viernes, 19 de abril de 2011
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Los Puntos Esenciales de la Práctica Chan II
La esencia del Chan
Esta es la segunda parte de una traducción de un artículo escrito por el maestro Hsu-yun.

Conferencias sobre los Métodos de la Práctica en la Sala de meditación Chan

1. Introducción:

Muchas personas acuden a mí para solicitar orientación. Esto me hace sentir avergonzado. Todos trabajan tan duro – partiendo leñas, azadonando los campos, transportando tierra, moviendo ladrillos – y sin embargo de la mañana a la noche no abandonan el pensamiento de practicar el Camino. Tal determinación para el Camino es conmovedora. Yo, Xuyun, me arrepiento de mi insuficiencia en el Camino y mi falta de virtud. No soy capaz de orientarles y solamente puedo emplear unos dichos de los antiguos para responder a sus preguntas. Hay cuatro prerrequisitos en relación con los métodos de práctica: (1) Tener profunda confianza en la ley de causa y efecto; (2) Observar estrictamente los preceptos; (3) Tener fe firme; (4) Elegir una puerta del Dharma como método de práctica.

2. Lo imprescindible de la Práctica Chan

Nuestras actividades cotidianas son realizadas dentro del Camino mismo. ¿Hay algún lugar que no sea un lugar para practicar el Camino? Incluso no sería necesaria una sala Chan. Además, la práctica Chan no es solamente la meditación sentada. La Sala Chan y la meditación sentada Chan son para los seres sensibles con obstáculos kármicos pesados y sabiduría superficial.

Cuando uno se sienta en meditación, primero debe saber cómo regular el cuerpo y la mente. Si no están bien regulados, entonces un pequeño dolor se convertirá en una enfermedad y un gran dolor conducirá a enredos demoníacos. Esto sería lo más lastimoso. En la Sala Chan la meditación caminando y sentada son para regular el cuerpo y la mente. Hay otros métodos para regular el cuerpo y la mente, pero voy a hablar de estos dos métodos fundamentales.

Cuando te sientas en la posición de loto, deberías sentarte naturalmente recto. No empujes intencionalmente la cintura hacia delante. El hacerlo así aumentará tu calor interno, que después podría traer como consecuencia tener arena en la esquina de tus ojos, mal aliento, respiración incómoda, pérdida de apetito, y en el peor de los casos, vomitando sangre. Si el adormecimiento o la somnolencia ocurren, abre bien tus ojos, endereza tu espalda, y mueve suavemente tus nalgas de lado a lado, el adormecimiento desaparecerá de manera natural. Si prácticas con una actitud ansiosa, podrás sentirte disgustado. En ese momento deberías dejarlo todo, incluyendo tus esfuerzos para practicar. Descansa unos minutos. Después de recuperar naturalmente, continúa practicando. Si no puedes hacerlo, a medida que pasa el tiempo desarrollarás un mal genio, o en el peor caso, te volvería loco o caerías en enredos demoníacos.

Hay muchas experiencias que encontrarás al sentarte en meditación Ch'an, demasiadas para hablar ahora. Sin embargo, si no te apegas a ellos, no podrán afectarte. Esta es la razón por la que el refrán reza: “Ve lo extraordinario pero no lo consideres como si fuera extraordinario, y lo extraordinario se retirará.” Si encuentras o percibes una experiencia desagradable, no le hagas caso ni tengas miedo. Si experimentas algo agradable, no le hagas caso y no generes apego. El Surangama Sutra dice: “Si uno no piensa que ha alcanzado una experiencia supramundana, entonces es bueno. Por otro lado, si uno piensa que ha alcanzado algo supramundano, entonces atraerá a demonios.”

3. Cómo Comenzar a Practicar: Distinción entre Anfitrión e Invitado:

¿Cómo uno debería empezar a practicar? En la asamblea del Surangama, El honorable Kaundinya, mencionó dos palabras “invitado” y “polvo.” Así es cómo los principiantes deberían comenzar su práctica. Dijo: “Un viajero que permanece en un hostal podría quedarse a pasar la noche o lograr algo para comer. Cuando ha terminado o descansado, empaca y continúa su viaje, puesto que no tiene tiempo para quedarse más. Si él fuera el anfitrión, no tendría ningún lugar al que ir.” Por consiguiente yo pienso: el que no se queda es llamado un invitado porque no quedarse es la esencia de ser un invitado. El que se queda es llamado un anfitrión. De otra forma, en un día claro, cuando aparece el sol, la luz del sol entra en una habitación oscura a través de una abertura, y se puede ver polvo en el espacio vacío. El polvo es móvil pero el espacio es quieto. Aquello que es claro y quieto es llamado espacio; aquello que es móvil es llamado polvo porque la mudanza es la esencia de ser polvo. El invitado y el polvo se refieren a los pensamientos ilusorios, mientras que el anfitrión y el espacio se refieren a nuestra propia naturaleza. Que el anfitrión permanente no sigue al invitado en sus idas y salidas ilustra que la propia naturaleza permanente no sigue los pensamientos ilusorios en su grandeza y decadencia fugaces, por consiguiente, se dece: “Si uno no está afectado por todas las cosas, entonces no habrá obstrucciones incluso cuando uno está continuamente rodeado de las cosas.” El polvo móvil no bloquea el espacio claro, quieto y vacío; los pensamientos ilusorios que aparecen y desaparecen por sí mismos no obstaculizan la propia naturaleza de “lo que es así”. Por lo tanto se dice: “Si mi mente no aparece, todas las cosas son intachables.” En dicho estado de la mente, incluso el invitado no van a la deriva con pensamientos ilusorios. Si se comprende el “espacio y el polvo”, los pensamientos ilusorios ya no serán obstáculos. Se dice que cuando uno reconoce un enemigo, no habrá más enemigo en tu mente. Si uno puede investigar y comprender todo esto antes de comenzar a practicar, es probable que cometa serios errores.

4. Hua-tou y duda
Los antiguos patriarcas señalaron directamente la mente. Cuando uno ve la propia naturaleza, alcanza la Budeidad. Esto fue el caso cuando Bodhidharma ayudó a sus alumnos a calmar su mente y cuando el Sexto Patriarca solamente hablaba de ver la propia naturaleza. Todo lo que era necesario fue la comprensión directa y la aceptación de la Mente y nada más. No había tal cosa como la investigación de Hua-tou. Los patriarcas más recientes, sin embargo, vieron que los patriarcas no podían meterse de lleno en la práctica con dedicación total y no podían ver instantáneamente su propia naturaleza. En cambio, estas personas jugaron juegos e imitaron palabras de sabiduría, luciéndo el tesoro de los demás e imaginando que era suyo. Por esta razón, más tarde los patriarcas se vieron forzados a establecer sectas y crear métodos específicos para ayudar a los practicantes, de ahí, el método de investigaciójn de hua-tou.

Hay muchos hua-tous, tales como “todos los dharmas vuelven al uno, ¿a dónde vuelve este uno?” “¿Cuál era mi rostro antes de nacer?” y etcétera. El hua-tou más común, sin embargo, es ¿quién está recitando el nombre del Buda?

¿Qué significa hua-tou? Hua significa la palabra hablada; para significar el encabezado o el comienzo, de manera que hua-tou significa lo que es antes de la palabra hablada, por ejemplo, recitar el Buda Amitabha es un hua, y hua-tou es eso que procede a la recitación del nombre del Buda. El hua-tou es ese momento antes de que aparezca el pensamiento. Una vez que aparezca el pensamiento, y es la cola del hua. El momento antes del pensamiento que ha aparecido es llamano no-surgimiento. Cuando nuestra mente no está dispersa, no está adormilada, no está apegada a la quietud, o no se ha caído en un estado de la nada, es llamado no-deterioro. Solamente e interterrumpidamente, volverse hacia adentro e iluminar el estado de no-surgimiento y no- deterioro es llamada la investigación del hua-tou, para cuidarse del hua-tou.

Para investigar el hua-tou, primero uno debe generar duda, la duda es como un bastón para el método de investigar hua-tou. ¿Qué significa duda? Por ejemplo, uno podría preguntar: ¿Quién está recitando el nombre del Buda? Todo el mundo sabe que es él mismo quien está recitando el nombre, pero, ¿él está empleando su boca o mente? Si es su boca, entonces después de que esta persona muera y la boca todavía existe, ¿por qué una persona muerta no es capaz de recitar el nombre del Buda? Si es la mente, entonce, ¿cómo es la mente? No se puede saber. Entonces hay algo que uno no comprende, y esto genera una mínima dura en relación con la pregunta de “quién.”

Esta duda no debería ser ordinaria nunca. Entre más fina mejor. En todos los tiempos y en todos los lugares, uno debería mirar una sola mente y guardar esta duda, y mantenerla como una corriente de agua fina. No estés distraído por cualquier otro pensamiento. Cuando la duda está allí, no la perturbes. Cuando la duda ya no está allí, genérala moderadamente otra vez. Los principiantes encontrarán que es más eficiente usar este método cuando inmóvil más que cuando móvil, pero no deberías tener una actitud discriminativa. No importa si tu práctica es efectiva o no o si estás inmóvil o móvil, sólo usa este método y práctica con una sola mente.

En el hua-tou, “¿quién está recitando el nombre del Buda?” El énfasis debería estar en la palabra “quién.” Las demás palabras sirven para ofrecer una idea general, igual como preguntarse, “¿Quién está vistiéndose?” “¿Quién está comiendo?” “¿Quién está moviendo sus cuencos?” “¿Quién está orinando?” “¿Quién está luchando neciamente contra el mismo?” “¿Quién está consciente?” “No importa si uno está caminando, de pie, sentado, o recostado, la palabra “quién” es directa e inmediata. No tener que depender del pensamiento repetitivo, conjetura, o atención, así es fácil generar un sentido de duda.

Por lo tanto, la implicación del hua-tou de la palabra “quién” es un maravilloso método para practicar el Chan. Pero la idea no es repetir: “¿Quién está recitando el nombre del Buda?” como uno podría repetir el mismo nombre del Buda; ni es correcto usar el razonamiento para idear una respuesta a la pregunta, pensando que esto es lo que significa tener duda. Hay personas que repiten interrumpidamente la frase: “¿Quién está recitando el nombre del Buda?”, en vez podrían acumular más mérito y virtud si en cambio recitaron repetidamente el nombre del Buda Amitabha. Hay otros que dejan que sus mentes vaguen, pensando que es el significado de tener duda, y terminan por estar más implicados en los pensamientos ilusorios. Esto es como tratar de ascender, pero, en cambio, descender. Sé consciente de esto.

La duda generada por un practicante principiante tiende a ser ordinaria, intermitente e irregular. Esta no es verdaderamente calificada como un estado de duda. Sólo puede ser llamada pensamientos. Gradualmente, después de que se disipen las ideas locas y uno tenga más control, el proceso puede ser llamado Chan (pronunciado ts'an que significa investigar o examinar). Cuando la cultivación se vuelve más fina, la duda surge naturalmente sin inducir activamente a ella. En este momento uno no está consciente de dónde uno está sentado. Uno no está consciente de la existencia del cuerpo, o la mente o el ambiente. Sólo hay esa duda. Esta es un verdadero estado de duda.

Hablando realísticamente, la etapa incial no puede considerarse cultivación. Uno está meramente involucrándose en los pensamientos ilusorios. Sólo cuando la verdadera duda surge por sí misma ésta puede ser llamada verdadera cultivación. Este momento es una coyuntura, y es fácil para el practicante desviarse del camino correcto:

(1) Este momento es claro y puro y hay un sentido ilimitado de luminosidad y paz. Sin embargo, si uno fracasa en mantener completamente su conciencia e iluminación (conciencia es sabiduría, no falsa ilusión; iluminación es samadhi, no desorden), uno caerá en un estado de luz de adormecimiento mental. Si alrededor hay una persona lúcida, será capaz de decir inmediatamente que el practicante está en este estado mental y le dará golpes con un palo de incienso, dispersando todas las nubes y nieblas. Muchas personas se vuelven iluminadas de esta manera.

(2) Este momento es claro y puro, vacío y vacuo. Si no lo es, entonces se pierde la duda.
Entonces es “no contenido,” lo cual significa que uno ya no está haciendo un esfuerzo para practicar. Esto es lo que significa el “acantilado con madera seca” o la “piedra empapada en agua fría.” En esta situación el practicante tiene que “incrementar.” “Incrementar” significa desarrollar conciencia e iluminación. Es diferente de los tiempos anteriores cuando la duda era común. Ahora ha de ser extremadamente fina – un pensamiento, interrumpido y extremadamente sutil. Con la completa claridad, es iluminando e inactivo, inmóvil, sin embargo, consciente. Como el humo de un fuego que está a punto de salir, es un chorro estrecho sin interrupción. Cuando nuestra práctica llega a este punto, es necesario tener un ojo de diamante en el sentido de que uno ya no debería tratar de “incrementar.” Para “incrementar” en este punto debería ser como colocar una cabeza encima de la nuestra cabeza.

Una vez un monje preguntó al maestro Chan Zhaozhou, “¿Qué debería hacer uno cuando no viene una cosa?” Zhaozhou replicó: “Déjalo.” El monje preguntó: “Si ni una sola cosa viene, ¿qué deja uno?” Zhaozhou contestó: “Si no puede dejarla, tómala.” Este diálogo se refiere precisamente a este tipo de situación. No se puede describir el verdadero sabor de este estado. Como alguien que bebe el agua, sólo él mismo sabe si está caliente o fría. Si una persona llega a este estado, comprenderá naturalmente. Si no está en este estado, ninguna explicación será adecuada. Para un maestro de espada deberías ofrecer una espada, no te tomes la molestia de demostrar tu poesía a alguien que no sea un poeta.
5. Ten Cuidado del hua-tou y Cambiar hacia adentro para escuchar nuestra propia naturaleza:

Alguien podría preguntar: “¿Cómo es que el método del Bodhisattva Avalokitesvara de cambiar hacia adentro para escuchar la propia naturaleza es considerada la investigación del Chan?” He explicado anteriormente que tener cuidado de hua es estar, momento tras momento, con un único pensamiento, brillando la luz hacia adentro sobre “aquello que no es nacido ni destruído.” La iluminación interior es reflexión. La propia naturaleza es aquello que no es nacido ni destruído. Cuando “escuchando” y “iluminando” siguen el sonido y la forma en la corriente mundana, oyendo no va más allá del sonido y viendo no va más allá de la forma. Sin embargo, cuando uno vuelve hacia adentro y completa su propia naturaleza contra la corriente mundana, y no búsca sonido y forma, entonces se vuelve puro y transparente. En ese momento “oír” e “iluminar” son dos cosas diferentes.

Entonces deberíamos saber que cuidarse del hua-tou y cambiar hacia adentro para escuchar la propia naturaleza no quiere decir usar nuestros ojos para ver y nuestros oídos para escuchar. Si empleamos nuestros oídos para escuchar o nuestros ojos para ver, entonces estamos persiguiendo sonido y forma. Como un resultado seremos afectados por ellos. Esto es llamado submisión a la corriente mundana. Es llamada sumisión a la corriente mundana. Si uno práctica con sólo un pensamiento, la permanencia sin otro objetivo en la mente en eso que no es nacido ni destruído, no persiguiendo el sonido y la forma, sin pensamientos vagabundos, entonces uno está yendo contra corriente. Esto es también llamado tener cuidado del hua-tou o volverse hacia adentro para escuchar la propia naturaleza. Esto no quiere decir que tengas que cerrar los ojos o cubrir las orejas. Sólo no generes una mente buscadora de sonido y forma.

6. Determinación para Salir del Samsara y Generar la Mente Perseverante

En el entrenamiento Chan lo más importante es tener una determinación de salir de nacimiento y muerte y de generar una mente perserverante. Si no hay una determinación de salir de nacimiento y muerte, entonces uno no puede generar la “gran duda” y la práctica no será efectiva.
Si no hay perseverancia en nuestra mente, el resultado será pereza, como un hombre que práctica un día y descanza diez. La práctica no será completa y cuando la gran duda surge, las aflicciones llegarná a su fin por sí mismos. Cuando llegue el momento, el melón se separará naturalmente de la parra.

Les diré un relato. Durante la dinastía Ching en el año de Geng Ze (1900) cuando los ocho poderes mundiales enviaron sus ejércitos a Peking, el emperador Guang Xu huyó hacia el oeste de Pekín a la provincia de Shanxi. Todos los días caminaban decenas de kilometros, por varios días no tenía nada que comer. En el camino, un campesino le ofreció cocidos de patata dulce, después de que los comiera, preguntó al campesino qué fueron porque sabían tan bien. ¡Piensa en el habitual comportamiento imponente y su arrogancia! ¿Cuánto tiempo piensas que podría continuar manteniendo su actitud imperial después de un viaje tan largo a pie? ¿Piensas que había pasado hambre alguna vez? ¿Piensas que incluso tenía que comer cocidos de patatas dulces? En ese momento abandonaba todos sus pergaminos. Después de todo, había caminado una larga distancia y había comido peciolos para evitar que se muera de hambre. ¿Por qué él era capaz de dejarlo todo en ese momento? Puesto que las tropas aliadas querían su vida y su único pensamiento fue salvarse a sí mismo. Pero cuando la paz volvió y regresó a Pekín, nuevamente se volvió orgulloso y arrogante. No tenía que correr más. Ya no tenía que comer la comida que podría desagradarle. ¿Por qué no fue capaz de dejarlo todo en ese momento? Puesto que las tropas aliadas ya no querían su vida. Si el emperador siempre tuviera una actitud de correr por su vida y transformar su actitud hacia el camino de práctica, no habría nada que no pudiera llevar a cabo. Es una lástima que no tuviera una mente perseverante. Cuando las circunstancias favorables regresaron, así también sus hábitos anteriores.

¡Compañeros practicantes! El tiempo va pasando, no vuelve nunca. Está buscando continuamente nuestras vidas. Es más aterrador que las tropas aliadas. El tiempo nunca se comprotemerá a hacer paz con nosotros. ¡Dejémonos generar inmediatamente una mente perseverante para liberarnos de nacimiento y muerte!

El maestro Gaofeng (1238-1295) dijo en una ocasión: “Con respecto a la práctica, uno debería actuarse como una piedra que se cae en la parte más profunda del tanque, de diez mil pies de profundidad, cayéndose continua y persistentemente sin interrupción hacia el fondo. Si uno puede practicar así sin parar, continuamente por siete días y todavía no podría ser capaz de cortar los pensamientos vagabundos ilusorios y aflicciones, yo, Gaofeng, haré que mi lengua sea para las vacas para siempre.” Continuó diciendo: “Cuando uno practica el Chan, debería proponer un tiempo determinado para lograr el éxito, como un hombre que se ha caído en un hoyo de mil pies de profundidad. Todas las decenas de miles de pensamientos son reducidos a uno – escapar del hoyo. Si uno puede practicar realmente de mañana a anochecer y de noche a día sin pensárselo dos veces, y si no puede alcanzar la completa iluminación dentro de tres, cinco, o siete días, yo estaría diciendo una grande mentira por la cual, yo debería tener mi lengua tirada a por las vacas para arar para siempre.” Este maestro viejo tenía gran compasión. Sabiendo que probablemente nosotros no seríamos capaces de generar dicha una mente perseverante, hizo dos grandes votos para garantizar nuestro éxito.