sábado, 20 de abril de 2011
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Cómo salir de de los momentos de bajón
La esencia del Chan
Por el maestro Sheng Yen
Muchas personas no comprenden el significado y el valor de la vida; consideran los altibajos y logros y los contratiempos como sus objetivos de la vida. Cuando tienen sus buenos momentos, están alegres porque las cosas están yendo como lo desean; cuando las cosas no están yendo bien, se lamentan de su mala suerte. Si comprendiéramos el significado y valor de la vida, no tendríamos las preocupaciones de que si las cosas están yendo bien o de los altibajos.

Desde el punto de vista de mi vida personal, mi viaje ha sido más duro que el de una persona común y corriente. Cuando era joven, no tuve la oportunidad de ir a la escuela como los otros niños de mi edad. Esto calificó como un mal momento de mi vida. Después entré en una academia budista. Poco tiempo después, estalló la guerra civil y nuestro monasterio fue dañado. Muchos alumnos retomaron nuevamente su vida secular y encontraron otros trabajos, pero yo elegí servir temporalmente en el ejército puesto que aún esperaba hacerme budista más tarde. Durante ese tiempo, las personas de mi misma edad estaban estudiando en la escuela superior, universidad o escuela de postgrado; pero yo tenía que quedarme en el ejército. Para mí, este fue otro contratiempo de mi vida y realmente me sentía deprimido.

Cuando retomé nuevamente la religión, finalmente tuve la oportunidad de estudiar. Viajé a Japón y no tuve ningún apoyo financiero durante mi educación. Mis días fueron igualmente deprimidos. Después, fui a los Estados Unidos. A causa de mi propia mala suerte, vagabundeaba por las calles estadounidenses. Este fue también otro de los contratiempos de mi vida. Obviamente me sentía abatido. No obstante, di buen uso de mi periodo de depresión, adopté el pragmatismo y busqué el crecimiento continuo. No perseguía dinero o fama, ni tampoco nivel social. Yo enfatizaba el crecimiento del conocimiento y la cultivación. Aunque no tenía cosa alguna en el mundo, permanecí dedicado a estudiar el Budismo y practicar la fe.

De hecho, ya de los 10 años de edad sabía cómo utilizar mis momentos bajos para mejorarme a mí mismo. Utilicé el significado de la vida y viví acorde con él. A partir de entonces, comencé a escribir artículos y publiqué muchos de ellos antes de los 20 años de edad. También leía muchos libros. Por lo tanto, mis días no me parecían vacíos. Incluso en el ejército, aproveché toda oportunidad para crecer. Me aseguraba de llevar a cabo todas las tareas impartidas por mis superiores. Mientras los demás salían y se divertían, yo dedicaba mi tiempo a leer los Sutras budistas y a rendir respeto al Buda. En las regiones montañosas de Hsintien, podíamos mirar a la distancia y ver el gran Buda en el templo del viejo monje Kuang Chin. Cada vez que tenía tiempo rendía homenaje al gran Buda.

El tiempo que estaba en Japón lo consideraba como el momento dorado en el viaje de mi vida para crecer, aún aunque nadie me ayudara. Incluso cuando vagabundeaba en los Estados Unidos me mantuve ocupado todos los días. No me sentía miedoso, vacío ni abatido. Gracias a mi entrenamiento desde joven, fui capaz de mantenerme flexible durante los bajones de la vida. Por lo tanto, no podría considerar estos períodos de mi vida como bajones. Aquellas personas incapaces de aguantar la prueba de las caídas, no podrán ser fiables en términos del crecimiento de su carácter.

En cuanto a estas experiencias de bajones, las trato como un proceso inevitable de la vida. Obviamente, los crescendos también son meramente parte del proceso de la vida. Actualmente estoy viviendo las últimas etapas de mi vida. Esto puede considerarse como la cumbre de mi vida. Pero yo sólo lo tomo como un proceso en lugar de un punto alto de mi vida. Esto es porque el viaje de la vida de todo el mudo está lleno de altibajos. Si nuestras emociones son influenciadas por estas ondas de la vida, estaremos confusos en cuanto a qué curso debemos tomar en la vida. Si es así, nos sentiremos extremadamente deprimidos.