jueves, 25 de abril de 2011
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Tres tipos de belleza
Conferencias budistas
Conferencia impartida por el maestro Sheng Yen, el domingo 13 de enero de 1985.

El Buda expuso el Sutra Surangama debido a la implicación de Ananda con una mujer hermosa llamada Matangi. Estaba enamorada de él, y al principio Ananda tenía mucho apego a ella. Esta atracción ilustra el primer tipo, o nivel, de belleza – belleza juzgada por sentimientos, emociones, o deseo.

Después, Buda le preguntó a Ananda por qué eligió seguirle. Ananda contesta que se convirtió en el discípulo del Buda debido a su admiración por los treinta y dos rasgos distinguidos del cuerpo del buda y su deseo de comprender la naturaleza de estas cualidades extraordinarias. Ananda cree que la belleza del Buda, su color oro púrpura, no podrían haber venido de los padres ordinarios. Dicha belleza sólo podría provenir de la práctica en esta vida y de la práctica en las vidas pasadas. Esto es muy diferente de la belleza que ve en Matangi. Este es el segundo tipo de belleza, que está basado en la razón y el juicio racional.

Pero el Buda dice a Ananda que su razón de dejar el hogar es incorrecta. Incluso la percepción de Ananda de los treinta y dos rasgos distinguidos es una ilusión. Los seres sensibles han vagado por el samsara, el ciclo de nacimiento y muerte, precisamente por dichas ilusiones. Los seres sensibles están perdidos en estas ilusiones porque no conocen su verdadera mente, su verdadera naturaleza del yo, que es pura, incambiante, y eterna.

Debemos reconocer que algo que es realmente verdadero o genuino, ha de ser hermoso. Lo verdaderamente hermoso ha de ser virtuoso. Tal verdad o belleza no cambia nunca. Si cambiara, no sería verdaderamente hermosa, virtuosa y genuina. Todo el mundo habla de la belleza, virtud y verdad, pero, ¿estas cosas que vemos, o pensamos que vemos, son realmente hermosas, virtuosas o verdaderas? No.

La mayoría de nosotros sólo vemos las cosas a través de nuestras ilusiones. Lo que vemos, o pensamos que vemos, que es hermoso, no es realmente hermoso. Ni estas cosas son verdaderamente virtuosas o genuinas. Es sólo cuando estamos libres de nuestras ilusiones que nuestra naturaleza del yo puede ser descrita como verdadera, virtuosa y hermosa. Este es el tercer nivel de belleza, que es también llamado “iluminación maravillosa” o “luminosidad maravillosa.” Este tipo de belleza es juzgado por la experiencia de iluminación, no por deseo o razón.

Hay muchas razones para nuestra incapacidad de ver la belleza más elevada – estamos acosados continuamente por los problemas con nuestros cuerpos, nuestros sentimientos y nuestras emociones. Y tenemos estos problemas porque lo que pensamos que es nuestra vida es una ilusión. Podríamos pensar que somos reales, pero no somos reales. Podríamos tratar algo muy seriamente, tomarlo como real, pero de nuevo, la cosa que consideramos como real no es real. Nuestro entorno está continuamente cambiando, y esto también nos influye para cambiar. Cambiamos constantemente porque el entorno cambia, y el entorno cambia porque cambian las causas y condiciones.

No sabemos qué nos ocurrirá de un día para el otro. Esta incertidumbre hace que quisiéramos cambiar lo que tenemos para algo que podría ser mejor. Podríamos encontrar que estábamos mejor con lo que nos deshicimos, lo conseguimos otra vez, y estamos insatisfechos de nuevo. Esto es un proceso que nunca terminará, puesto que en un mundo que está continuamente cambiando, nada es verdadero. Nada es verdaderamente hermoso.

Finalmente, podríamos convertirnos en alguien como un estudiante mío quien sigue trasladándose de los Estados Unidos a Taiwán y volviéndose otra vez en búsqueda de una situación perfecta. Siempre estamos cambiando, cambiando de trabajos, cambiando de lugar, cambiando de novias, novios, cambiándolo todo, y nunca estamos satisfechos. Cuanto más cambias, más pobre será el resultado. Cuanto más cambias, más aflicciones tendrás.

Una vez vi un dibujo animado sobre Elizabeth Taylor. Ella estaba de pie al lado de un hombre, y estaba anunciando su séptimo matrimonio. La muchedumbre alrededor de ella no ponía atención – ha tenido tantos matrimonios que otro más ya no es novedad. Su vida emocional debe ser bastante inestable, si no, ¿por qué sigue cambiando de maridos? Una vida llena de tanto cambio no puede ser una vida feliz.

A veces las personas se enamoran de otro fuera de puro deseo, aunque lo llamemos “amor.” En ello no hay razón en absoluto. No hay interacción real con los demás como una persona con cualidades especiales, solamente la atracción a la belleza superficial. Si una chica ve a un hombre apuesto, de buen aspecto, por quien se siente atraída, ella podría no pararse para pensar en su carácter. El podría ser una bestia. Sin pensar, podría ir a conquistarlo. Si es un hombre apuesto con muchas chicas que puede elegir, podría ser herida y quedarse sola. En Taiwán conozco un caso de una ama de casa que dejó a su marido e hijos por un dueño de un no-buen negocio que finalmente la rechazó. Ella se quedó sin nada.

El primer tipo de belleza, que es el que se involucra en tales situaciones, es completamente irreal, pero, sin embargo, aquí es donde la mayoría de nosotros vivimos. Deberíamos tratar de reconocer lo que es verdaderamente hermoso y lo que es superficialmente hermoso. De este modo podemos tratar de llevar una vida estable y relativamente pura. Cuando llegamos a este punto, todavía debemos tener en la mente que no hay nada verdadera y eternamente hermoso. Entonces no querremos sustituir lo que parece hermoso para nosotros en el momento siguiente por lo que hemos tenido en este mismo momento. Deberíamos estar contentos con lo que tenemos, aunque podría no parecer siempre tan hermoso. No deberíamos tratar de cambiar continuamente lo que tenemos, deseando algo mejor, dado que, en el análisis final, estas cosas son todas falsas, irreales.

Hay un relato de un artista que se casó, y después de unos cuantos días pintó un cuadro para su esposa. Este cuadro mostraba una pareja muy vieja. Colocó este cuadro cerca del álbum de su ceremonia de boda. Su esposa no entendía lo que significaba el cuadro, de modo que preguntó a su marido, ¿Quienes son estas dos personas en el cuadro? Dijo: “Somos tú y yo. Ahora somos muy jóvenes y eres muy hermosa. Este cuadro muestra cómo seremos dentro de 50 años.” Ella se quejó: “Todavía soy joven y de buen aspecto. ¿Por qué me muestra esto?” “Es verdad que ahora eres hermosa, pero en cincuenta años no te verás como en tus veinte años. Incluso entonces no estaré desilusionado o desencantado, porque sé ahora cómo te verás mientras transcurren los años.”

La belleza que vemos alrededor de nosotros está continuamente cambiando, así que realmente es una belleza falsa. Pero esto no significa que no tengamos que mostrar consideración por las cosas que pensamos que son hermosas. Debido a que la raíz de por qué dichas cosas son falsas reside en nosotros mismos. Nosotros mismos somos falsos. De modo que es una buena combinación – nosotros junto con alguien o algo que es falsamente hermoso – lo falso junto con lo falso.

Como vivimos tan frecuentemente en el primer nivel de belleza, primero tenemos que reconocer que las cosas hermosas son falsas, y luego tratar las cosas falsas como si fueran verdaderas. Esto es justo como un actor en una plataforma que sabe muy bien que está actuando, pero no obstante, quiere presentar un buen show. Quiere hacer justicia del guión, así que tiene que actuar hábilmente.

En el segundo nivel de belleza, la razón, no sólo el deseo es más importante. Cuando pensamos que algo es hermoso, hay razones, no sólo sentimientos, detrás de nuestra evaluación. Y si nosotros mismos nos volvemos hermosos, hay una razón detrás de la transformación. Cuando juzgamos las cosas a través de nuestra razón, no seremos celosos de belleza o éxito en los demás. Podemos reconocer que su realización o talento es más grande que el nuestro, y no seremos tentados a criticar o socavarlos. Si entendemos cómo alguien se ha vuelto hermoso, feliz, o exitoso, podríamos convertirnos como ellos.

Cuando no apreciamos la belleza, logro, o felicidad a través de nuestra razón, podrían desarrollarse los celos, y las consecuencias pueden ser desafortunadas. Hay una fábula en un Sutra de un padre y sus dos hijos. El padre disfrutaba nada más que con tenerlos masajeando sus piernas. El menor masajearía la pierna izquierda, y el mayor, la derecha. Eventualmente cada hermano se volvió celoso del otro, pensando que el padre gozaba más del masaje del otro. Independientemente, cada uno tuvo la idea de que si cortaba la pierna masajeada por su rival, podría ser el único benefactor de la buena voluntad de su padre. Consecuentemente, el padre se quedó sin piernas. Si cada hijo se hubiera concentrado simplemente en hacer su parte para hacer feliz a su padre, y apreciara la contribución que hizo su hermano, su padre no sería un lisiado que probablemente repudiaba a ambos de ellos.

En las relaciones románticas la envidia podría conducir a la pareja rechazada o desconfiada a hacer mal, o incluso a asesinar, a la pareja sospechada. Dichos casos son comunes en Taiwán, y por lo que comprendo, en los Estados Unidos, también.

Alcanzar éxito o conseguir belleza depende de cuánto esfuerzo dediques. De acuerdo con el Dharma, puedes obtener cualquier cosa que quieras – eso depende de tu corazón y tu esfuerzo. Si trabajas diligentemente y no alcanzas tu objetivo en esta vida, puedes intentar otra vez en la vida siguiente. Debes esperar hasta que hayas empleado la cantidad necesaria de esfuerzo y acumulado mérito suficiente.

Con lo que comenzamos en esta vida depende de nuestras previas acciones. Tenía un discípulo, un monje, en Taiwán que tenía una voz débil – casi no se le escuchaba cuando recitaba, y esto le hacía sentirse avergonzado. Le dije que en una vida previa, debe haber roto una campana del templo o tratado las campanas sin respeto, y de esta manera terminó por tener una voz pobre. Similarmente, conocí a una madre e hija de Taiwán cuando estaba en Japón. La hija era poco atractiva, y se quejaba con su madre acerca de esto, quien dijo: “No me eches la culpa. Esto debe haber ocurrido porque robaste flores de un templo en una vida anterior. Ahora deberías hacer donaciones a un templo, o decorar un templo, y tendrás un aspecto mucho mejor en tu vida siguiente.”

Estos ejemplos arriba, por supuesto, muestran la fuerte confianza y un punto de vista religioso – una creencia en la reencarnación. Pero el esfuerzo es importante incluso en esta vida. Puedes hacer un cambio positivo si lo intentas lo suficientemente diligente.

Había un chica joven en Taiwán a quien yo conocí que era realmente muy fea – se negaba a salir de su casa, hasta que un amigo le aconsejó: “No pienses que tú eres fea, pensarlo así sólo hace peor las cosas. Acepta tu apariencia, y sabé que esta fue la manera en que naciste. Sé humilde, considerada, y respetuosa hacia los demás, y no te preocupes por cómo te ves.” Un par de años después el se encontró con ella otra vez, y vio que su apariencia había cambiado. Podrías ver que era la misma persona, pero sus facciones estaban más suaves, y parecía que ella estaba más a gusto. Ella había trabajado a partir de ella misma para cambiar su vida.

Otra mujer que me encontré en Tainan, Taiwán, es un buen ejemplo de lo que el esfuerzo y la actitud correcta pueden llevar a cabo. Tenía 25 años cuando me encontré con ella, pero ella se había contagiado polio cuando tenía 3, así que ahora tenía gran dificultad en caminar, y había desarrollado un tipo de joroba. Sin embargo, ella era muy capaz y determinada. Cuando impartí varias conferencias en Tainan, se hizo cargo de todos los arreglos. Le dije a ella: “Debes tener un momento difícil haciendo todo esto con tu impedimento físico.” Pero ella dijo: “No, es precisamente debido a mis problemas físicos que las personas van fuera de su camino para hacer las cosas más fáciles para mí, de este modo a veces tengo que agradecer por mi discapacidad.” La mujer no tiene un rastro de lástima por sí misma, y siempre era capaz de llevar a cabo mucho. Después se casó con un hombre quien estaba completamente sano y no discapacitado en absoluto. Es fácil de ver cómo alguien podría apreciar a esta mujer.

Ahora me concentraré en el tercer tipo de belleza. Este es el nivel más elevado, e involucra una verdad que no puede ser percibida por las personas ordinarias en sus vidas cotidianas. Dichas personas tienen mentes de discriminación y egocentrismo, y lo que ven, o piensan que ven, es sólo una ilusión. Lo genuinamente verdadero sólo se puede ver después de la práctica extensiva y la experiencia de la iluminación.

Es fácil de confundirse cuando se está tratando de reconocer el tercer tipo de belleza. Por ejemplo, sabemos que un cuerpo humano es ni verdaderamente hermoso ni puro, pero incluso el cuerpo de Buda con los treinta y dos rasgos distinguidos, que podría parecer maravillosamente hermoso y puro e incontaminado, también puede experimentar la muerte y desaparición. Por lo tanto, no es verdaderamente hermoso, ni es realmente verdadero. Lo realmente verdadero no aparece ni desaparece.

Esta idea es también expresada en el Sutra del Diamante donde el Buda mencionó que algunas personas consideran a Buda como uno que tiene los treinta y dos rasgos distinguidos. El Buda mostró que esto no es correcto: si el único criterio para un Buda era tener los treinta y dos rasgos distinguidos, entonces el así llamado “sagrado rey que gira la rueda de diamante” (una figura mitológica), quien también tiene estos rasgos, sería un Buda, pero él no es. Estos treinta y dos rasgos son sólo una manifestación humana. Aparecen sólo en este mundo. No constituyen el supremo cuerpo del Dharma del Buda.

Entonces, ¿qué es lo que es verdaderamente hermoso y verdaderamente puro? Hoy no tendremos tiempo de entrar en ello, porque todo el Sutra Surangama es acerca de lo verdaderamente hermoso y lo verdaderamente puro. Continuaremos hablando de estas cosas en mi conferencia siguiente.