viernes, 19 de abril de 2011
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Poner un Altar Budista en Casa
Conferencias budistas
Por el Maestro Chan Sheng Yen

Este artículo es un extracto de un próximo libro del Maestro Shengh Yen, cuyo título provisional es Preguntas Frecuentes Planteadas por Budistas; este libro se publicó originariamente en chino en 1988 con el título de 學佛群疑 (Xue fu qun yi). El autor consideraba este libro como una publicación complementaria de su libro Budismo Ortodoxo Chino, que se publicó en 1964. La revista Chan Magazine agradece a la Venerable Guo Chan de la fundación Sheng Yen Education la autorización de imprimir este texto. En la actualidad los doctores Hueping Chin y Jerry Wang están traduciendo Preguntas Frecuentes Planteadas por Budistas en su totalidad; el editor del texto inglés es Ernest Heau.

Pregunta: ¿Cómo deberían los budistas laicos poner un altar en casa?

Respuesta: Esta es una pregunta frecuente, que a su vez implica otra pregunta: ¿Es necesario que los budistas laicos pongan un altar de Buda en casa? En caso afirmativo, ¿cómo deberían hacerlo? La respuesta realmente depende de la situación individual. Si la vivienda es pequeña o si vives en una residencia, si compartes una habitación o una casa con compañeros de trabajo o de clase, no es fácil poner un altar. En dichos casos, si practicas el culto1 periódicamente a una hora fija, podrías colocar un sutra donde normalmente colocarías una estatua de Buda. En esta situación, no es necesario quemar incienso o velas, u ofrecer agua o flores. Antes y después del culto, sería apropiado inclinarte con las palmas juntas, y postrarte para mostrar respeto y sinceridad.

Si tus compañeros de cuarto o de vivienda también son budistas, ciertamente estaría bien poner un altar común o una sala dedicada a Buda. Si eres el único budista, entonces no deberías insistir y empeñarte en que se ponga un altar, ya que eso podría suscitar resentimiento y disgusto en los demás.

Si eres el único budista de la familia, también tienes que seguir las mismas pautas que si vivieras en una residencia; de lo contrario, se podría crear discordia en la familia. No dejes que tu práctica budista dé como resultado sentimientos negativos y resentimiento contra el Budismo dentro de la familia. Si toda la familia cree en el Budismo, o eres el cabeza de familia, o ambos cónyuges practican y hay espacio, se dan las mejores [condiciones] para poner un altar o una sala dedicada Buda.

Si pones el altar en el cuarto de estar, elige el lado de la habitación donde estarían normalmente los muebles principales. No debería haber una ventana detrás de la estatua, y la estatua debería quedar enfrente de una puerta o ventana, de modo que haya mucha luz y que el altar esté claramente a la vista cuando alguien entre por la puerta.

El corazón de la casa
El altar es el corazón de la casa; debería generar una sensación de estabilidad y seguridad. En cuanto a las ubicaciones y las direcciones que aconsejan los geománticos, se pueden tener en consideración como referencia, pero uno no debería ser supersticioso y sentirse condicionado por estas directrices. Siempre que la estatua de Buda no quede directamente enfrente del baño, de la estufa o de la cama, está bien.

Si pones una sala dedicada a Buda, elige un cuarto tranquilo donde los niños y los animales de compañía no puedan estar entrando y saliendo fácilmente. La sala no debería ser un lugar para recibir invitados, charlar o divertirse; debería utilizarse solo para el culto, la recitación y la práctica Chan, no para otras cosas. Sin embargo, si ya hay pinturas, tablillas y estatuas no budistas utilizadas para la veneración, por ejemplo, de Guangong, de Matzu, de los dioses de la tierra y de los ancestros, no hace falta desprendernos de ellos inmediatamente solo porque ahora practicamos el Budismo. Hay que ir quitándolos paso a paso, de manera gradual.

El primer paso radica en colocar la estatua de Buda en el centro del altar, flanqueada por las estatuas de las deidades no budistas y las tablillas conmemorativas de los ancestros. No es necesario poner un quemador de incienso ni candeleros. La razón de esta disposición es que todas las deidades benévolas y los ancestros protegerán las Tres Joyas, les proporcionarán apoyo y serán atraídos por ellas. Tras poner el altar, también pueden convertirse en discípulos de las Tres Joyas y beneficiarse del Dharma. La próxima vez que desplaces el altar o la sala dedicada a Buda, puedes quitar las estatuas de deidades no budistas y guardarlas como recuerdo. En cuanto a las tablillas de los ancestros, no hay por qué colocarlas o venerarlas en casa; pueden trasladarse a la sala de renacimiento de un templo o monasterio. Si uno insiste en continuar venerándolas en casa, pueden tanto colocarse en un nivel inferior a la estatua de Buda como trasladarse a otro lugar en un altar más pequeño y ser veneradas por separado.

En los templos grandes, por ejemplo, hay salas de renacimiento especialmente para colocar las tablillas de los ancestros. En los templos más pequeños normalmente se permite colocar las tablillas de los ancestros y las de longevidad a lo largo de las paredes laterales de la nave principal. De esta manera, no solo se expresa nuestra prudente piedad filial y reverencia hacia nuestros ancestros, sino también nuestra fe sublime en el Buda. De este modo, se distingue nuestra fe sublime en el Buda de la piedad filial hacia nuestros ancestros.

No es necesario que haya varias estatuas

En casa no es necesario que haya varias estatuas de Budas y Bodhisattvas, ya que con ello solo se conseguiría aumentar el desorden. Una estatua de Buda puede representar a todos los Budas y una estatua de un Bodhisattva puede representar a todos los Bodhisattvas. Además de la estatua de Buda, la mayoría de las familias eligen una de entre Guanyin Pusa (Bodhisattva Avalokitéshvara), el Buda Amitabha o el Buda de la Medicina.

Si tienes estatuas tanto de Buda como de los Bodhisattvas, la estatua de Buda debería colocarse en el medio o en un nivel más alto en la parte posterior del altar, mientras las estatuas de los Bodhisattvas se colocan a ambos lados o en posiciones inferiores en la parte delantera. En otras palabras, la estatua de Buda debe destacar para mostrar su preeminencia. El tamaño de la estatua debería ser proporcional a la escala del altar y de la sala dedicada a Buda, no debe ser ni demasiado grande ni demasiado pequeña. Si la estatua es pequeña pero está hecha con uno de los sietes tesoros valiosos (oro, plata, lapislázuli, cristal, ágata, rubí y cornalina), se puede usar un altar especialmente tallado y de varios niveles para destacar la singular magnificencia de la estatua.

Después de adquirir una nueva imagen o estatua de Buda o de un Bodhisattva, muchas personas organizan una ceremonia de “apertura de los ojos” para consagrar una obra de arte corriente como artículo religioso. Sin embargo, desde el punto de vista budista, dicha ceremonia no es necesaria; las imágenes y estatuas de Buda y de los Bodhisattvas ya son instrumentos para la práctica y objetos de veneración. Aunque el Buda y los Bodhisattvas son omnipresentes en nuestras vidas, seguimos pudiendo usar las estatuas e imágenes como objetos de devoción para recibir nuestras postraciones, ofrendas y respeto. Al llevar a cabo los santos oficios como se nos ha enseñado, recibimos beneficios y respuestas del Buda y los Bodhisattvas. Pero lo más importante es nuestra fe, sinceridad y un sentimiento de respeto, no las estatuas o las imágenes en sí mismas. Por lo tanto, no es tan importante hacer una ceremonia de apertura de los ojos para las imágenes y las estatuas.

No es necesario hacer la ceremonia de apertura de los ojos

Cuando el Buda Shakyamuni aún estaba vivo, fue al Cielo de los Treinta y Tres Devas durante tres meses para pronunciar sermones ante su madre. Sus discípulos lo echaban de menos y esculpieron su imagen para el culto; sin embargo, no hay testimonios de que se realizase una ceremonia de apertura de los ojos. En las generaciones posteriores, los sutras, las imágenes, los textos budistas, las pagodas e incluso los templos se convirtieron en representaciones de la presencia de Buda y su transformación continua del mundo. No obstante, las ceremonias solemnes a menudo generan profundo respeto y fe en la gente. Gradualmente, aparecieron muchos tipos de ritos relacionados con culto y las ofrendas; la ceremonia de apertura de los ojos es uno de ellos. Por lo tanto, a día de hoy, cuando un templo instala una nueva estatua de Buda, los adeptos se reúnen para celebrar una ceremonia de apertura de los ojos. Este tipo de ceremonia es como la constitución de una nueva empresa o la ceremonia del corte de cinta de un nuevo edificio: una manera de hacer un anuncio solemne al público. Sin embargo, cuando una persona pone en su casa estatuas de Buda y de los Bodhisattvas, no es necesario anunciarlo y, por lo tanto, no hace falta organizar una ceremonia de apertura de los ojos. Siempre que coloques las estatuas con sinceridad y respeto, hagas ofrendas diarias de incienso, flores y frutas y mantengas las ofrendas y el altar frescos, limpios y ordenados, tendrás un ambiente sagrado y santo que induzca la dedicación de los practicantes. Para mantener el aire interior fresco y limpio, el incienso quemado en casa debería ser refinado y tener una fragancia delicada y ligera. Es bueno quemar una varita de incienso todos los días en casa, pero no contamines el aire de la casa con demasiado incienso. Son preferibles las varitas de incienso de sándalo natural y de madera blanca; no es bueno emplear inciensos químicos sintéticos o de origen animal.

En la sala dedicada a Buda de una casa moderna, las velas pueden ser sustituidas por bombillas. Es necesario limpliar a menudo la mesa de las ofrendas, el quemador de incienso y los candeleros, y mantenerlos limpios de polvo, de flores marchitas y de frutas podridas. Todos los días, deberíamos establecer una hora concreta para llevar a cabo la práctica, al menos quemar incienso y ofrecer agua todos los días por la mañana y por la noche. Antes de salir de casa y a la vuelta, deberíamos postrarnos ante Buda para expresar nuestra gratitud, respeto y nuestra añoranza de su presencia.

1 El “culto” puede referirse a diferentes formas de absorción meditativa, por ejemplo, recitar, leer sutras o hacer postraciones. Según Shifu “[…] hay dos tipos de culto. Primero, las personas ordinarias adoran la estatua de Buda para lograr algún tipo de respuesta o beneficio de los Budas. Segundo, los practicantes serios usan la estatua de Buda como un instrumento. Esto no significa que los practicantes serios no saquen provecho del culto. Hay una respuesta, pero viene de las acciones del individuo. Los practicantes serios no deberían tener el pensamiento o el deseo de que los Budas hagan su trabajo por ellos. Si hay algún beneficio que se puede obtener de los Budas, ya sea presentando nuestro respeto al Buda o a sirviéndose de la estatua como instrumento, ese beneficio viene del Dharma que el Buda enseñó. El acto de mostrar respeto al Buda constituye una ayuda a la hora de incorporar en mayor medida la enseñanza del Buda en nuestra práctica. Por lo tanto, lo que pudiera parecer culto se convierte, de hecho, en un tipo de práctica, una cultivación. Hacer postraciones ante el Buda se convierte en un ejercicio meditativo. Sin embargo, esto es una opinión Chan. Otras formas de Budismo, como el Budismo esotérico, tienen enseñanzas distintas.” – Maestro Sheng Yen, “Buddha Images” en Zen Wisdom - Knowing and Doing (Nueva York, Dharma Drum Publications, 1993), 227.