sábado, 20 de abril de 2011
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No-oposición y la disolución de tensiones
Conferencias budistas
Por el maestro Sheng Yen

Tanto el Budismo como el Chan condenan los enfrentamientos y abogan por la no-oposición a nuestros enemigos. Este principio también se aplica a la práctica de la meditación. Sucede a menudo que, cuando te sientas a meditar, las aflicciones y los pensamientos dispersos aparecen en tu mente; te encuentras obstaculizado por varias costumbres insanas, o molestado por los ruidos ambientales. Si estas molestias te hacen sentirte enfadado y obstaculizan tu práctica, entonces, no importa a dónde vayas, no serás capaz de calmar tu mente y practicar el Chan. Para tapar a los pensamientos dispersos con el enfado, tendrías que comenzar con una cantidad suficiente como para añadir una capa de pensamientos dispersos en oposición a tus pensamientos dispersos originales. El resultado será una pérdida de esfuerzo. Si una persona continúa de este modo; añadiendo una sensación de enfado a sus pensamientos ya dispersos, entonces, cuanto más practique la meditación, más se volverá molesto y estará de mal genio. Es por esta razón por la que muchos de los así llamados “viejos cultivadores” tienen un temperamento muy irritable y a menudo repentinamente se enfadan por la provocación más leve. Todo esto se debe a su método erróneo de oponerse/luchar contra sus aflicciones originales y pensamientos dispersos, de este modo, aumentan sus aflicciones y crean mucha tensión interna.

Un verdadero practicante del Chan, sin embargo, no es así. Cualquier pensamiento obstaculizador que podría aparecer o el ambiente o las condiciones desfavorables a los que podría enfrentarse, los arregla sin oposición y disuelve cualquier tensión que podría tener producto de ello. Él nunca se resiste o lucha contra ello. ¿Qué significa no-oposición? Por ejemplo, si estuvieras a punto de toparte con una persona que te trata con malevolencia, en lugar de reñir con ella, más bien harías todo lo que esté en tu poder para evitar, en forma serena, un enfrentamiento con dicha persona. Si te da un puñetazo, no te defiendes. No sólo deberías abandonar cualquier pensamiento de represalia, sino que incluso, no deberías abrigar la esperanza de que no vaya a golpearte nuevamente. Dicha esperanza por sí misma es en vano y no-rentable. Si alguien te da un golpe y sólo lo aceptas sin ninguna resistencia, sin defenderte, entonces, el oponente también se sentirá conmovido hasta abandonar su hostilidad. De esta manera, el objetivo de disolver las tensiones obstructoras seguro que puede alcanzarse. Al practicar el Chan es lo mismo, necesitas no ser molestado por los pensamientos dispersos y sin importancia que pudieran aparecer; si puedes abstenerte de desear lo agradable y de sentir aversión hacia lo que es indeseable, entonces tu mente se volverá naturalmente tranquila. Los practicantes Chan deberían mantener esta actitud durante su vida cotidiana al tratar con las situaciones diarias. Al enfrentarte con las dificultades, nunca te enfades; haciéndolo, solamente equivaldría a añadir otra dificultad a la dificultad, de este modo disturbando y confundiendo más tu mente. Al mantener una mente pacífica y sin oposición, todas las dificultades se resolverán naturalmente.