jueves, 18 de abril de 2011
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El Dharma de las Enseñanzas, el Dharma de la Mente II
Conferencias budistas
Por el Maestro Chan Sheng Yen

En mayo de 2003, el maestro Sheng Yen celebró un Retiro Chan en Moscú, organizado por Wujimen, un club ruso de artes marciales. Durante el retiro, el maestro Sheng Yen dio una conferencia sobre las enseñanzas del Sutra de la Plataforma del Sexto Patriarca Huineng. Este es el segundo de los seis artículos basados en aquellas conferencias.
Douglas Gildow hizo la traducción oral del chino al inglés. Las transcripciones fueron preparadas por Chang Wen Shi, Bruce Rickenbacher y Victor Ku, y editadas por Ernest Heau con la asistencia de Chang Wen Shi.

El 11 de mayo de 2003, conferencia de la mañana.

Hasta ahora, has aprendido algo sobre cómo relajarte. Al relajarte serás capaz de dejar tus cargas corporales y mentales. Cuando nos cuesta relajar nuestro cuerpo, también nos resulta difícil relajar nuestra mente. Si tenemos expectativas, entonces estamos buscando algo. Si tenemos miedo, estamos rechazando algo o nos falta seguridad. Esto resulta en nerviosismo y tensión. No estar satisfecho y tener antojos significa que tenemos una mente buscadora, y eso nos hará sentirnos nerviosos. Por consiguiente, podemos ver que la relajación no solo está relacionada con los músculos; sino también implica nuestros pensamientos, conceptos y emociones. Tenemos que dejarlos todos para disfrutar de un pleno descanso. Cuando puedas hacerlo en todo momento, ya no tendrás más aflicciones y estarás en el camino de la liberación.

Después de aprender cómo relajarte, deberías aplicar dos reglas en tu práctica. La primera es: “Dejar todas las formas.” “Formas” pueden entenderse generalmente como fenómenos u objetos de percepción. Por lo tanto, Dejar ir todas las formas significa comprender la no-forma. Por consiguiente, por favor, deja ir todas las formas. La segunda regla es: “Deja todos los asuntos descansar.” Esto significa dejar todas las cargas mentales y corporales.

Si puedes hacerlo completamente, alcanzarás la no-mente. En ese momento, en una forma de hablar, no tienes nada que hacer; no hay nada bueno o malo, importante o irrevelante, para hacer por ti mismo o por los demás. En ese momento, estás verdaderamente relajado y has sido capaz de dejarlo todo. Por favor continúa recordándote a ti mismo aplicar estas dos reglas. Ahora, por favor, repite conmigo: Dejar ir todas las formas; dejar todos los asuntos descansar.

[La audiencia repite]

Si quieres, puedes usar esto como un mantra que puedes repetir una y otra vez. De este modo, cuando tu mente esté enojada, cuando sientas dolor, miedo o cualquier tipo de malestar, puedes repetir estas frases y recuérdate a ti mismo su significado. Si lo haces, tu actitud y situación mental cambiarán.

Para comprender el Dharma de la Mente, el Dharma sin forma, tienes que empezar por dejar ir las formas. Sin saber cómo dejar ir las formas, no puedes llegar a la etapa de la ausencia de forma. Tenemos que dejar ir las formas una por una, y las primeras formas para abandonar son los pensamientos vagabundos, especialmente las memorias del pasado y las expectativas sobre el futuro. Dejar todos los pensamientos relacionados con el pasado y el futuro, y mantenerse enfocado solo en el presente. Este es el primer paso para dejar ir las formas.

Ayer te pedí que por favor te mantuvieras enfocado en el presente. Si estás haciendo la meditación sentada, tu mente debería estar enfocada sólo en esa actividad; no deberías tener ideas que no tengan nada que ver con la meditación. Lo mismo se aplica a trabajar, caminar, comer, beber, hacer ejercicios, recitar o realizar postraciones. Tu mente simplemente debería estar con la actividad que estás realizando. Experimenta todas estas actividades en plentitud, experimenta todas las sensaciones relacionadas con la actividad, y estate conciente de tus reacciones mentales en el proceso. Si puedes dejar ir el pasado y el futuro, y poner tu mente completamente en el presente, esto significa que al menos has renunciado a las formas del tiempo.

Después de que hayas relajado el cuerpo y la mente y tu estado de ánimo se vuelva estable, podrás practicar la iluminación silenciosa. Comienzas por experimentar tu cuerpo entero en la postura de meditación. Te consideras a ti mismo como al cuerpo entero que sólo está sentado allí. A medida que haces esto, no pongas ninguna atención a cualquier parte específica del cuerpo. Estate conciente de que estás meditando, pero no verbalices: “Estoy meditando.” Mantén meramente una conciencia general del cuerpo, sin pensar en él; sólo estando conciente de él sentádo allí. Cuando puedas hacer esto, ya estarás practicando la iluminación silenciosa.

Después de algún tiempo de practicar esta conciencia corporal total, sin poner atención a partes específicas del cuerpo, finalmente ya no estarás conciente del cuerpo. El cuerpo parecería ya no existir porque no estás enfocado en ninguna de sus sensaciones. Cuando la existencia del cuerpo parece desvanecerse, todavía puedes ver y escuchar cosas, y en este momento tu mente debería considerar las vistas y los sonidos como objetos para tu conciencia. En otras palabras, consideras al medio ambiente y tus alrededores como a tí mismo, como el objeto de meditación. Sin embargo, no te enfoques en cualquier categoría particular de vistas o sonidos. Si continúas practicando de esta manera, finalmente el medio ambiente por sí mismo, que has considerado como el objeto de meditación, también empezará a desaparecer. En esta etapa, ya has entrado en el samadhi, pero no deberías tener apego a este estado. Anteriormente te pedimos que “dejaras ir todas las formas,” y que “dejaras que todos los asuntos descansen.” Estas frases describen acertadamente el método del que yo acabo de hablar.

Para resumir cómo practicar la iluminación silenciosa, la primera etapa es relajar la mente y el cuerpo, y simplemente experimentar la respiración. La segunda etapa es trasladar la conciencia de la respiración al cuerpo entero, recuerda en no centrarte en ninguna parte particular del cuerpo. La tercera etapa es cuando la carga del cuerpo desaparece y consideramos el medio ambiente, el entorno, como el objeto de meditación.
Después de que contemplamos el medio ambiente por un rato, sin poner atención particular en ninguna vista o sonido especial, finalmente el medio ambiente también desaparecerá. En este momento, llegamos a la cuarta etapa, en la que el medio ambiente desaparece, y solo estamos concientes de que estamos meditando.

La quinta etapa es cuando somos capaces de renunciar incluso a la conciencia vaga y sutil de que estamos meditando. El objetivo de esta quinta etapa es también dejar la mente que está en samadhi (dejar ir sus apegos). Necesitas renunciar al goce del samadhi. Cuando puedas dejar ir el apego al samadhi, entonces será posible alcanzar la iluminación.

Al practicar la iluminación silenciosa, uno podría o no experimentar estas etapas. No te centres demasiado en este progreso de etapas, y no estés demasiado ansioso sobre dejar ir el samadhi. Podrías descubrir que te ves atascado en el mismo lugar durante mucho tiempo. Simplemente deja ir ese pensamiento y sigue adelante. Lo más importante es dejar ir todas las formas y dejar que todos los asuntos descansen. Solo necesitas comenzar con el primer paso. Este es el método de la iluminación silenciosa de la Escuela Caodong del Chan.

Hoy, hagamos todos la iluminación silenciosa, comenzando con la relajación. Si va bien, podrías usarlo durante el resto del retiro. Si, no obstante, tienes problemas con este método, aún pruébalo hoy. Mañana enseñaré otro método Chan, aquel del huatou. Sin embargo, no entres en el estado mental donde deseas ambas cosas buenas, diamantes y oro. Solo escoge un método y quédate con él.

Al practicar la iluminación silenciosa, de repente, podrías estar consciente de que no puedes sentir alguna parte de tu cuerpo, tal como tus manos. Cuando esto suceda, por favor no te alarmes. Es porque no has estado prestando atención a aquella parte del cuerpo y como resultado, no estás consciente de las sensaciones de esa parte. Esto es realmente un buen signo y significa que has sido capaz de dejar de estar consciente de aquella parte del cuerpo. Si no tienes consciencia de tu cuerpo entero, de nuevo, no te preocupes. Mueve un poco tu cuerpo y luego regresa a la conciencia de tu cuerpo simplemente sentándote allí.

Otra manera de hacer frente a la pérdida de sensación de una parte o de todo el cuerpo es solo continuar experimentándose a uno mismo en la meditación; solo darte cuenta de que aún estás sentado allí meditando. Luego puedes dedicar tu atención al medio ambiente, considerándolo junto con tu cuerpo como una entidad. Si meditas de esta manera, después de perder las sensaciones del cuerpo, no te sentirás aislado o no tendrás ningún sentido de pérdida. Todavía escucharás sonidos en el medio ambiente y tu estado mental será expansivo y brillante.

En esta etapa en la que tu cuerpo y el medio ambiente están unificados, no te centres en ningún tipo de sonido para escuchar. Si no escuchas ningún sonido, no lo busques. Algunos sonidos serán fuertes y otros suaves, algunos interesantes, otros aburridos. No selecciones entre ellos; solo ten una conciencia generalizada de los sonidos.

Si tus ojos están abiertos, verás que hay personas a tu alrededor, hay un suelo debajo de ti y un techo encima, pero no mires nada en particular. Simplemente estate conciente de que estos fenómenos están allí. Gradual y naturalmente, si continuas practicando de esta manera, el medio ambiente también desaparecerá.

Generalmente, a no ser que estemos enfermos o tengamos fuertes sensaciones en el cuerpo tales como molestia, entumecimiento, comezón o dolor, no estamos concientes de las sensaciones de nuestro cuerpo. Otras situaciones en las que podríamos estar más concientes de nuestro cuerpo incluyen hambre o agotamiento. De lo contrario, cuando todo está yendo muy bien, raramente estamos concientes de nuestros cuerpos; solo usamos nuestros cuerpos sin sentir su carga. Nuestras mentes son también así.
Si nuestras mentes no tienen los pensamientos vagabundos que nos molestan, nos estimulan o nos tentan, entonces por lo general no estamos tan concientes de nuestras mentes. Esto también sucede cuando no tenemos ninguna razón para temer a nada.

Asimismo, el medio ambiente, que en un sentido es nuestro gran cuerpo; es el lugar donde nuestro cuerpo está localizado y continua existiendo. Si todo está yendo bien en el medio ambiente, no pensamos mucho en él, es casi como si no existiera. Por otro lado, por ejemplo, si estamos en un lugar del que queremos salir pero no podemos, estarémos más plenamente conscientes del medio ambiente. Este también sería el caso si quisiéramos dormir y hay ruidos, si quisiéramos hacer algo pero no nos dejaran, si sentimos frío y no tenemos algo con que cubrirnos. En situaciones como éstas, donde el medio ambiente nos provoca problemas, estamos más conscientes de él.

Si nuestro entorno nos lleva a tener tentaciones o a tener miedo, también estaremos concientes del medio ambiente, pero si estamos en un ambiente muy pacífico y estable, tendemos a olvidarlo. Esto es común en la vida cotidiana, como un pez que nada felizmente en el agua, sin estar consciente de que necesita el agua para sobrevivir.

Este es el por qué elegimos un ambiente estable, tranquilo y simple para organizar retiros del Chan. Nuestro programa es fijo, y tenemos reglas de manera que no molestamos o interferimos con otras personas. Es un ambiente cómodo en el que las condiciones climáticas adversas no nos influyen, y las personas de afuera no nos molestarán. Esto nos permite practicar pacíficamente. Los principiantes necesitan un ambiente que sea muy propicio para la meditación, uno que no afecte demasiado nuestras mentes. Esto nos permite dejar que nuestras mentes se unifiquen con el medio ambiente. Cuando hay conflictos entre el medio ambiente y la mente, no somos capaces de unificar la mente y el medio ambiente.

Hay un relato acerca de un practicante que vive en donde pensaba que había demasiadas personas y demasiados ruidos, de modo que corrió a las montañas para encontrar un lugar tranquilo para meditar. Cuando llegó a las montañas descubrió que el viento hacía mucho ruido, los arroyos borboteaban todo el tiempo, y lo peor de todo, muchos insectos estaban zumbando. Así que encontró una cueva donde pensó que finalmente podría meditar en paz y tranquilidad, pero cuando comenzó a meditar, tomó conciencia de los sonidos de su propia respiración y el golpeteo de los latidos de su corazón. Podía sentir muy fuertemente la sensación de su sangre circulando dentro de sus venas. Por fin, llegó a la conclusión de que no había ningún lugar en el mundo en donde fuera posible practicar, por consiguiente, abandonó, regresó a la ciudad y le dijo a todo el mundo que todo esto que habla de la práctica espiritual era una decepción. La práctica espiritual, dijo, no era posible en este mundo. De este modo, ¿cuál era el problema con esta persona? ¿Tenía razón al decir que la práctica era imposible?

Este practicante deja que el medio ambiente le influencie demasiado. En el término "mozhao", que se usa para la “iluminación silenciosa” en chino, la palabra “silencioso” significa dejar ir las cosas que de otra manera podrían influenciar tu mente, e “iluminación” significa estar claramente conciente de todo lo que está sucediendo. Uno tiene que aprender a dejar ir las cosas.

Urracas y buey
Las mentes de la mayoría de las personas no son firmes como un buey. En cambio, sus mentes son como una bandada de urracas trinando en confusión. ¿Cuál de entre esta bandada de urracas es tu "yo"? La mayoría de las personas no sabrían si existe sólo una o todas colectivamente. Para la mayoría, las urracas de la mente están fuera de control. En lugar de una bandada de urracas, la mente debería ser como un buey bien educado y disciplinado. Entonces la mente del buey puede ser entrenada, y a partir de allí puede abandonarse. Te pregunto: ¿Ahora mismo, tu mente es como una bandada de urracas o como un buey? Probablemente, para la mayoría de las personas es por lo general una bandada de urracas y solo ocacionalmente un buey. Y algunos quizás no han visto nunca su mente de buey.

Por ejemplo, ayer todo el mundo estaba silencioso pero hoy hay cántico. Cuando alguien está cantando, ¿la mente de esa persona es la de una urraca o la de un buey? A partir de ahora cuando veas que tu mente está dispersa, pregúntate a ti mismo si deseas realmente una mente de urraca o una mente de buey. Recuérdate a ti mismo: “Si no soy como un buey, solo estoy perdiendo mi tiempo aquí.” Si alguien trata de chatear contigo, dite a ti mismo: “Aquí vienen las urracas otra vez. Realmente quiero ser un buey, de manera que no me iré volando con las urracas.” Hoy te he pedido que dejes ir todas las formas, y que dejes que todos los asuntos descansen. Entonces, tendremos que repetirlo nuevamente. Hablo en inglés y repiten en ruso. [Risas] Deja ir todas las formas, y deja que todos los asuntos se pongan a descansar.

[Repite la audiencia.]

De esta manera, ahora que sin ninguna duda todo el mundo sabe estas frases, por favor, no chateen ni escuchen a las personas que chantean con ustedes.

Vamos a regresar al verso del Maestro Huineng. En la línea “El dominio de las enseñanzas y dominio de la mente son como el sol en el cielo vacío,” “dominio de las enseñanzas” se refiere al lenguaje y los conceptos del Dharma, y “dominio de la mente” se refiere al Dharma de la Mente, o la iluminación. Domino de las enseñanzas y dominio de la mente son al final uno y lo mismo, y para alguien que haya alcanzado este estado, la mente es como “el sol en un cielo vacío.” El sol representa la naturaleza de Buda o la vacuidad, y así como nada puede obstruir la vacuidad, en un cielo vacío nada obstruye la brillantez del sol. En realidad, no hay una cosa que se llame naturaleza de Buda. Sin embargo, al alcanzar la vacuidad, uno emplea las funciones de sabiduría y compasión para brillar [la luz del Dharma] sobre todos los seres sensibles. Al igual que el sol puede iluminarlo todo, las funciones de la sabiduría y compasión también pueden influenciar a todos los seres. El sol de Huineng es entonces una analogía para las funciones de sabiduría y compasión.

Puesto que no hay obstrucción para la vacuidad, hablamos del cielo vacío cuya ausencia de obstrucciones puede llamarse silencio. El surgimiento de esta sabiduría y compasión similares al sol, a través de alcanzar la vacuidad, es llamada iluminación. Por consiguiente, podemos decir que esta línea describe [la realización en la práctica de] la iluminación silenciosa. Por un lado, el cielo está libre de obstrucciones (esto es silencio); por otro lado, el sol está brillando sobre todos los seres (esto es iluminación). Cuando la iluminación se desarrolla a su punto más elevado, el silencio estará necesariamente presente. También lo contrario es cierto: Cuando el silencio está en su nivel más profundo, la iluminación también estará presente.