jueves, 25 de abril de 2011
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La importancia del Budadharma en el mundo moderno
Conferencias budistas
Conferencia impartida por el maestro Sheng Yen el 13 de octubre de 1991.

El mundo en el que vivimos necesita verdaderamente el Budadharma. Hay muchas cosas buenas en el mundo moderno, pero hay más de lo que es menos deseable. El mundo se está volviendo más pequeño y más poblado y las personas están volviéndose cada vez más ocupadas.

Cuando era niño, leí una novela china titulada “Viaje al Oeste.” Es el relato de un mono con poderes místicos y sobrenaturales que acompaña a su maestro a la India para buscar las enseñanzas especiales del Buda. A pesar del poder del mono, el viaje es muy difícil. El mono podía saltar más de 100.000 millas, pero debido que a su maestro no poseía ese poder, el viaje era duro.

Hoy día esto no sería un problema. Ambos podrían tomar un vuelo comercial de seis horas de China a India. Es sólo alrededor de 16 horas hasta los Estados Unidos.

Podríamos pensar que el mundo está volviéndose cada vez más pequeño, pero al mismo tiempo la distancia entre las personas parece volverse cada vez más grande.

En los tiempos antiguos, incluso cuando yo era un niño, las personas que vivían en el campo conocían a todos sus vecinos de millas a la redonda. Tú conocerías a la mayoría de las familias por los alrededores. Esto ya no es verdad. Tu podrías conocer de vista a tu vecino de al lado, pero podrías no saber su nombre.

En tiempos pasados cuando las personas se casaban, casi nunca consideraban la opción o incluso la posibilidad de divorciarse. Pero en estos días a menudo las personas se casan con la actitud de que “no es gran cosa, lo peor que puede ocurrir es separarnos.”

Cuando las personas no estaban tan ocupadas, tenían más tiempo para conocerse a sí mismos y comprender de qué se trataban sus vidas. Ahora a veces incluso ni nos conocemos a nosotros mismos. Nuestro propio “yo” parece desconocido. Podríamos estar confundidos por preguntas tales como: ¿Qué estás haciendo con tu vida? o ¿A dónde piensas que vas a ir y qué vas a hacer en el futuro?

Hoy día las cosas en el mundo se mueven muy rápido. En los tres meses que no he estado en el Centro parece que han ocurrido muchas cosas. Apenas puedo recordar cuál fue la situación antes de haberme ido. Incluso ayer, Guo Yuan Shi (discípulo monástico del maestro Sheng Yen) tuvo que recordarme que tenía que impartir una charla hoy. Esto señala cuán ocupado he estado.

En el almuerzo, Ming Yee observó que si no tuviéramos un teléfono y una máquina de fax, yo podría ser capaz de descansar un poco cuando vengo a los Estados Unidos. Pero, apenas llegué, encontré una máquina de fax y más responsabilidades que estaban esperándome. Lo mismo ocurre cuando vuelvo a Taiwán. Cualquiera que necesite de mi atención me sigue a todas partes. No hay lugar donde yo pueda escapar. Imagino que muchas personas se encuentran en esta situación.

Ayer, cinco personas que están de vacaciones vinieron de Taiwán a visitarme. Se quedaron una noche y esta mañana tomaron un avión a Canadá. Volverán a Taiwán dentro de dos días. Les pregunté qué iban a hacer durante las vacaciones y contestaron: “Descansar.”

Una de las consecuencias de los avances en la comunicación y en el transporte es que las personas siguen estando cada vez más ocupadas. Además, tengo que ajustarme a una zona horaria que está media vuelta alrededor del mundo. Lo que puede ser bastante fatigoso.

¿Cómo el Budadharma puede ayudarnos en este mundo ocupado? ¿Qué puede hacer por la distancia entre las personas y la alienación que las personas sienten dentro de ellos mismos?

El Budadharma enseña que el mundo en el que vivimos no es más que una parte muy pequeña del universo. Es como un grano de arena en el río Ganges o un grano de arena en incontables ríos Ganges.

Incluso si pensamos que el mundo es tan pequeño como un huevo, podemos animarnos en la inmensidad del universo. Podríamos no ser capaces de recorrerlo en su totalidad en este momento, pero necesitamos no tener ninguna sensación de claustrofobia u opresión porque ahora la Tierra parezca pequeña para nosotros.

Con un método de práctica, podemos descubrir un mundo grande dentro de nosotros, y éste, como el mundo que nos rodea, es ilimitado. No hay medida de espacio ni dentro ni fuera.

El Budadharma nos dice que los innumerables seres vivientes en nuestro mundo y en todo el universo han sufrido de nacimiento tras nacimiento en incontables mundos desde el tiempo sin comienzo. A través de las incontables vidas, cada uno de estos seres sensibles ha desempeñado el uno con el otro el papel de pariente, amigo, hermano, hermana, padre, hijo, etcétera.

Toda la materia en el universo en un tiempo o en otro ha sido parte de nuestros cuerpos en las vidas previas. Lo que componía nuestros cuerpos se ha convertido en la materia que ahora llena el universo. En los sutras se dice que las partículas de polvo en los tres mil quiliocosmos – una extensión del espacio inimaginablemente enorme, se han combinado para formar los muchos cuerpos que hemos habitado a través del tiempo, y es esta inmensidad de materia la que ha sido desechada con la desintegración de estos cuerpos.

Esto te dará una idea de la relación íntima que compartes con otros seres vivientes, animales, platas e incluso minerales. Todos han sido partes de ti mismo. Tú no eres una existencia única y aislada.

Si empleamos los métodos y conceptos del Budadharma como una guía en la vida cotidiana, no sólo sentiremos la inmensidad del universo, sino que también veremos nuestra estrecha conexión con todo lo que esté dentro de él. Se construirá un puente sobre el abismo entre los otros y nosotros mismos.

He hablado de cuán ocupadas están muchas personas. ¿Qué significa esto para un practicante budista? ¿Debería él estar tan ocupado como otros? ¿Cómo debería percibir su vida?

Vamos a ver el Sakyamuni Buda. Vivió hace alrededor de 2500 años en la India cuando muchos hindúes vivían una vida relativamente relajada. Había un límite entre lo que tenía que realizarse y lo que podía realizarse. Pero el Sakyamuni Buda era diferente. Desde su niñez y hasta la muerte, es decir, alrededor de 80 años, llevó una vida muy muy ocupada.

Cuando niño, estaba ocupado por aprender el conocimiento mundano de sus días: las artes, la literatura, la filosofía, la religión, las artes marciales, por mencionar unos pocos. Finalmente, decidió renunciar al mundo y abandonó su hogar. Pero él todavía estuvo bastante ocupado aprendiendo cómo practicar. Practicó muy duro por seis años usando muchos métodos diferentes. Al final, alcanzó la Budeidad. Pero eso no significa que no tuviera nada que hacer. No, se volvió más ocupado.

A partir del Tripitaka, la colección del Dharma que nos da el Buda, especialmente las colecciones de Sutras y Vinaya, es evidente que después de su iluminación el Sakyamuni Buda dedicó la mayor parte de su vida a viajar por toda la India, tratando de ayudar a cualquiera que encontraba. Tenía muy poco tiempo para descansar. Apenas tenía algún que otro día en que no tenía nada que hacer.

El estar ocupado en sí mismo no es un problema. El Dalai Lama, un maestro muy importante, está muy ocupado día tras día para atender a su pueblo, tratando de liberar su país, ayudar a su religión, y continuar con su propia práctica. Ha estado tan ocupado como el Buda lo estaba en su tiempo. Pero esto sólo señala que el estar ocupado no es un problema para un practicante budista. La vida ocupada de un budista, sobre todo la vida ocupada del Buda, es muy diferente de la vida ocupada de una persona común.

¿Cuál es la diferencia entre un practicante budista y una persona corriente? Cuando las personas comunes están ocupadas, tienen un propósito, y éste es su propio beneficio. Buscan afanosamente la fama, la riqueza, la posición, y el poder. Esta es la razón por la que sus mentes siempre están inestables. Viven en tensión, aprensión, tratando constantemente en cumplir sus deseos.

Un practicante budista, especialmente alguien con cierta realización, podría estar ocupado, pero esto no será por su propio bien, ni por su propia fama o fortuna, ni por su propio poder o posición. No se preocupará por ganar o perder algo. No vivirá en tensión, aprensión o confusión.

No hay nada malo en estar ocupado, pero si eso te hace sentir inquieto o inestable, estarás lleno de aflicciones. Estando ocupado simplemente significa que tienes muchas cosas para tratar, una tras otra. Si tu mente no se preocupa por la ganancia o la pérdida, entonces no habrá aflicción. Cuando el tratar con muchas cosas conduce a la inquietud, inestabilidad y tensión, entonces esto es aflicción.

Dos personas que conozco quienes ocupan puestos muy altos del gabinete en Taiwán tienen dos actitudes muy diferentes hacia sus posiciones. Uno está muy preocupado por su carrera. Teme constantemente en perder su posición como cabeza del gabinete. También se preocupa incluso en que aun manteniendo su posición, para él no habría lugar para avanzar. Esta actitud le hace sentir tenso y nervioso, y como consecuencia, es muy propenso a vacilar. Como resultado, a menudo es criticado y atacado.

La otra persona, cuya posición es igualmente alta, tiene un punto de vista completamente diferente de su papel: “Sólo intento hacer lo mejor que pueda,” dice. “Si el gobierno piensa que lo estoy haciendo bien en esta posición, entonces voy a seguir trabajando aquí. Si el gobierno quiere que yo renuncie a este puesto, entonces lo haré con mucho gusto. Estoy preocupado por lo que hago, en lugar de estarlo por mi posición.” Da la casualidad de que él es un practicante budista. En realidad, estudiaba conmigo.

Entonces, he aquí dos personas que comparten posiciones en el mismo alto nivel, pero cuyas percepciones de esas posiciones son completamente diferentes.

A muchas personas les parece que el mundo es un lugar muy difícil para vivir. La calidad del aire y la calidad de nuestra comida dejan mucho que desear. Muchas personas piensan que vivimos en un vertedero de basura o en una habitación llenada lentamente con gases venenosos. No es de extrañar que haya una gran preocupación por el medio ambiente.

Pero este problema debe tratarse correctamente. Recientemente en Taiwán hubo un cambio irónico de eventos que implicó a algunos miembros de un grupo de protección ambiental. En su entusiasmo por proteger el agua y el aire, algunos de los miembros terminaron por liberar más contaminación al medio ambiente. De hecho, sus acciones ocasionaron varias muertes.

Hace tres años impartí una charla en Boston que dio la casualidad de que coincidió con el Día de la Tierra. Los organizadores y participantes del Día de la Tierra repartieron una gran cantidad de pósteres y volantes llenos de consejo sobre cómo salvar el medio ambiente. Todo ese papel terminó creando un montón de basura. ¿Estas personas fueron parte de la solución o parte del problema?

Nuevamente, hace un par de años, hubo dos manifestaciones opuestas en el Central Park. Un grupo estaba a favor y el otro en contra del poder nuclear. ¿Cuál de estos dos grupos tenía razón? Cualquiera que fuera la respuesta, parecía que al menos en esa situación, ambos grupos contribuyeron más a la desarmonía ambiental que a la solución real.

Estas dificultades surgen de la manera en que las personas responden a los problemas en el mundo. Las personas desean que las cosas cambien. Pero la pregunta es: ¿Quién debería realizar el cambio?

Desde el punto de vista budista, es un error el simplemente pensar que los problemas del mundo y del medio ambiente son siempre causados por los demás. Si la única cosa que puedes hacer es criticar a los demás y sólo pides que los demás cambien, eso no podrá solucionar nada.

¿Qué dice el Budadharma sobre estos temas? El Budadharma nos aconseja a cada uno de nosotros que mantengamos una mente y corazón puros. En otras palabras, cada uno de nosotros debemos tratar de tener menos codicia, odio, ignorancia, arrogancia y duda en nuestras mentes. Esto conducirá naturalmente al mundo en una mejor dirección. Se volverá un lugar más puro, sano y seguro para vivir.

¿Cómo alcanzamos este objetivo? Debemos depender de las enseñanzas, conceptos y métodos de práctica del Budadharma. Sólo con estos podemos alcanzar el objetivo de la pureza mental. Sólo cuando la mente es pura el ambiente externo puede volverse puro. Sólo cuando alcanzas la pureza mental puedes ver la pureza del mundo externo. Sin esta paz interior y pureza, el mundo siempre será molestado por los problemas. Pocas personas son conscientes de sus problemas o de sus propias incompetencias. La mayoría de nosotros creemos fervientemente que la raíz de nuestros problemas radica en lo que los demás nos han hecho. Después de todo, ¿por qué usamos la palabra “personas comunes”? Porque dichas personas tienen problemas ordinarios, comunes, que son básicos para la naturaleza humana, tales como codicia, odio, arrogancia y duda. Muy pocas personas reflexionan sobre el hecho de que ellos mismos son personas comunes con problemas ordinarios. Es debido a sus problemas que son tan agudamente conscientes de los problemas de otros. Si yo fuera un sabio o un santo, sin embargo, no sería molestado por los defectos de aquellos que me rodean. Vemos los defectos de otros principalmente porque nosotros mismos somos seres ordinarios y vulnerables.

El Budadharma no tiene la intención de conseguir controlar o dominar a los demás. El objetivo del Budadharma es el de ayudarnos a comprender y tolerar a los demás del mismo modo que aprendemos a dominar nuestros propios cuerpos y mentes. Esto es lo que denominamos práctica.

Cuando comprendemos los problemas de las personas comunes, en el Budadharma a esto se le llama “compasión”. Vemos que todos tienen los puntos débiles de las personas ordinarias. Es apropiado que las personas comunes tengan problemas ordinarios. Si somos conscientes de esto, se reducirán nuestras aflicciones. Esto conducirá a la tolerancia y a silenciar nuestras críticas dirigidas a dichas personas. No alberguemos resentimientos u odio hacia ellos. Al mismo tiempo, reflexionaremos sobre nuestros propios defectos e intentaremos mejorarnos a nosotros mismos.

Mientras haya conciencia en un lado, eso afectará ambos lados. ¿A qué se refiere esto? Tu comprensión de tu propia ordinariedad y defectos engendrará una comprensión de la ordinariedad y defectos de los otros. Serás consciente de dónde eres vulnerable a cometer errores y verás dónde los demás son también vulnerables. Esto generará naturalmente comprensión y simpatía hacia los sufrimientos que padecen los demás. Esta comprensión se traducirá como una actitud pacífica hacia uno mismo y por lo tanto hacia los demás.

Hoy, antes del almuerzo, alenté a aquellos miembros que han estado en el Centro por un largo tiempo a recibir los preceptos de bodhisattva. Esto implica prometer observar y mantener muchas reglas. En el almuerzo alguien se me acercó y dijo: “Shih-fu, ¿piensas que alguien como yo puede tomar estos preceptos de bodhisattva?” Pregunté: “¿Por qué?” Contestó: “Porque si tomo estos preceptos, estoy seguro de que los romperé.” Dije: “Es sólo a través de tomar los preceptos que tendrás preceptos para romper. Si no los tomaras, no podrías romperlos.” El Sakyamuni Buda dijo que cuando tienes preceptos para romper, eso es el camino del bodhisattva; cuando no tienes preceptos para romper, eso es la marca de un camino externo, no se debería seguir. La idea detrás de esto es que si no tomas preceptos, podrías pensar que puedes escaparte de todo sin romper ninguna regla. Pero, de hecho, podrías estar haciendo mucho de lo que es malo y perjudicial, sin importar lo que pienses.

Por el otro lado, si has hecho esfuerzos para tomar los preceptos, quizás romperás un precepto hoy, pero lo sabrás. Podrías romper otro precepto mañana, pero lo sabrás también. Finalmente, esta conciencia te alentará a romper los preceptos con cada vez menos frecuencia. Este proceso te ayudará a convertirte en un bodhisattva.

Debido a que los seres sensibles comunes son ordinarios, entonces para ellos es imposible mantener la pureza absoluta del cuerpo, habla y mente. Después de todo, sus cuerpos y sus mentes no están realmente bajo su control. Además, tienen muchas aflicciones, lo que llamamos obstáculos kármicos, que se han traído a esta vida desde las vidas previas. Estas nos molestan y constriñen. Para un ser sensible ordinario es difícil no romper ningún precepto. Pero el Budadharma establece un camino claro de manera que podrás saber en qué acciones debes involucrarte y de qué debes abstenerte. Estableces estos criterios para ti mismo y haces voto de adherirte a ellos. Pero puede ocurrir que continúes rompiendo los preceptos por un largo tiempo. De hecho, un bodhisattva sigue rompiendo los preceptos hasta el día en que alcance la Budeidad. La analogía que se emplea a menudo es la siguiente: los preceptos son como una toga. Cuando rompes un precepto, es como si se le hiciera un agujero en ella. Ahora tienes que repararlo o remendarlo. Después, habrá más agujeros y más remiendos. Pero finalmente llegas al punto donde la toga ya no necesite remendarse. Esto es el proceso por el que debes pasar. Sin los preceptos, es como si no tuvieras toga; es como si estuvieras desnudo.

Para nosotros es importante reconocer que somos personas ordinarias, que tenemos debilidades, que tenemos insuficiencias y que tenemos aflicciones. El conocimiento de sí mismo es el comienzo de la sabiduría y también conduce al crecimiento de la compasión hacia los demás. La compasión afectará finalmente incluso al medio ambiente, llevando a su mejoramiento y purificación.

¿Cómo funciona esto? Si somos menos codiciosos, buscaremos menos objetos materiales. Cualquier objeto material que tengamos lo usaremos más económicamente y menos despilfarradoramente. Produciremos menos basura y, por consiguiente, contaminaremos menos el medio ambiente. Con mayor comprensión y simpatía hacia los demás, habrá menos conflicto y más paz. Esto mejorará ciertamente el mundo en el que vivimos. Compartiremos más y de este modo ejerceremos menos presión sobre nuestros recursos. Esto también mejorará el medio ambiente. Una persona más practicando el Budadharma, es entonces una fuerza que incrementa la paz, pureza, y estabilidad del mundo. Si deseamos detener la destrucción del mundo y hacer frente a la locura que a veces parece ser frecuente entre tantas personas, entonces deberíamos dedicar nuestros esfuerzos a la comprensión y a la práctica del Budadharma.

El Budadharma enfatiza en trabajar sobre nuestra propia personalidad, sobre nuestra propia mente. Si podemos establecer una personalidad saludable, mantener nuestras mentes puras, e influenciar el uno al otro de una manera benévola, entonces podremos establecer una Tierra Pura en este mundo.

No es una cuestión de si todos en el mundo son convertidos al Budismo. Lo importante es dejar de lado la intención de someter a los demás y ayudarles a que vean que deben trabajar sobre sus propias mentes. Esto es lo que enfatiza el Budadharma.

El Budadharma no aconseja en contra de una acumulación razonable de cosas materiales. Es solamente que no deberíamos llevarlo a extremos, ni deberíamos desperdiciar nuestros recursos.

Sería incorrecto concluir que los budistas se concentran sólo en ellos mismos excluyendo a los demás. La idea es que trabajamos primero sobre nuestras propias mentes. Después, una vez que nos hayamos beneficiado, también intentaremos ayudar a los demás a beneficiarse.

Durante estos últimos años, he estado ayudando a establecer un complejo budista en Taiwán. Incluirá un instituto de enseñanza, biblioteca, salas de práctica y tendremos una variedad de facilidades. Es llamado “Dharma Drum Mountain.” Ahora estamos planeando su desarrollo. Dos frases resumen el objetivo de Dharma Drum Mountain y muestran la responsabilidad que reconoce el Budismo que tiene hacia el mundo moderno: “Elevar la calidad de todos los seres humanos” y “Construir una Tierra Pura en la tierra.”

Estas dos ideas expresan todo lo que he dicho hoy. ¿Hay alguna pregunta? No se preocupen por decir algo incorrecto. Incluso los bodhisattvas empiezan por cometer errores.

Pregunta:
¿Ha dicho que antes de que podamos ayudar a los demás a beneficiarse deberíamos esperar hasta que nos beneficiemos nosotros mismos de la práctica?

Respuesta:
Es verdad que hay una secuencia. Pero no es una regla rígida. No es que debas alcanzar un nivel particularmente elevado antes de poder ir a ayudar a los demás. Es verdad que primero comienzas por ti mismo. Pero mientras trabajas sobre ti mismo, empezarás a ser capaz de ayudar e influenciar a otros.

Pregunta:
El mundo no es ni moral ni inmoral, ¿es eso correcto? No hay nada correcto o incorrecto. Me gustaría que Shih-fu hiciera comentarios.

Respuesta:
No puedes decir que el mundo es moral o inmoral. El mundo es como una hoja blanca de papel. Las ideas de moralidad o inmoralidad son conceptos humanos. Éstos han sido establecidos por varias personas en diferentes tiempos, y por consiguiente, juzgamos ciertas cosas como morales e inmorales. Debido a las diferencias en el lugar, la cultura y la historia, lo que constituye moralidad hoy podría cambiar mañana.

Pregunta:
¿No sería posible de que haya algunas fuerzas en el mundo moderno que son tan poderosas y tan malvadas que necesiten ser avasalladas? ¿No hay un límite de tolerancia hacia otros?

Respuesta:
Hay una distinción entre ir a la guerra para subyugar un país y actuar de tal manera para evitar la agresión. Por ejemplo, en tiempos del Buda Sakyamuni había situaciones en donde un país u otro estaba empeñado en actuar de manera poco razonable. Él dijo que era importante para lo que él denominó fuerzas justas para mantener el tipo de poder que podría poner freno a acciones precipitadas. Este tipo de poder inculcaría la idea en adversarios potenciales de que si hicieran algo poco razonable, estarían, de hecho, dañándose a ellos mismos. La idea de ir a la guerra para conquistar no era aprobada. Es como si vieras a un niño que está a punto de hacer algo travieso, entonces le agarrarías sus brazos para evitar que se metiera en problemas. El niño es refrenado y asustado. Es por esta razón por la que en la tradición tántrica budista hay muchas deidades que toman formas coléricas para domar las fuerzas malvadas.

Una vez hace unos años cuando el Centro estaba situado al otro lado de la calle y estábamos en la mitad de un retiro Chan, un borracho entró y comenzó a molestarnos. Nancy, quien estaba en el retiro, fue a hablar con él para intentar convencerlo a que saliera. No quería moverse. Dije a Stuart, quien es un tipo muy grande y poderoso, para que hablara con él. Stuart se acercó a él, habló unas palabras, y el borracho dio media vuelta y salió. Esto no está en contradicción con la compasión del Budadharma.

Pregunta:
Usted habló mucho de los seres sensibles ordinarios. Si todos los seres sensibles son innatamente Budas, ¿cómo podrían ser ordinarios?

Respuesta:
Una analogía empleada en los sutras es la del oro mineral en una mina. Antes de que haya sido refinado, todavía no está en la forma que podríamos denominar como oro, aunque el contenido esencial del oro está dentro. Todos nosotros aquí podríamos tener contenido de oro, pero todavía no ha sido refinado. ¿Qué es aflicción? La aflicción es comparable con las piedras y rocas mezcladas con el oro en el mineral.