sábado, 20 de abril de 2011
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Ningún pensamiento de ganancia o perdida es liberarse del Samsara
Conferencias budistas
Conferencia basada en el Sutra de la Iluminación Completa impartida el 6 de noviembre de 1983 por el Maestro Sheng Yen

Las personas ordinarias no pueden imaginar la sabiduría de Buddha. Incluso los Arahats son incapaces de comprender tal sabiduría. Para una persona ordinaria el tratar de entender lo que el Buddha sabe sería como tratar de iluminar el monte Sumeru con luciérnagas. Las personas ordinarias confían en el conocimiento que han adquirido; de este modo ellos pueden ver solamente el mundo material de las formas. No pueden ver mas allá de él. Sus pensamientos ya están separados de la realidad. Tal actividad conduce a ningún lugar; no producirá nada – como el florecimiento de las flores imaginarias.

Podrás no ser capaz de llegar enseguida al nivel más alto, pero puedes obtener una idea superficial de la Budeidad. El Sutra de la Iluminación Completa habla de la sabiduría de un Buddha, no de la de las personas ordinarias. Pero nosotros somos personas ordinarias, si quisiéramos quedar de este modo, no habría ninguna necesidad de practicar. Sin embargo, es sólo cuando oímos hablar de la sabiduría del Buddha, nos damos cuenta de que somos sólo personas ordinarias; comprendemos que hay estados más elevados por lograr. Esto ayudará a alentarnos en nuestra práctica.

El Sutra nos dice que incluso aquellos que alcanzan el estado de Sravaka aún no han alcanzado el estado de la sabiduría de Buddha. El Sravaka es quien se ha liberado de las aflicciones y del Samsara; pero no está dispuesto a volver al reino del sufrimiento por ninguna razón. Los Sravakas sólo desean llegar o han llegado a los mundos superiores, muy similarmente a la concepción occidental del cielo.

Una vez le hice esta pregunta a un amigo: “¿Por qué viniste a este mundo?” El dijo, “No sé por qué vine a este mundo. Hay ciertamente más sufrimiento que placer aquí. Por lo tanto no pude haber querido venir aquí.”

Continuó diciendo, “Comencé viviendo por mi familia, tratando de encontrar felicidad. Pero me he divorciado tres veces. Cada vez trataba de defender mis derechos en el divorcio, pero cada una de mis tres esposas obtuvo la mitad de mis propiedades y se llevó a nuestros niños.”

¿Por qué todos ustedes han venido a este mundo? ¿Por qué continúan viviendo aquí? ¿Es porque desean tener un matrimonio feliz o una confortable vida familiar? Hace dos mil años un gran general chino, Ts’ao Ts’ao, escribió un poema después de haber completado muchas batallas exitosas. Escribió que “la vida es como las gotas de rocío por la mañana; los días de sufrimiento superan en numero a los días de felicidad.” El era un gran héroe, un gran éxito, sin embargo él expresó estos sentimientos. Para todos nosotros, en nuestra familia, en nuestro trabajo, en todas nuestras vidas, ¿hay más felicidad o tristeza? Cualquier cosa a la que nos dediquemos y tratemos de hacer requerirá mucho trabajo – si queremos genuinamente que tenga éxito. La vida es una lucha para todos nosotros. Un bebé lucha por caminar. A pocos chicos les gusta estudiar, pero es importante para su futuro. Estas luchas, estas cargas, han estado con nosotros desde el momento del nacimiento.

Así respondí a las preguntas de mi amigo, “Hemos venido a este mundo por dos razones. Primero, para pagar nuestras deudas de las vidas pasadas. Luego, para mejorar nuestro futuro. Son estas dos razones las que causan todas nuestras dificultades.”

Mi amigo, sin embargo, no estaba de acuerdo. Dijo, “Yo no le debo nada a nadie. De hecho es justamente lo contrario de lo que usted dice – Son ellas (sus tres esposas) las que se llevaron todo de mi.”

Le dije que puede ser que no te acuerdes de todas las deudas que tienes. Le pregunté, “¿Puedes recordar los sueños que soñaste hace tres años?” Mi amigo dijo que eso sería imposible.

Quizás no recuerdes todos tus sueños, pero debes recordar que la vida es sólo un sueño. En el momento de la muerte, este sueño termina y otro comenzará. ¿Como podrías recordar un sueño de otro sueño? Pero sabes que tuviste un sueño anoche, así que sabes del samsara.

Tenemos deudas de vidas pasadas y debemos pagarlas, por así decirlo, así estas deudas no crecerán para nuestra próxima vida. En cuanto a esto mi amigo dijo, “Si esto es un sueño, entonces no tengo que hacer nada – de cualquier modo es todo una ilusión.” Pero respondí, “Si no haces algo, lo lamentarás.” Entonces mi amigo concluyó, “Entonces debo trabajar duro hasta que llegue la muerte. La vida es demasiado sufrimiento.”

¿De qué tratan todas estas preguntas y respuestas? De las vidas y sufrimientos de las personas ordinarias. Los Sravakas ya se han liberado de este tipo de vida pero todavía no tienen idea de la sabiduría de Buddha. Voy a dar una analogía para mostrar cómo la sabiduría de Buddha difiere de la de otros:

Tres animales cruzan un río, un elefante, un caballo, y un conejo. Cuando cruza el elefante, él sabe cuan profundo es el río porque sus pies están siempre en el fondo. El caballo sabe la profundidad del río en sus orillas, pero no en el medio. El conejo no sabe la profundidad en ningún momento. Pero los tres animales se las arreglan para cruzar el río. El conejo representa al Sravaka Hinayana, el caballo representa al Bodhisattva Mahayana, y el elefante representa al Buddha. El practicante Hinayana no tiene noción de lo que ha pasado realmente. El practicante Mahayana puede tener alguna noción, pero sólo el Buddha es el que realmente sabe. Los tres han ido más allá del río – han obtenido sabiduría. De manera que si incluso practicantes Hinayana realizados no pueden conocer la sabiduría del Buddha, ¡cuanto más difícil será para una persona ordinaria!

La gente generalmente busca conocimiento y sabiduría en los libros. En general esto no es incorrecto, pero la sabiduría más elevada e incluso las emociones más profundas no pueden ser expresadas con palabras. Muchos ejemplos muestran que la función que ponen en juego las palabras es muy limitada. Hay casos de niños en Taiwán, separados por veinte o treinta años por la guerra de sus padres en el continente o amantes separados por meses o años. Cuando tales personas finalmente se encuentran, quizás se abrazan llorando y es poco lo que ellos pueden decir.

La mente pensante necesita símbolos – esta mente no nos puede llevar a un nivel muy profundo. Podemos conseguir éxito material a través de tales procesos mentales, pero estos tienen sus limitaciones. No nos conducirán a la sabiduría de Buddha.

El Sutra nos dice que aquel que no se ha liberado del samsara nunca entrará en el gran océano de Buddha. La mente del samsara tiene ideas de nacimiento y muerte, ganancia y perdida, y está llena de aflicciones. Cuando deseamos alcanzar felicidad y estar libres de infortunios – esta es la mente del samsara. Esto es similar a beber agua salada del océano cuando tienes sed. Cuanto más bebes, más sediento estás. Cuanto más sediento estás, más es lo que bebes. La felicidad y la bendición son ambiguas. ¿De qué están compuestas? ¿Posición social, un buen trabajo, fama, una buena familia? Las personas ordinarias dicen que estos son los criterios de una buena vida. Pero estas cosas no pueden mantenerse para siempre. Como las gotas de rocío en el poema, son muy bonitas sobre el césped por la mañana, pero el sol brillará y las gotas de rocío se evaporarán. Son muy temporales.

Así que aquellos que tienen la mente del samsara tendrán dos actitudes: La de buscar felicidad y la de evitar los infortunios. Tales actitudes son ignorantes pero son naturales para las personas ordinarias. Tal vez si las personas ordinarias no tuviesen tales actitudes, podrían perder las ganas de vivir.

El buscar felicidad es como un perro persiguiendo su cola. Dará vueltas y vueltas, pensando que su cola es algo aparte de él mismo. Nunca la podrá alcanzar. Evitar los infortunios es como un hombre caminando bajo el sol que trata de esquivar su sombra. El piensa que la sombra es malvada, y corre rápidamente para escapar de ella; pero cuanto más rápido corre, más rápido lo sigue la sombra. Tales actitudes sólo te harán sentir agobiado.

Mi amigo luego me preguntó, “¿Qué actitud debemos tener para enfrentar nuestro destino?” Es de este modo, “cualquier cosa que esté sucediendo, deja que suceda. No debemos preocuparnos mucho por esas cosas que aún no han pasado – si son beneficiosas, trata de hacerlas suceder, si no son beneficiosas, trata de evitar que sucedan. Si estás enfermo, ¿qué puedes hacer más que llamar a un medico y tratar de ponerte mejor? Si no estás enfermo, tratas de seguir bien, pero no debes preocuparte de que podrías enfermar. Si estás enfermo, no te quejes o compares con otros. Si adoptas esta actitud en la vida diaria, serás más feliz.

Tal actitud está libre de pensamientos de ganancia o perdida – está ya lejos de la mente del samsara. Tal vez para nosotros el realmente vivir de este modo es otra cuestión. Pero esta es la actitud de un Bodhisattva – no tenerle miedo al sufrimiento. Los Bodhisattvas ni causan ni crean sufrimiento. Ya que no le temen al sufrimiento, ellos no sufrirán hasta que el sufrimiento realmente surja. Cuando el sufrimiento surge, el Bodhisattva tendrá nada de aversión hacia él. Así no habrá sufrimiento real. Hace quince años monjes en Vietnam se prendieron fuego a sí mismos para protestar por la política gubernamental del rechazo del Budismo. Uno puede cuestionar si esto es aceptable, pero estos monjes no consideraron que esto era la muerte. Sí, había dolor. Pero no había sufrimiento.

No tener conceptos de ganancia o perdida, no perseguir la felicidad para alejarse del dolor, no alcanzar la Budeidad para liberarse del Samsara – esta es la senda de los Buddhas. Los Bodhisattvas no le temen al sufrimiento, ni al nacimiento y muerte, pero los Sravakas Hinayanas aún le temen a tales cosas. Ellos no entienden verdaderamente la sabiduría de Buddha.

El no tener una actitud de ganancia o pérdida, no buscar felicidad o evitar la desdicha, es la característica de un Buddha o un Bodhisattva. La gente me pregunta si quiero dinero, nuevos templos, reconocimiento, etc. Si estas cosas están disponibles, no las voy a rechazar, pero tampoco las buscaré. Seguiré tomando las Líneas Aéreas Coreanas a pesar del hecho de que los soviéticos derribaron uno de sus aviones. He tomado las Líneas Aéreas Coreanas por cinco caños, y no he tenido ningún problema. Cuando sea el tiempo para mí de irme, entonces quizás algo pueda suceder.

Aquello que es, deja que sea. Lo que va a suceder, deja que suceda. Lo que ha pasado, debemos aceptarlo. No te preocupes demasiado por lo que está por suceder – podemos tratar de prevenir lo que es infortunado, e intentar hacer que lo que es placentero suceda. Esta es la actitud del Chan y del Budismo Mahayana. Con esta actitud uno se libera del samsara.