viernes, 29 de marzo de 2011
páginas relacionadas con DDM

這個頁面上的內容需要較新版本的 Adobe Flash Player。

get Adobe Flash Player

La tradición Chan: Historia, teoría y práctica
La esencia del Chan
Conferencia impartida por el maestro Sheng Yen el 21 de octubre de 1992 en la Universidad de Washington.

Cuando hablamos del desarrollo del Chan en China, debemos reconocer las dificultades en separar los conceptos específicos del Chan de aquellos del Budismo en general. En efecto, para cualquier persona, es imposible alcanzar la realización más elevada en el Budismo sin ninguna experiencia o práctica equivalente a la que se puede encontrar en la tradición Chan.

El Budismo enfatiza en el reconocimiento y el logro de la sabiduría. Sin la realización de este logro, el Budismo no tiene significado. Pero, ¿por qué cultivamos la sabiduría? Lo hacemos para resolver las luchas y sufrimiento internos, y para tratar los problemas que encontramos. El objetivo del Budismo, por lo tanto, radica en alcanzar la sabiduría mediante la guía de conceptos budistas y métodos de práctica similares a los que se pueden encontrar en la tradición Chan.

El Budismo fue llevado por primera vez a China alrededor de la época de Jesús. En este temprano período la dhyana contemplativa fue el método de práctica empleado. Este es un sistema que ayuda a uno a calmar la mente y llegar a un entendimiento del yo para generar sabiduría. La introducción de este método como una manera de abrir camino hacia la sabiduría fue importante para la transmisión del Budismo a China.

Podrías haber oído hablar de que el Budismo Chan se asemeja a una religión pero no es verdaderamente una religión. El Budismo Chan es, efectivamente, una religión. Las religiones hablan de la fe y la práctica del Chan no se puede llevar a cabo sin fe. Para una explicación de la importancia de la fe en la práctica Chan, por favor, consulten mi libro “Faith in Mind.” Sin embargo, la fe de la que hablamos en la tradición Chan es diferente de la fe en otras religiones, que ponen énfasis en la creencia en los seres sobrenaturales o dioses que son distintos de nosotros mismos. El Chan hace hincapié en la importancia de tener fe en las enseñanzas del Buda. Éstas muestran que todo el mundo tiene naturaleza de Buda y que todo el mundo puede alcanzar la Budeidad. Todos los seres humanos que tienen verdadera fe en las enseñanzas del Buda y siguen los principios y métodos de práctica podrán convertirse en un Buda.

En la tradición Chan hay muchos relatos acerca de los discípulos preguntando a sus maestros: “¿Qué trajo Bodhidharma de la India a China?” Las respuestas de todos los maestros parecen diferentes, pero su punto esencial es lo mismo: Bodhidharma no trajo nada más que a sí mismo a China. Fue a China para decirle a la gente que todo el mundo tiene naturaleza de Buda y que todo el mundo puede alcanzar la Budeidad.

Cuando un discípulo preguntó el por qué de tal relato, el maestro contestó: “Porque el Chan ya existía en China.” El discípulo continuó: “Si ya existía en China, entonces, ¿por qué tuvo que venir?” El maestro contestó: “Si no hubiese venido, la gente en China no podría haber sabido que la naturaleza de Buda existe en cada ser sensible.” Bodhidharma fue a China sin nada excepto él mismo para difundir el mensaje de que todo el mundo tiene naturaleza de Buda y de que todo el mundo debería tener fe en ella. Antes de alcanzar la iluminación, debemos tener fe en que tenemos naturaleza de Buda.

“El Sexto Patriarca, Hui-neng, probablemente fue el que contribuyó más al desarrollo del Chan. Su enseñanza más importante puede resumirse en esta frase: No permanencia, no pensamiento y no forma. Debes experimentar el estado mental al que se refiere esta frase para comprender la naturaleza de Buda en ti mismo. Aunque habláramos de la naturaleza de Buda, no hay nada en concreto que podríamos señalar como naturaleza de Buda. Esta es la esencia de la vacuidad – sunyata.” Cuando Bodhidharma fue a China, mencionó algo llamado la “Tathagatagarbha”, un término que significa que todo el mundo tiene naturaleza de Buda.

En el Sutra de la Plataforma, la enseñanza de “No permanencia, no pensamiento y no forma”, concordaba con la vacuidad, la enseñanza fundamental del Sutra del Diamante. No deberíamos malinterpretar la naturaleza de Buda por algo concreto o incambiable, entonces el Chan sería indistinguible de una religión formal que enfatiza la fe como algo externo, monolítico e invariable, lo cual no es correcto.

El discípulo de la cuarta generación del Sexto Patriarca, el maestro Chao-chou, tenía un discípulo haciéndole la siguiente pregunta: “Si se supone que todos los seres sensibles tienen la naturaleza de Buda, ¿y qué de los perros?” El maestro contestó: “No.” En apariencia, esta respuesta parece contradecir lo que enseña el Budadharma. Pero necesitamos comprender que la naturaleza de Buda no es concreta o invariable. Este tipo de diálogo, que parece paradójico, contradictorio o sin sentido se convirtió en un método de práctica llamado kung-an o hua-t'ou.

Hay cuatro conceptos claves en el Chan: fe, entendimiento, práctica y realización. La fe pertenece al campo religioso, el entendimiento es filosófico, la práctica es creencia puesta en acción y la realización es iluminación. Todos estos cuatro juntos crean la puerta por la que uno entra para alcanzar la sabiduría. En general, sin fe, resulta difícil entender; sin entendimiento, no puedes practicar; y sin práctica, es imposible alcanzar la iluminación.

Fundamentalmente, uno debe tener fe en que todos los seres tienen naturaleza de Buda y comprender que la naturaleza de Buda no es algo invariable y substancial. Cuando empezamos a practicar y no hemos aceptado realmente la existencia de la naturaleza de Buda, entonces debemos tener fe en su existencia. Si no la tenemos, no seremos receptivos a las enseñanzas o no seremos capaces de ponerlas en práctica. Pero una vez que hayamos aceptado la existencia de la naturaleza de Buda, es importante el no comprenderla como inmóvil o concreta. Si estamos aferrados a la concepción de la naturaleza de Buda como algo esencialmente invariable, consideraremos que hay un verdadero ‘yo’ dentro nuestro. Abrazaremos ese ‘yo’ sin importar si es un ‘yo’ verdadero o falso. Estaremos limitados y apegados a esa idea del ‘yo’ y nunca alcanzaremos la liberación. En primer lugar, uno debe aceptar la existencia de la naturaleza de Buda, luego abandonarla completamente porque no hay tal cosa. De esta manera uno puede experimentar verdaderamente moviéndose de la existencia a la no existencia.

Sabemos que la práctica Chan implica la meditación, y que puede ser un proceso incómodo, sobre todo debido al dolor físico. Esta es la razón por la cual unos maestros Chan en épocas tempranas no fomentaron la meditación sentada. Incluso los antiguos manuscritos y documentos no revelan evidencia del Sexto Patriarca sentado en meditación ya sea antes o después de su iluminación.

Las dos primeras generaciones de maestros después del Sexto Patriarca también le quitaban importancia a la meditación, como puede verse en el conocido relato acerca de Ma-tsu y su maestro, Nan-yue. Un día mientras Ma-tsu estaba sentado en meditación, Nan-yue empleó un método muy hábil para señalar su punto débil. Preguntó a Ma-tsu: “¿Qué estás haciendo?” Ma-tsu contestó: “Estoy meditando.” Nan-yue dijo: “¿Por qué?” A lo que contestó Ma-tsu: “Lo hago para alcanzar la Budeidad.” Nan-yue no dijo nada y tomó un ladrillo y empezó a pulirlo. Ma-tsu preguntó: “¿Por qué esta haciendo eso?” Nan-yue dijo: “Estoy haciendo un espejo.” Ma-tsu lo pensó y preguntó: “¿Cómo es posible que un ladrillo pueda transformarse en un espejo?” Nan-yue contestó: “Si uno no puede pulir un ladrillo para que se convierta en un espejo, entonces, ¿cómo puedes convertirte en un Buda a través de la meditación?” Este diálogo es aún una enseñanza popular, y también es uno de mis hua-t'ou favoritos. Por lo tanto no es necesario meditar para alcanzar la Budeidad o iluminación.

He estado enseñando la meditación por más de una decena de años y me he encontrado muchas personas inteligentes quienes desean usar la manera antigua de práctica empleada por el Sexto Patriarca y Nan-yue. No quieren sentarse en meditación o no desean que la meditación les consuma demasiado tiempo o provoque dolor. A estas personas les digo que los antiguos maestros Chan ya no están ahora. Los maestros Chan modernos requieren práctica de meditación.

Antes del Sexto Patriarca, el Tercero, Cuarto y Quinto Patriarca todos enfatizaron la práctica de la meditación. Sólo el Sexto Patriarca y sus seguidores no estaban de acuerdo con este punto. Sabemos por los registros en manuscritos que el discípulo de Ma-tsu, Pai-chang, llevaba a cabo la meditación en su monasterio. Podríamos decir que la iluminación no sólo proviene de la meditación, sin embargo, la meditación es un paso necesario hacia la liberación. La guía de los conceptos Chan es también esencial conjuntamente con la práctica de meditación. Con la orientación de un buen maestro, la dura práctica y las enseñanzas Chan, la iluminación no está lejos.

Sólo a través del método de meditación podemos pacificar la mente. Una vez que se haya calmado la mente, entonces podemos reducir nuestras costumbres subjetivas y egoístas que provocan tanta aflicción. Cuando se pacifica la mente hasta que se encuentra en un estado tranquilo y unificado, entonces es posible ver lo que el ‘yo’ es.

Fundamentalmente, hay dos escuelas principales del Chan: Lin-chi, que usa los métodos de kung-an y hua-tou, y Tsao-tung, que usa el método de la iluminación silenciosa. Usando los métodos de cualquiera de estas dos escuelas pueden llevar a la iluminación. Sin importar cuál de estos dos un practicante adopte, tienen una preparación similar. En primer lugar, uno debe ser capaz de relajar tanto el cuerpo como la mente y luego llevarse a sí mismo a un estado mental concentrado y unificado. Sólo en ese momento se pueden usar los métodos de kung-an y hua-tou o de la iluminación silenciosa. El proceso de la meditación es largo. No es algo que uno pueda realizar a través de leer un par de frases. La meditación implica una práctica larga y sostenida.