes del Buda en pintura de aceite, tinta, tejidos bordados en seda y dibujos. 2) Las tres colecciones de escrituras que incluyen los sutras (las palabras grabadas del Buda), los sastras (los tratados y las enseñanzas de practicantes eminentes), y el Vinaya (la colección de textos que contienen los preceptos, que sirven como guía para la conducta de los practicantes budistas). 3) Los monjes budistas que se afeitan la cabeza y se visten con túnicas. Su trabajo es difundir el Budismo en el mundo.

Las Tres Joyas Manifestadas

Las Tres Joyas Manifestadas se refieren a lo que el Budismo trajo al mundo: el Buda histórico, Shakyamuni, quien alcanzó la iluminación y entró en el nirvana. El Dharma, que constituye las enseñanzas que impartió durante ese tiempo, tales como las Cuatro Nobles Verdades, las Seis Perfecciones, el Noble Óctuple Sendero, y los Doce Eslabones de el Origen Interdependiente. Estos son importantes enseñanzas que deben conocer todos los budistas. Muchos libros budistas las discuten. Aquellos que quieran profundizar en ellas, pueden consultar mi libro “There is No Suffering: A Commentary of the Heart Sutra” para obtener una explicación completa de estas enseñanzas. Por último, la Sangha, que son quienes lo siguieron durante ese tiempo. Entonces, el Buda apareció en el mundo, impartió enseñanzas, y formó una comunidad de monjes practicantes.



Las Tres Joyas de Una Esencia

Cada una de las Tres Joyas contiene la virtud y el mérito de todas las Tres Joyas. En primer lugar, el Buda ilumina y despierta, de manera que él es la Joya del Buda. Da enseñanzas del Dharma, está liberado de los límites de toda la realidad fenoménica, y tiene la capacidad de conservar y mantener la pureza de las enseñanzas. De ahí que él sea también la Joya del Dharma. El Buda está libre de transgresión y contención, de manera que él también es la encarnación de la armonía, que representa a la Joya de la Sangha. En segundo lugar, el Dharma despierta a los seres hacia la Budeidad, así que es la Joya del Buda. Tiene la función de preservarse, de modo que es la Joya del Dharma. Debido a que todos los Dharmas son iguales y no se obstaculizan mutuamente, es ecuánime y armonioso. Por consiguiente, el Dharma es también la Joya de la Sangha. En tercer lugar, la Joya de la Sangha incluye a aquellos que son sabios e iluminados, de manera que incluye la Joya del Buda. Puesto que su objetivo es difundir el Dharma, es también la Joya del Dharma. Además, es armoniosa, de manera que también es la Joya de la Sangha.

Las Tres Joyas del Principio

Las Tres Joyas del Principio se refieren a la realidad última, o sea, la verdad absoluta en el paradigma de las dos verdades. Es el mundo que experimenta un iluminado. Por esta razón, es el lugar final de refugio.

El venerable maestro Yinshun (1906-2005) explica las Tres Joyas del Principio desde dos perspectivas: la del Hinayana, la liberación personal, y la del Mahayana, la liberación universal. El Hinayana y el Mahayana son dos caminos principales del Budismo. El primero se centra en despertarse a uno mismo, el segundo en despertar a todos los seres. Ambos caminos se identifican con las Tres Joyas en términos de su virtud intrínseca. Esta virtud tiene muchos nombres, como puede verse arriba, pero la esencia es la misma: el estado de liberación y el mismo despertar completo. El maestro Yinshun declara:

”El objetivo real del refugio radica en las virtudes verdaderas de las Tres Joyas. Estas virtudes han sido discutidas de muchas maneras. Aquí se presentarán dos puntos de vista. El primero considera a la Joya del Buda como idéntica a las virtudes impecables del Buda. Según las enseñanzas de la liberación individual, las virtudes impecables del Buda son los cinco atributos del Dharmakaya (o el “verdadero cuerpo de la realidad”), aunque en las enseñanzas Mahayana están incluídas en la iluminación perfecta (la cuádruple sabiduría). La Joya del Dharma es el verdadero Dharma, es decir, el nirvana mismo. La Joya de la Sangha es idéntica a las virtudes impecables de aquellos que aún son estudiantes y aquellos que no lo son. Según el camino de la liberación individual, las virtudes impecables son aquellas de las cuatro etapas y los cuatro grados de la santidad; pero según el camino Mahayana de la liberación universal, son las virtudes impecables del camino del Bodhisattva (o el “camino de la liberación universal,” que incluye aquellos que alcanzaron la liberación individual al oir las enseñanzas del Buda y aquellos que alcanzaron la liberación sin tener un maestro, mediante la contemplación de el origen dependiente.)“

”El segundo punto de vista de la virtud real de las Tres Joyas, proviene de las enseñanzas Mahayana de la liberación universal, según las cuales, el tesoro del Buda es idéntico al reino puro de la realidad última: revelada final, completa y perfectamente (en esencia, forma, acción y función). El tesoro de la Sangha es el reino puro de la realidad última, que es revelada parcialmente. Es decir, se refiere a aquellos que han alcanzado estados profundos de comprensión de las enseñanzas. La Joya del Dharma es el reino universal de la realidad última, sin aumento ni disminución, ni dualidad ni discriminación (y llamada totalidad, realidad, etcétera). Los demás términos estándar para las Tres Joyas – las Tres Joyas en Una Esencia, las Tres Joyas del Principio, y las Tres Joyas Permanentes – se refieren a las mismas Tres Joyas anteriormente tratadas, pero se explican de manera diferente.” (The Way to Buddhahood, págs 23-24; traducción modificada ligeramente.)

Los cinco atributos del Dharmakaya se refieren a las virtudes de un ser completamente despierto. Son los siguientes: la perfección moral, la cesación de las ideas ilusorias, la sabiduría omnisciente, el logro del Nirvana y el conocimiento perfecto del estado de liberación. Aquí el Nirvana se refiere a la cesación de la codicia, aversión, ignorancia y la perfección del despertar. Esto se relaciona con la iluminación perfecta, cuyo contenido es conocido como las cuatro sabidurías. Cada una de estas cuatro sabidurías describe una función de la visión del Buda. A saber: la “gran sabiduría del espejo”, que refleja con claridad todas las formas tal como son; la “sabiduría de la igualdad”, que es el resultado de liberarse del aferramiento al yo; la “sabiduría de la observación maravillosa”, que es la capacidad de discernir con precisión los diversos trabajos del mundo fenoménico; y la última, la “sabiduría de la actividad ilimitada”, que es la capacidad de salvar a los seres sensibles según sus capacidades espirituales. Todos nosotros tenemos dentro estas perfectas virtudes. Solamente si logramos liberarnos a nosotros mismos del cautiverio del karma, las aflicciones y el apego al yo, todas las cualidades de los Budas serán nuestras. Las virtudes funcionan de esta manera: cuando tomamos refugio en ellas, tomamos refugio en lo más intrínseco en nosotros mismos, nuestro potencial de estar despiertos y de perfeccionar el despertar.

Del mismo modo que la verdad convencional es inseparable de la verdad absoluta, debemos comprender que sin las Tres Joyas Permanentes, las Tres Joyas del Principio no se manifestarán. Sin las Tres Joyas del Principio, no podrían existir las Tres Joyas Permanentes. Las Tres Joyas Permanentes son la gran función de las Tres Joyas del Principio. Las Tres Joyas del Principio son la totalidad de las Tres Joyas Permanentes. La fe en el Budismo debería empezar con la creencia en las Tres Joyas. La razón por la que creemos en las Tres Joyas Permanentes es que facilita el entendimiento de las Tres Joyas del Principio.

Hay algunos devotos budistas que, sin tener ningún entendimiento real del significado verdadero de las Tres Joyas del Principio, declaran que solo creen en las Tres Joyas del Principio. En otras palabras, ignoran la importancia de las Tres Joyas Permanentes. Esto no solo es un punto de vista invertido, sino que es una posición completamente contraria al camino budista.

Las personas comunes solamente pueden percibir las Tres Joyas Fenoménicas, y de estas, las Tres Joyas Manifestadas solo existieron cuando vivía el Buda Shakyamuni. Después del fallecimiento del Buda histórico, únicamente quedan las Tres Joyas Permanentes. Dentro de las Tres Joyas, el Buda es la más valiosa, el Dharma es la más excepcional, y la Sangha es la más sagrada. Después del fallecimiento del Buda, es la Sangha la que salvaguarda los monasterios budistas, conserva las colecciones de las enseñanzas del Dharma, y mantiene la cultura budista. La Sangha también transmite la cultura budista y enseña el Dharma a los legos.

Cuando el Buda estaba en el mundo, él era el núcleo. Después de su fallecimiento, la Sangha se convirtió en el centro, de manera que debemos considerar a la Sangha como nuestro refugio y a la Joya de la Sangha como el objeto de nuestra veneración. Pero debemos recordar que dentro de la Joya de la Sangha, hay una mezcla de “dragones y serpientes,” un término chino que se refiere a que hay personas virtuosas y no virtuosas. Deberíamos elegir a maestros que fueran virtuosos, pero deberíamos respetar a todos los miembros de la Sangha. Los sutras dicen que aunque un monje haya transgredido los preceptos, aún es el maestro de hombres y dioses. En nuestros corazones, no deberíamos abrigar ideas de lo virtuoso y lo no virtuoso, y criticar a los demás, ni mucho menos criticar la Joya de la Sangha.

Una vez tomamos los Tres Refugios, tenemos una sólida plataforma de fe para empezar nuestra práctica. Hay cinco etapas para construir nuestra práctica:

• Los Tres Refugios de apartarse de la heterodoxia – la entrada inicial en la puerta del Budismo.

• Los Tres Refugios de los cinco preceptos – cuando uno recibe los cinco preceptos después de haber desarrollado la confianza en las Tres Joyas.

• Los Tres Refugios de los ocho preceptos – los rituales diarios tradicionales, en los que uno guarda los ocho preceptos por veinticuatro horas.

• Los Tres Refugios de los diez preceptos – los preceptos que uno recibe cuando entra en el monasterio como un novicio.

• Los Tres Refugios de los preceptos completos – los preceptos completos de monjes y monjas.

La toma de refugio en las Tres Joyas siempre forma parte de las ceremonias de recepción de los preceptos. Esto también se aplica a las ordenaciones de preceptos superiores de monjes y monjas, cuando se confiere la esencia del precepto. La toma de refugio también es necesaria después del arrepentimiento y de hacer los votos, durante la ceremonia de recepción de los preceptos del bodhisattva. Las ceremonias de toma de refugio y recepción de preceptos se refuerzan mutuamente.

La toma de refugio es la base de la práctica diaria para todos los budistas. Se incluye en la liturgia diaria en los monasterios, así como al finalizar todos los eventos budistas. Los budistas de Asia del Sur le conceden a esta ceremonia la mayor importancia posible y recitan el refugio como una bendición a los legos.