viernes, 19 de abril de 2011
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Actitudes hacia la Práctica y los Frutos de la Práctica
La esencia del Chan
Conferencias pronunciadas por el maestro Sheng Yen durante el retiro de mayo de 1990.

Durante el retiro, he hablado de muchas cosas que te ayudarán en tu práctica y aumentarán tu entendimiento del Buddhadharma. Sobre todo, te he dicho acerca de varios aspectos importantes de la práctica: la confianza, un sentimiento de arrepentimiento del karma y un sentimiento de vergüenza por el karma, hacer votos y transferir méritos. Esta noche voy a examinar estos temas en detalle y señalar las conexiones entre ellos. Finalmente, hablaré sobre algunos de los frutos de la práctica: la Felicidad del Dharma y Alegría del Dhyana.

Confianza

La confianza es una de las cualidades más importantes y positivas que podemos tener en nuestra práctica. Es la confianza la que podrá aumentar tu fe en tu método, en ti mismo, y en tu maestro. Esta fe te ayudará a vencer cualquier obstáculo que te estorbe y te ayudará a ver que las Tres Joyas – el Buda, el Dharma, y la Sangha – pueden orientarte hacia tu objetivo. La fe y la práctica disminuirán y finalmente erradicarán tu egocentrismo.
Uno de los obstáculos más grandes en la práctica es la duda. La confianza y la fe son los antídotos contra la duda. Mientras continúas con la práctica y ves los beneficios que trae, te volverás más fuerte en la práctica y tu confianza y fe aumentarán.
Con la confianza llegarás a comprender la naturaleza de y la necesidad tanto del sentimiento de arrepentimiento del karma como del sentimiento de vergüenza por el karma – dos temas de los que voy a hablar esta noche.

Arrepentimiento del Karma

Una de las doctrinas más importantes en el Chan es la de causas y consecuencias. Esto es la doctrina que describe cómo los sucesos particulares, sean buenos o manos, que te ocurren en este momento están arraigados en tus semillas del pasado, y, por extensión, lo que haces ahora determinará lo que te ocurre en el futuro.
Cuando reconocemos todas las cosas malas que hemos hecho en el pasado y los actos malignos que hemos cometidos contra los demás y contra nosotros mismos, vemos que estamos sufriendo de sus efectos en este momento. Estas cosas que hemos hecho son las que nos han traído a nuestra vida presente con todos sus problemas y aflicciones. Quizás estamos sufriendo por las cosas que hemos hecho en nuestra temprana vida o por las cosas que hemos hecho en las vidas previas de las que ya no somos conscientes. El hecho es que si estamos sufriendo ahora es debido a nuestros propios actos y a los de nadie más. Entonces comprendemos que este cuerpo que tenemos no es un cuerpo real sino un cuerpo de la retribución kármica. Estamos aquí y ahora en esta vida con nuestros cuerpos y mentes llenos de obstrucciones justo como una consecuencia de nuestros pensamientos, palabras y acciones previos.

Cuando comprendemos la causa de nuestro sufrimiento, entonces podemos tomar la responsabilidad por lo que hemos hecho, admitir nuestros errores, y hacer votos para cambiar. Esto es el arrepentimiento del karma: ver lo que es erróneo, comprender por qué es erróneo, y hacer el voto de hacer algo acerca de ello. El arrepentimiento del karma es apartarse de la producción del karma malo.

Normalmente desarrollamos un sentimiento del arrepentimiento del karma cuando tenemos tribulaciones y cuando sufrimos. Entonces comprendemos que hemos recibido la retribución de nuestras previas acciones erróneas. Es importante fijarnos en que el arrepentimiento del karma se refiere simplemente al reconocimiento de lo erróneo y la determinación de cambiar. No quiere decir que tengamos que odiarnos a nosotros mismos o no gustar de nosotros mismos, darnos con nuestras cabezas contra la pared, o azotarnos a nosotros mismos hasta la agonía. Eso no significa que seamos personas desagradables, que nuestra existencia sea horrible, o que no seamos aptos para llevarnos con los demás. Simplemente reconocemos lo que hemos hecho mal.

Cualquier cosa incorrecta que has hecho en el pasado simplemente debería ponerse a un lado. Para ti no hay necesidad de llevar siempre la carga de todas las cosas incorrectas que has hecho alguna vez en el pasado. Esto sería demasiado doloroso. Esto no significa que simplemente te olvides de estas cosas y creas que nunca existieron.

Por ejemplo, si le debo a Chris 50 dólares americanos, todo lo que tengo que hacer es decir, “Chris, te debo 50 dólares americanos que te pedí prestados hace dos años. No te preocupes. Uno de estos días te los devolveré.” Y está bien. Entonces puedo ocuparme de mis asuntos. Cada vez que le veo a Chris no tengo que decir, “Hey, Chris, todavía te debo 50 dólares americanos.” Tengo que decirlo sólo una vez, pero debo tener como objetivo sincero devolverlos cuando tenga la capacidad.

No tener un sentimiento del arrepentimiento del karma significa que no crees en las causas y consecuencias. Una persona con este pensamiento no cree en las vidas pasadas y futuras, o incluso en la influencia del pasado en el presente y la influencia del presente en el futuro. Él o ella sólo conoce un presente sin relación con nada más. Lo que ocurre ahora ocurre sin ninguna razón; lo que haces ahora no tiene consecuencia en el futuro. Una persona que ve el mundo de esta manera ha caído en la visión errónea de “terminación.” Todo comienza y termina con esta vida. Ver el mundo de este modo es no tomar la responsabilidad por lo que has hecho, y es no tener la esperanza de cambio en el futuro.

Vergüenza por el Karma

Una doctrina budista del Chan que es tan importante como las causas y consecuencias es la de causas y condiciones. Esto es la doctrina de interdependencia: que todo viene junto debido a los factores contribuidos. Nada existe independientemente en y de sí mismo. Comprender las causas y condiciones es reconocer que los demás factores y las demás personas han contribuido a las circunstancias en las que nos encontramos.
No comprender esta doctrina de causas y condiciones quiere decir que tienes una visión del ego como algo que no es una ilusión, sino como algo real y concreto. En la visión del Chan esto es una razón para tener la vergüenza por el karma. Exageras tu propia importancia. No es que seas tan poderoso que has creado todo lo que está a tu alrededor y determinado exactamente qué sucesos acontecerán en el mundo.

Por ejemplo, da la casualidad que estoy en una situación relativamente cómoda: gozo de buena salud, tengo alimentos para comer, ropa para vestir, cobijo adecuado, y una oportunidad de escuchar esto y leer aquello. Todo esto no simplemente refleja los frutos de mi trabajo. Muchos otros me han ayudado a llegar a donde estoy.

Tener un sentimiento de vergüenza por el karma es ver que no has creado nada que realmente se origine sólo de tus propios esfuerzos. Para mí sería estúpido pensar que mis discípulos tienen alimentos para comer y ropa para vestir simplemente debido a lo que he hecho por ellos. Por supuesto, lo que tienen proviene de su propio mérito kármico. Eso no tiene nada que ver conmigo. Soy sólo un factor en una gran variedad de causas y condiciones.

Tomemos el Centro, por ejemplo. Tenemos un bonito edificio y facilidades extensivas aquí. Pero no pienso que el Centro me pertenezca a mí o que su existencia provenga sólo de mi esfuerzo. Muchas personas han contribuido con dinero, tiempo y esfuerzo.

Es fácil ver cómo un fallo en entender esta doctrina podría dejar a uno caer en la trampa del orgullo o la arrogancia. En el contexto budista hay una distinción entre los dos términos. Orgullo es usado en relación con los seres sensibles ordinarios. Es la sensación de estar demasiado satisfecho de sí mismo que aparece cuando crees que eres responsable de obtener todo lo que posees y de todo lo que has conseguido. La arrogancia es reservada para aquellos practicantes que han obtenido poderes especiales o convertido a muchas personas y que ven todos estos actos como manifestaciones de su propio poder. Tanto el orgullo como la arrogancia son consecuencias del egocentrismo.

La falta de comprensión de las causas y condiciones llevada hacia su extremo va más allá del simple orgullo y arrogancia. Incluso uno podría llegar a sostener la visión errónea que es llamada el “eterno ego de dios.” Alguien con esta visión no reconoce la contribución de nadie sino la suya en todo lo que ve alrededor de él. Él está completamente apegado a la idea de su ego a tal punto de la exclusión de todas las demás cosas. Tal persona se considera a sí mismo como un todopoderoso y sabelotodo. Piensa que continuará siendo él mismo para toda la eternidad.

La vergüenza por el karma es el antídoto contra el egocentrismo en todas sus manifestaciones, desde la simple creencia en un “yo” hasta la visión ególatra de que uno es dios.

Cuando examinamos las enseñanzas originales del Buda, podemos ver que un sentimiento de la vergüenza por el karma era básico para las enseñanzas del Buda. Cuando el Shakyamuni Buda estaba en el mundo, les dio a sus discípulos cuatro principios básicos de práctica:

1. Estar satisfecho
2. Tener pocos deseos
3. Saber sentirse avergonzado (por nuestro fuerte apego al ego)
4. Disfrutar de una vida simple de práctica


Si un practicante se siente satisfecho y tiene pocos deseos, eso significa que está gozando de una vida simple de práctica. Pero si estás practicando, y sin embargo, no estás satisfecho y todavía tienes muchos deseos, ¿qué tipo de persona eres tú? Eres alguien sin un sentimiento de vergüenza por el karma. Como puedes ver, la vergüenza por el karma es el núcleo de estas enseñanzas.

Por supuesto, está muy bien si puedes llegar al punto donde tienes poco deseo. Pero la mayoría de las personas tienen algún deseo. De este modo cuando descubres que te surge el deseo, deberías sentirte avergonzado, debido a que esto indica la existencia de tu fuerte apego al yo. Cuando lo reconoces, sientes la vergüenza por el karma. Esto por sí mismo es la práctica.

He dicho que deberías sentir la vergüenza por el karma cuando tienes un fuerte sentido del ego. Pero como seres sensibles ordinarios, todo lo que hacemos está apegado a un sentido del ego, a los sentimientos y a las emociones. ¿Qué pasa con el amor, por ejemplo? ¿Una sensación de amor debería ocasionar un sentimiento de vergüenza por el karma? ¿Deberías sentirte avergonzado por amar a tu cónyuge o a tus hijos?

No, la vergüenza por el karma no quiere decir que siempre tengas que caminar con la cabeza gacha, y sentirte culpable por el amor que tienes a tu cónyuge o a tus hijos. Pero se debe señalar que el amor a un cónyuge o a un hijo puede ser el producto del egocentrismo, orgullo, o deseo. A veces lo que parece amor es realmente un deseo que se basa en el ego que asfixia más que ayuda a los que están cerca de ti. Con tales sentimientos nunca transcenderás el samsara.

Para un practicante la actitud apropiada es mirar a tus hijos y a tu cónyuge tanto como seres sensibles y como Bodhisattvas. Haces ofrecimientos a ellos como si fueran Bodhisattvas y, debido a que son seres sensibles, cuidas de ellos. No tienes un apego especial a ellos, que es realmente una preocupación con tu sentido del ego más que su bienestar. Actuar de otra manera efectivamente sería una razón para tener vergüenza por el karma. Esta vergüenza conducirá cada vez menos al egocentrismo, y como consecuencia estarás más disponible para tu familia.

Una vez que has desarrollado un sentimiento de vergüenza por el karma y, además, reconoces la necesidad del arrepentimiento del karma, tendrás un sentimiento de paz.

Hacer Votos y Transferir Méritos

Hacer votos desempeña un papel importante en la práctica budista Chan. Todos los días recitamos los Cuatro Grandes Votos. Comenzamos por hacer el voto de salvar a todos los seres sensibles. Lo que sigue es nuestros votos de eliminar las ilimitadas aflicciones, luego llegar a dominar los inmensurables métodos del Dharma, y finalmente, nuestro voto de alcanzar la suprema Budeidad.
No empezamos por hacer el voto de alcanzar la suprema Budeidad. Hay una razón para esto. Si comienzas por pensar sólo en la Budeidad para ti mismo, entonces no tendrás la Mente Bodhi por los seres sensibles. Esto significa otra vez que hay demasiado apego al yo, y para ti no habrá ninguna manera de alcanzar la iluminación.

En la tradición tibetana hay un gran énfasis en esta Mente Bodhi. Esto no es algo que se considere como un fenómeno concreto, ni se considere como algo extraño o particularmente especial. Es simplemente una preocupación por los demás seres sensibles y es la ausencia de egocentrismo. En la tradición tibetana, toda la práctica que hacen los practicantes involucra a esta Mente Bodhi. Si hacen postraciones o caminan una gran distancia, dicen, “Lo que hacemos, lo hacemos por los demás seres sensibles.” Sin esta Mente Bodhi no hay práctica para ellos.

Lo que están haciendo es utilizar el mérito de su práctica y transferirlo a los demás seres sensibles. Así es cómo la transferencia de mérito está vinculada a hacer votos. Nuestros votos sólo son verdaderamente efectivos cuando son hechos con la Mente Bodhi – cuando ellos son hechos con la preocupación por el beneficio de los demás. Entonces, el mérito que hemos acumulado en la práctica es transferido a los demás porque hemos hecho nuestros votos con los demás en la mente.

Conexiones

Ahora podemos ver cómo todos los conceptos y las doctrinas de los que he hablado están conectados y cómo se refuerza el uno al otro. La confianza conduce a la fe y la fuerza para admitir nuestros errores y reducir nuestro sentimiento de egocentrismo, es decir, nos permitirán mostrar el arrepentimiento del karma y tener un sentimiento de vergüenza por el karma. Con vergüenza por el karma y arrepentimiento del karma seremos capaces de liberarnos del orgullo y la arrogancia, y no echaremos la culpa a los demás por lo que nos ocurre. Entonces estaremos liberados del apego al yo, y seremos capaces de practicar por los demás seres sensibles. Esto seremos capaces de conseguirlo a través de hacer votos y transferir méritos.

Felicidad del Dharma y Alegría del Dhyana

Hay dos beneficios especiales que derivan de la práctica. Ellos son la Felicidad del Dharma y la Alegría del Dhyana. La Felicidad del Dharma está conectada con los conceptos del Buddhadharma que nos orientan en nuestro pensamiento, actitudes, y acercamiento a la vida. La Alegría del Dhyana está conectada con el entrenamiento de nuestros cuerpos y mentes a través de los métodos de práctica.
La Felicidad del Dharma es la satisfacción que logramos a través de los conceptos y entendimiento del Buddhadharma. Antes de que tuviéramos la oportunidad de escuchar el Buddhadharma y de practicar, estábamos llenos de aflicciones. Pero ahora hemos tenido la oportunidad de escuchar el Dharma. Solamente escuchar y comprender el Dharma por sí mismo es una fuente de gran felicidad.

La Alegría del Dhyana se refiere al estado relajado de cuerpo y de mente que podemos alcanzar cuando disminuimos nuestras aflicciones a través de la práctica. Hay muchos métodos diferentes con los que podemos entrenar nuestras mentes y cuerpos: meditación sentada, meditación caminando, postraciones, y recitación. Lo que tratamos de hacer es utilizar los pensamientos correctos para sustituir a nuestros pensamientos dispersos e ilusorios hasta que lleguemos al punto donde nuestro ser está concentrado y han desaparecido todos los pensamientos ilusorios. En ese momento tendremos control sobre nosotros mismos. Esto es un yo concentrado.

Cuando llegamos a la siguiente etapa, el yo grande o unificado, creeremos verdaderamente que nuestra propia existencia individual no es importante. Esto se debe a que no habrá distinción o conflicto entre el yo y los demás, el cuerpo y el ambiente, el cuerpo y la mente, y el yo y el ambiente. Cuando alcanzas este estado, naturalmente tienes una sensación de alegría. Por supuesto, incluso la experiencia de una cantidad limitada de concentración y alguna sensación de tranquilidad es una fuente de alegría.

Ahora estamos en el séptimo día del retiro. Ya hemos escuchado una buena cantidad del Buddhadharma. Había tiempos y lugares en los que no había Buddhadharma para ser escuchado, e incluso oír una línea de un sutra fue suficiente para traer la liberación. Esto no podría ser así para nosotros hoy – no podríamos ser capaces de alcanzar la iluminación en solo un momento, pero el Buddhadharma todavía puede orientarnos en nuestras vidas cotidianas y ayudarnos a ser felices y tranquilos. Esto nos ayudará a vencer y deshacernos de los sentimientos de decepción, dolor, envidia y amargura.

Después de siete días de práctica, algunos de vosotros podríais estar pensando en cuáles eran los términos y conceptos que deberían haceros felices. Por favor decidme si hay alguien que piensa así. A veces podría ocurrir que cuando escuchas demasiado es como si no hubieras escuchado nada en absoluto, como alguien que ha respirado durante toda su vida pero no sabe realmente qué es el aire.
¿Has escuchado el término “causas y consecuencias”? ¿Has escuchado el término “causas y condiciones”? ¿Has escuchado la “vergüenza por el karma” y el “arrepentimiento del karma”? ¿Has escuchado “hacer votos y transferir méritos”? ¿Éstos se consideran como el Buddhadharma? ¿Quién no ha escuchado estos términos?
Esto es, en efecto, un resumen de todo el Buddhadharma. Cuando crees en las causas y consecuencias, no echarás la culpa a los demás o al cielo o a la naturaleza por tu propia desgracia. Si crees en las causas y condiciones, no estarás rebosante de alegría cuando tienes buena suerte, debido a que sabrás que no fue creada por ti sólo. Verás que nada existe independientemente; que todo está conectado entre sí. No te parecerán eternas ni las cosas dolorosas ni las alegres. Las verás como las cosas que le ocurren a un ser ilusorio.

Si tienes vergüenza por el karma, no tendrás orgullo o arrogancia cuando tu práctica es buena. Y no estarás celoso o envidioso. Cuando hacemos votos y ofrendas, ofrecemos nuestros cuerpos y mentes completos, por un lado, a las Tres Joyas, así podemos recibir la enseñanza y dedicarnos a la práctica. Por el otro lado, ofrecemos nuestros cuerpos y mentes completos a todos los seres sensibles. De esta manera sólo pensaremos en ellos en vez de en nosotros mismos. Por supuesto, cuando vemos a los seres sensibles, estaremos alegres. Cuando desarrollamos un sentimiento del arrepentimiento del karma y la vergüenza por el karma, se aumentará naturalmente nuestro entendimiento del Buddhadharma. ¿Esto no es la Felicidad del Dharma?

Y de nuevo, en los siete días pasados, hemos estado practicando con nuestros cuerpos y mentes, y teníamos, al principio, muchos obstáculos y mucha pesadez relacionada con ellos. Pero después de siete días, los canales de energía deberían fluir más libremente, y deberíamos tener una sensación de ligereza más que la que teníamos desde el principio. ¿No es eso la Alegría del Dhyana?

Utilizamos métodos de práctica para mover nuestras mentes de un estado disperso a uno concentrado, así podemos acercarnos al estado de Una Mente. Cuando pasamos por este entrenamiento, estaremos menos malhumorados y menos controlados por nuestras emociones. Tendremos mejor control sobre nuestras mentes. En cualquier situación estaremos conscientes de lo que está pasando, y podemos decirnos a nosotros mismos que el sufrimiento que experimentamos no es lo que parece. ¿Esto no es la Alegría del Dhyana?

Y de nuevo, durante los siete días pasados, os he dicho continuamente que estéis relajados. No podría ser posible que siempre estéis completamente relajados, pero por lo menos deberíais ser capaces de relajar un poco por algún tiempo. ¿Hay alguien que todavía no ha tenido esa experiencia? Si sabéis lo que es la relajación, podéis ir de un estado de tensión a un estado de paz y tranquilidad en cuerpo y mente. ¿Esto no es la Alegría del Dhyana? Ciertamente podemos entrenarnos a nosotros mismos para estar relajados cuando estamos meditando. Pero podemos también entrenarnos para relajarnos cuando no estamos meditando, cuando estamos involucrados en nuestras actividades cotidianas normales. De hecho, podéis tratar de estar relajados en cualquier situación.

Tener la mente relajada significa dejar que cese de trabajar. Relajar el cuerpo es no utilizar más nuestros músculos a menos que sea necesario así el cuerpo no estará tenso. Si podemos relajar nuestro cuerpo y mente en cualquier situación, eso es la Alegría del Dhyana. Es por esta razón por la que os digo que tenéis que ser capaces de disfrutar de la Alegría del Dhyana en cualquier momento y en cualquier lugar.

Los dos términos, la Felicidad del Dharma y la Alegría del Dhyana, están conectados. El uno se complementa al otro. No os olvidéis de la Felicidad del Dharma y la Alegría del Dhyana.