jueves, 28 de marzo de 2011
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Los cinco ojos
Conferencias budistas
Conferencia impartida por el maestro Sheng Yen sobre el Surangama Sutra el domingo 22 de diciembre de 1985.

Ananda alcanzó un entendimiento de los límites de la percepción misma, y entonces preguntó al Buda que cómo podría ser capaz de conocer su verdadera naturaleza. El Buda replicó: “Ananda, aunque todavía no has alcanzado el estado más allá de la corriente de trasmigración, ahora podrías usar el poder trascendental del Buda para contemplar el primer cielo de dhyana sin obstrucción, como Anirudha, que ve este mundo tan claramente como la fruta sostenida por su propia mano. Los Bodhisattvas pueden ver centenares y miles de mundos. Los Budas en las diez direcciones pueden ver todas las Tierras Puras tan innumerables como los polvos. En cuanto a los seres vivientes, su rango de visión es (a veces) limitado a pulgadas.”

El Buda le explica a Ananda que los seres en diferentes niveles, aunque podrían mirar la misma cosa, realmente la verán de acuerdo a su propia perspectiva. Entonces el Buda continúa hablando de diferentes niveles de visión. El Buda ve como iguales e indiferentes a todas las cosas, pero puede también ver estas cosas como las ven los seres comunes. El Buda explica cómo estas cosas son percibidas desde cinco niveles diferentes. Ellos son:

El ojo de los seres sensibles comunes
El ojo celestial
El ojo de un arhat
El ojo de un Bodhisattva
El ojo del Buda


El primer nivel, que también es llamado el “ojo carnoso”, incluye los animales y todos los seres en el reino del deseo. Este ojo puede ver las cosas materiales, pero también puede ser bloqueado. Si una hoja de papel está colocada delante de tus ojos, la visión está bloqueada. Si se quita el papel, puedes ver. Este ojo es bastante limitado. No puedes ver las cosas que son demasiado grandes, demasiado pequeñas, demasiado lejanas o demasiado cercanas. El ojo carnoso es tan débil que es casi inútil.

Hay dos tipos de ojos celestiales. Primero, está el ojo que sólo es alcanzado a través de la práctica de la meditación por aquellos que hayan cultivado el samadhi y alcanzado el primer nivel de dhyana. Segundo, está el ojo que es alcanzado a base del mérito positivo acumulado. Un ser humano común puede alcanzar el ojo celestial a través de la meditación y el logro del primer nivel de dhyana, o puede alcanzarlo a través de la gracia de los Budas, Bodhisattvas o los seres celestiales. Un ser humano común no podría alcanzar el ojo celestial a través del mérito acumulado. Uno quien tuviera suficiente mérito acumulado ya podría renacer en el reino celestial, en lugar del reino humano.

El ojo de Arhat, también conocido como el “ojo de la sabiduría,” es el tercer nivel de realización. Es llamado el ojo de la sabiduría porque el arhat ha alcanzado la sabiduría y eliminado todas las aflicciones. Aquellos con el ojo carnoso o el ojo celestial todavía tienen aflicciones. El Sutra dice que cuando un arhat observa este mundo, lo ve de la misma manera que un ser ordinario que ve un mango en su mano, y lo ve con toda claridad. No sólo puede ver este mundo, sino puede ver los tres mil grandes millares de mundos. ¿Por qué su visión es tan vasta? Ya no tiene un sentido del yo, por lo tanto los mil grandes millares de mundos están allí ante él, sin encontrarse obstruido por sus propias percepciones o intereses.

El siguiente tipo de ojo, el ojo de Bodhisattva, es también llamado el ojo del dharma. ¿Por qué es este ojo, y no el de arhat, llamado el ojo del dharma? Aunque el arhat se haya liberado del yo, o del ego, todavía hay un sentido de discriminación entre los reinos de nacimiento y muerte. Pero para el Bodhisattva no hay ni nacimiento ni muerte, ni samsara ni nirvana. No tiene apego al Dharma, y de ahí tiene el ojo del dharma.

El arhat puede ver un los vastos tres mil grandes millares de mundos, pero el bodhisattva puede ver 100.000 mil grandes millares de mundos. No hay comparación entre el ojo de arhat y el ojo de bodhisattva.

La visión del Buda es la más amplia. El ojo del Buda puede ver todas las tierras de Buda en las diez direcciones. El ojo del Buda es el más perfecto. La manera en que el Buda ve no tiene nada en común con nuestros conceptos de lo lejano y lo cercano, lo grande y lo pequeño.

Estos son los cinco tipos de los ojos. Ahora podemos regresar al Sutra y preguntar qué tipo de problema tenía Ananda. No era arhat, y no tenía poder psíquico ni ojo celestial, sólo tenía un ojo humano normal. El Buda apareció en el mundo no sólo por los bodhisattvas y arhats, sino también por los seres sensibles comunes. Les explica sobre el ojo del Buda a los seres sensibles comunes porque tienden a creer que lo que ven es todo lo que hay, y que eso es acertado y correcto. De acuerdo al punto de vista del Buda, no hay nada que sea correcto, no hay nada que sea erróneo. Si el Buda y un ser sensible común miran la misma cosa, ambos la miran, pero cada uno de ellos la mira diferentemente. Cuando el Buda mira algo, ve su naturaleza vacía, su naturaleza original. Las personas comunes ven la naturaleza material de las cosas – la forma, el color, y la calidad. El Buda ve la verdadera naturaleza.

En la literatura antigua china había un filósofo taoísta llamado Chung-tzu. Un día estaba hablando con otro filósofo, Hui Shih, y ambos estaban de pie en un puente mirando al río. Chuang-tzu dijo: “Mira los peces, ve cuán felices son.” Hui Shih contestó: “No eres pez, ¿cómo sabes cuán felices son?” Chuang-tzu refutó: “No eres yo, ¿cómo sabes que no sé cuán felices son los peces?”

Estos dos hombres tenían perspectivas muy diferentes. Chuang-tzu está en armonía con los peces, y sabe realmente lo que están sintiendo. Hui Shih todavía discrimina entre él mismo y los peces, de modo que no tiene idea de cómo se sienten.

Hay un relato Chan acerca de dos patriarcas, Ma-tzu y Pai-chang. Estos dos maestros estaban caminando, cuando una bandada de gansos voló sobre ellos. El mayor patriarca preguntó a Pai-chang: ¿Qué fue eso? Pai-chang replicó: “Estos son gansos salvajes.” Entonces Ma-tzu preguntó: “¿Y ahora qué?” Y Pai-chang dijo: “Se han ido volando.” Ma-tzu agarró la nariz de Pai-chang, la retorció con mucha fuerza, y preguntó: ¿Se han ido volando? Le dolía mucho la nariz a Pai-chang, y empezó a llorar, pero luego comenzó a reírse ruidosamente. La gente creía que se había vuelto loco.

Al principio de su recorrido, cuando los gansos primero volaron primero sobre ellos, lo que vieron era diferente. Pero a finales del relato ambos estaban viendo la misma cosa. Cuando Ma-tzu vio los gansos, los vio, como decimos en el Chan, con “no venida, no ida, no muerte, no nacimiento” – entonces, ¿cómo podría decir que los gansos se habían ido volando? Cuando Pai-chang vio primero los gansos, tenía la mente discriminativa. Cuando los gansos se fueron volando, su mente también se fue volando con ellos. Pero cuando Ma-tzu agarró la nariz de Pai-chang, Ma-tzu volvió a traer la mente de Pai-chang de vuelta. Cuando el dolor era lo suficiente grande, Pai-chang estaba allí mismo nuevamente. Se vio a sí mismo que estaba inmóvil, que los gansos estaban inmóviles. Sus lágrimas y su risa, ambas eran expresiones de su alegría. En el comienzo tenían ojos diferentes, pero al final sus ojos eran los mismos.

La experiencia de estos patriarcas es diferente del relato de Chang-tzu y Hui Shih. Chang-tzu estaba en armonía con la naturaleza, pero todavía se estaba moviendo con la naturaleza. Ma-tzu también estaba en armonía con la naturaleza, pero su mente no estaba moviéndose, por consiguiente, para él la naturaleza no se estaba moviendo.

En el Chan sólo consideramos importante tratar con dos de los cinco ojos, el ojo ordinario y el ojo de Buda. No hay necesidad de molestarse con el ojo celestial, el ojo de la sabiduría, o el ojo del Dharma. En la escuela gradual de la práctica deberían incluirse todos los cinco ojos. Pero la escuela repentina de la práctica comienza con el ojo mundano y se mueve directamente al ojo de Buda. Esto es lo que dijo Pai-chang. Se movió inmediatamente del punto de vista material al punto donde podría ver la vacuidad, la naturaleza inmóvil de todas las cosas.

En este Sutra el Buda está tratando de ayudar a Ananda a tomar los pasos directamente del ojo carnoso a la realización del ojo de Buda. No habla de las tres etapas del medio. Pero puesto que tenemos algún tiempo, iré más profundamente en las diferencias entre el ojo mundano, el ojo celestial, y un subnivel llamado el deva, o el ojo del espíritu.

¿Has visto alguna vez un fantasma o un dios? Normalmente las personas no pueden ver las cosas que están demasiado lejos, cerca, grandes o pequeñas. Pero algunas personas piden prestado el poder de un fantasma o de otro ser espiritual, y logran la visión espiritual. También hay casos de seres celestiales que son renacidos en el reino humano, quienes todavía mantienen cierta capacidad de ver los fantasmas y espíritus en los reinos inferiores. Ya no pueden ver dentro del reino celestial, ni tampoco pueden ver los fantasmas y espíritus en el reino humano.

Tenía una alumna quien vino aquí para asistir a una clase para principiantes. Ella afirmó que tenía algún poder psíquico. Dijo que cuando estaba bien concentrada, podría ver el pasado de las personas, pero yo tenía mis dudas. Le pregunté a ella si podría ver mi pasado. Tengo obstáculos kármicos muy pesados, que tienen sus raíces en las vidas pasadas, pero ella todavía no podía ver nada de mi pasado. ¿Por qué? Las personas no siempre nacen en el reino humano. Podrían renacer en un mundo distante, un poder psíquico ordinario podría ser muy limitado para ver tan lejos. Podría ser similar para el caso de una persona quien comete un crimen en Taiwán y se traslada a Nueva York. La policía de Nueva York podría no tener récord del crimen.

El ojo fantasmal u ojo de deva está situado en un nivel entre el ojo carnoso y el ojo celestial. Este fenómeno ocurre cuando un ser espiritual usa el ojo de un ser humano como un medio. Las personas que han experimentado esto piensan que han estado dotados de grandes poderes espirituales, pero es realmente el poder del ser espiritual que está funcionando. Hay un libro acerca de un espíritu llamado Seth quien usó el cuerpo de una mujer para hablar con las personas en el mundo. Sólo podría hablar a través de ella.

Tengo un hermano en el Dharma que tiene dichos poderes. Una vez estaba sentado en un tren, y de repente vio a todas las personas que estaban sentadas a su alrededor como cerdos, perros y otros animales. Podía ver los cambios que experimentaron estas personas en varias vidas pasadas, pero no podía ver más lejos. Esto no es realmente su poder, sino el de un ser espiritual trabajando por medio de él. Le pregunté si podía ver dichas cosas con sus ojos cerrados, y contestó que no, pero hay personas que tienen tales poderes.

En el Sutra el Buda habla de un discípulo, Anirudha. Él es un buen ejemplo de alguien que desarrolló el ojo celestial. Practicaba muy diligentemente. Se sentaba por varios días con sus ojos abiertos, y nunca dormía. Al final, se quedó ciego por mantener los ojos abiertos. El Buda fue a visitarle y le dijo que no se preocupara. Dijo que el ojo carnoso, de todos modos, es de poca utilidad, y hay mejores ojos para adquirir. El Buda le explicó a Anirudha cómo practicar, y en poco tiempo tenía el ojo celestial. Cuando penetró más profundamente en el dhyana, su visión se volvió verdaderamente vasta.

Aquellos que son nacidos en el reino del deseo con el ojo celestial, debido a su previo karma positivo, son siempre nacidos en los reinos celestiales. Aquellos que son nacidos como seres humanos en el reino de la forma, deben obtener el ojo celestial a través de la meditación. Normalmente, los seres humanos no pueden ver espíritus, y los espíritus que están aquí tampoco pueden vernos. Los seres más poderosos en los reinos celestiales pueden vernos, pero los seres espirituales aquí no pueden. Pueden sentir nuestra existencia, pero no pueden saber exactamente dónde estamos. Sólo a través de pedir prestado un ojo terrenal pueden ver con más exactitud. Un psicológico inglés, quien era capaz de salir de su cuerpo, declaró ver este tipo de cosas; vio fantasmas y humanos, pero no se podían ver el uno al otro.

El ojo celestial puede observar todo tipo de seres en el reino de la forma: animales, humanos, fantasmas, espíritus, seres celestiales. Este ojo puede examinar en el pasado y en el futuro de 500 a 1.000 vidas. Pero mirar en el pasado y mirar en el futuro son dos poderes psíquicos distintos. En los seis reinos celestiales, los reinos inferiores no pueden ver los reinos que están por encima. ¿Por qué? Debido a que el cuerpo se vuelve cada vez más sutil mientras asciendes hacia estos reinos. Un ser en el reino celestial más elevado puede ver todo su reino y todos los reinos inferiores. Dicho ser puede vernos y conocernos como si fuéramos motas en la palma de su mano.

Las personas comunes no pueden comprender realmente este ojo celestial. Tiene que ser experimentado. A veces alguien en Canadá podría ser capaz de ver lo que está pasando en los Estados Unidos, o alguien en los Estados Unidos puede ver las cosas en Hong Kong. Esto de ningún modo es el ojo celestial. Sigue siendo todavía el ojo fantasmal o el ojo espiritual. El ojo celestial, dentro de su reino, conoce lo que está pasando en todos los lugares en todo momento.

No voy a hablar del ojo de arhat o el ojo de bodhisattva. Voy a hablar directamente del ojo de Buda. Es realmente bastante simple. El Buda ve todo como vacuidad. Eso no quiere decir que no vea nada cuando mira a alguien o algo. Eso significa que ve la naturaleza vacía de las cosas que percibe. Los niveles inferiores al Buda también pueden ver la vacuidad, pero esta vacuidad es experimentada como el aire en una caja. Toma la forma del recipiente. Todavía hay separación. Para el Buda, de acuerdo a esta analogía, el aire está en todas partes, y no es segmentado. Incluso el Bodhisattva, quien tiene el ojo del dharma, no ve de esta manera. Sólo cuando alcanzas la Budeidad, ves la infinidad sin impedimentos.

El Buda le explica a Ananda que debe ver la verdadera naturaleza de las cosas. De esta manera verá su propia verdadera naturaleza. Esto es lo que la secta Chan llama “ver dentro de tu propia verdadera naturaleza.” Pero esto puede ser algo engañoso, puesto que podría sonar como si tu verdadera naturaleza fuera algo separado de ti mismo. No es así. Tu verdadera naturaleza eres tú mismo; no está separada de ti. Esta es la razón de que el Surangama Sutra sea clasificado como un Sutra de la permanencia verdadera, puesto que nos conduce a nuestra naturaleza verdadera.