Los Siete Factores de la Iluminación (Segunda Parte)
Por el maestro Chan Sheng Yen

Entre mayo de 1999 y noviembre de 2003, los domingos por la tarde cuando estaba en Nueva York, el Maestro Sheng Yen dio una serie de conferencias sobre el bodhipakshika (sánscrito), literalmente: “Cosas pertenecientes al Bodhi”, también conocido como las “treinta y siete ayudas para la iluminación”.
Las treinta y siete ayudas constan de siete grupos de prácticas expuestas por el Buda. Estos son: Los Cuatro Fundamentos de la Atención, los Cuatro Rectos Esfuerzos, los Cuatro Pasos hacia los Poderes Mágicos, las Cinco Raíces, los Cinco Poderes, los Siete Factores de la Iluminación y el Noble Óctuple Sendero.
Esta es la Segunda de las tres conferencias que el Maestro Sheng Yen dio sobre los Siete Factores de la Iluminación. La primera conferencia es ofrecida en el número anterior y la tercera será ofrecida en el número subsiguiente del Chan Magazine.
Las conferencias fueron traducidas simultáneamente al inglés por la Dra. Rebeca Li, transcribidas por Sheila Sussman, y editadas por Ernest Heau. Las serie completa será publicada como “Las Cosas Pertenecientes a Bodhi”.

Practicando los Siete Factores de la Iluminación
Las antiguas escrituras Pali, los Agamas, hablan de los tres aspectos para practicar los Siete Factores de la Iluminación: El primero son las condiciones que deben existir para comenzar la práctica; el segundo es cómo practicar los factores; y el tercero es cómo usar las funciones y méritos obtenidos de la práctica.
Voy a hablar sobre cuatro condiciones importantes para practicar los Siete Factores: tener raíces virtuosas, tener fe en el Dharma, tener el punto de vista correcto y tener diligencia.

Raíces Virtuosas
La primera condición importante para practicar los Siete Factores es tener raíces virtuosas.
Tener raíces virtuosas y encontrar personas con sabiduría, hay que utilizar cada oportunidad para aprender el Dharma y cultivar la fe. Esto te dará el punto de vista correcto para guiar tu comportamiento de acuerdo con los Siete Factores de la Iluminación. También necesitas la correcta sabiduría para hacer lo que el Buda enseñó, y necesitas siempre proteger los seis sentidos. La mejor manera de satisfacer estas condiciones es practicar los Cuatro Fundamentos de la Atención.
Las enseñanzas y los métodos del Budadharma están allí para guiarte, pero la cultivación es de tu propia responsabilidad. Si sigues este principio, encontrarás liberación de la aflicción, confusión y luchas, y finalmente alcanzarás la liberación. ¿Quién de entre ustedes no tiene raíces virtuosas? Podrías pensar que te faltan raíces virtuosas porque tienes aflicciones. Si es así, ¿entonces por qué estás aquí hoy? Claramente, el tener raíces virtuosas te brindó el deseo y la voluntad de escuchar el Dharma y acercarte a personas con sabiduría. O, el que tú estés aquí podría ser debido a las causas y condiciones. Por ejemplo, por casualidad escuchas por la radio una charla acerca del Budismo, eso tiene sentido y quieres aprender más. Después de pensar sobre ello, terminas por estar en un lugar como éste.
Si estás aquí ya sea por intención o por las causas y condiciones, eso fue debido a tus raíces virtuosas. De cualquier manera, te acercan más al Dharma y a las personas con sabiduría.

Afuera de este Centro Chan hay una parada de autobús. Este lugar tiene un aspecto un poco exótico, y a veces las personas que están esperando el autobús están un poco curiosas. Suenan el timbre; los invitamos a entrar, les ofrecemos alguna literatura y les dejamos echar un vistazo por los alrededores. De hecho, hemos tenido algunas personas que volvieron a escuchar una conferencia o a participar de las actividades. ¿Alguién de los que están aquí encontró el Centro Chan de esta manera? (Alguien de entre la audiencia relata una experiencia) ¿Tienen raíces virtuosas Las personas que entran aquí por curiosidad? Sí, podemos decir que sí las tienen. Entonces, ¿qué son las raíces virtuosas? Éstas tienen que ver con haberse conectado con el Budadharma en el pasado, o tener un punto de vista que se corresponde con lo que el Budismo enseña.
De ahí que cuando maduran sus causas y condiciones, a ellos no les sea tan difícil conectar con el Dharma. Lo que llamo “personas con sabiduría” es a veces traducido en los sutras como “amigos sabios”. Estas son personas con quienes interactuamos en un nivel beneficioso en el sentido del Dharma, para una o ambas partes. Por lo tanto, aquellos que quieren practicar los Siete Factores de la Iluminación, deberían tener amigos sabios para ayudarles.
¿Deberíamos seguir siendo amigos de aquellos que no son benéficos para nosotros mismos? Algunos piensan que si se hacen amigos de alguien que se comporta mal, podrían cambiarlo para bien. Si es así, no hay necesidad de discriminar contra ellos. Este es un punto de vista correcto pero en realidad eso depende de qué tipo de persona eres. Si puedes hacerte amigo de personas malsanas sin ser afectado, eso es esta bien; de lo contrario, podría ser un problema. Podrías intentar liberar a los seres sensibles, pero si no tienes cuidado, podrías terminar por liberarte a ti mismo, pero a un lugar incorrecto. (Risas)
Deberías ser cauteloso de amigos que no son benévolos, pero cuando dichas personas tienen necesidad, aún deberías ayudarlos. Por otro lado, también necesitas amigos sabidos con quienes poder aprender el Budadharma y cultivar la compasión y la sabiduría.
Pero, ¿qué son la sabiduría y la compasión? La respuesta es bastante simple. Cuando te provocas aflicción y sufrimiento a ti mismo o al medio ambiente, eso es falta de sabiduría; cuando provocas sufrimiento a los demás, eso es falta de compasión. Ahora dale la vuelta: cuando no te provocas aflicción ni sufrimiento a ti mismo, eso es sabiduría; cuando no provocas aflicción ni sufrimiento a los demás, eso es compasión.

Fe en el Dharma
Después de que hayas aprendido algo del Dharma, generarás pura fe en que las enseñanzas son útiles para ti mismo y para los demás también. Luego, a menudo también tienes que recordarte a ti mismo de aplicar las enseñanzas en tus acciones. Esta es la segunda condición importante para practicar los Siete Facores de la Iluminación.

Un discípulo me pidió que lo ayudara con sus severos dolores de cabeza. Después de que practicara la meditación por un tiempo, sus dolores de cabeza desaparecieron. Tras eso, su confianza en el Budadharma se volvió sólida como una roca. También fue mi traductor por veinte años.
Otro ejemplo es un ministro quien sólo quería aprender meditación y no el Dharma. Luego, trajo a su esposa y después de dos clases de meditación se le había curado el insomnio. Después de eso ella se hizo budista. Estaban en una situación interesante: un ministro cristiano con una esposa budista. Estas cosas sucenden no porque yo tenga poderes especiales, sino porque las personas tienen raíces virtuosas para encontrar el Budadharma y recibir sus enseñanzas.
En realidad, cuando las personas se me quejan de sus dolores de cabeza, les digo: Bueno, yo tengo dolores de cabeza también. (Risas)

La confianza en el Dharma puede surgir primero, cuando el Budismo tiene sentido para ti, y segundo, cuando puedes aplicarlo en tu vida cotidiana. Porque es lógico, tendrás confianza en él, y porque es útil, recordarás de emplearlo.
Aquí y hoy, tenemos una pareja que supieron al mismo tiempo que ambos tenían cáncer, como sí lo hubiéran planeado.
Fue algo muy triste pero estas dos personas también tienen raíces muy virtuosas. Al emplear las enseñanzas del Dharma, les alenté a tener confianza en ellos mismos y a hacer votos. Al final, ellos habían recuperado la salud.
Ellos ahora también son voluntarios en el Centro Chan. Sus raíces virtuosas les permitieron estar cerca de amigos sabios, les permitieron practicar el Dharma, y tener pura fe en las enseñanzas.

Punto de Vista Correcto
Al describir las condiciones para practicar los Siete Factores, las escrituras del Hinayana dicen: “Después de que uno haya escuchado el maravilloso Dharma, y su cuerpo tenga la postura correcta, y su mente tenga el pensamiento correcto, entonces uno podrá practicar los Siete Factores de la Iluminación paso a paso” “Después de que uno haya escuchado el marvilloso Dharma” se refiere a escuchar cualquier enseñanza correcta del Dharma, y de esta manera adquirir el punto de vista correcto.
Por ejemplo, aunque realmente no esté impartiendo una conferencia sobre un Sutra en particular, lo que estoy diciendo proviene de los sutras. Por lo tanto, cualquiera de las enseñanzas auténticas del Buda son el “maravilloso Dharma”
Por lo tanto, la tercera condición para practicar los Siete Factores de la Iluminación es el punto de vista correcto, o la sabiduría correcta. El punto de vista correcto significa el siempre vivir con nuestros pensamientos de acuerdo con al Dharma; La sabiduría correcta significa el vivir sin aflicciones. La capacidad de hacer esto proviene de aplicar constantemente estos métodos en nuestra vida cotidiana.

Diligencia
Si uno tiene el punto de vista correcto, “entonces podrá practicar los Siete Factores de la Iluminación paso a paso”
Uno avanza paso a paso, comenzando por la atención, luego el discernimiento, luego pasa a la diligencia, después a la alegría y el placer, la ligereza y tranquilidad, luego la concentración (samadhi), y finalmente la ecuanimidad. Esto es diligencia, la cuarta condición para practicar los Siete Factores.
Esto no significa el saber una enseñanza en particular, sino saber qué se necesita hacer, o dejar de hacer, para practicar. Con el punto de vista correcto, uno generará los factores que todavía no ha generado, y seguriá cultivando los factores que ya haya generado. El punto de vista correcto genera diligencia y la diligencia significa el practicar los Cuatro Recto Esfuerzos.

Protegiendo las Seis Facultades Sensoriales
Después de obtener el punto de vista correto y la sabiduría correcta, uno todavía necesita proteger constantemente las facultades sensoriales del ojo, nariz, lengua, cuerpo y mente. El proteger los sentidos significa mantenerlos puros y no permitirles caer en la tentación o ser profanados. Difícil como es, necesitas proteger constantemente tus seis sentidos. Como mis anteojos, la única manera de mantenerlos libres de polvo y manchas es limpiarlos constantemente.
Un joven estadounidense que ha practicado conmigo por más de 10 años viene frecuentemente a los retiros. Después de cada retiro él toma los cinco preceptos junto con los demás participantes. Me dijo que al final de cada retiro, él puede tomar los preceptos sinceramente y mantenerlos puramente durante ese momento. Sin embargo, después de mas o menos un mes empezaría a cometer errores. Al principio rompió con un precepto y él se dijo a sí miso: “Bueno, ya rompí un precepto, ¡qué diablos!” Después de eso se hacia más fácil el romper con los demás preceptos. Después se sentiría culpable e iría nuevamente al retiro, donde podría tomar los preceptos una vez más. Lo interesante es que cada vez que toma los preceptos, toma un tiempo más largo antes de romper nuevamente un precepto. Él me preguntó: ¿Qué debería hacer cuando rompo los preceptos? Le dije: “Simplemente necesitas arrepentirte”. Él dijo: “Pero los preceptos ya se han roto” Dije: “Bueno, trata de mantenerlos otra vez”
Este es el significado de proteger constantemente nuestros seis sentidos, necesitamos mantener constantemente los preceptos para mantener los sentidos puros.
Esto no quiere decir que la toma de preceptos te liberará repentinamente de volver a cometer errores. La idea es que trates y, cuando fracasas, te arrepientes y trates otra vez. Cuando seas capaz de proteger constantemente tus seis sentidos, entonces comprenderás la enseñanza en tu comportamiento interno y externo. Y cuando protejas constantemente tus seis sentidos, tu comportamiento será el adecuado para la práctica.

Cuando mantienes los preceptos, tus acciones y hablar coincidirán con las enseñanzas, y mientras cultivas los Siete Factores de la Iluminación, tu mente coincidirá con el Dharma. Sin proteger los sentidos, sería muy difícil de practicar los Cuatro Fundamentos de la Atención y los Siete Factores de la Iluminación. Nuestra mente será confusa y nuestra vida estará en caos. Con una mente confusa, estarás inestable emocionalmente, y con una vida caótica, no tendrás armonía.
Por favor, asegúrate de proteger tus seis sentidos cuando te embarques en la práctica de los Siete Factores de la Iluminación. EL hacerlo es necesario para lidiar con los cinco obstáculos de la codicia, el odio, la somnolencia, la mente dispersa y la duda.

Los Cinco Obstáculos
El propósito de los Siete Factores radica en cultivar la sabiduría basada en la contemplación como así también la sabiduría basada en el samadhi.
Habiendo obtenido estos dos tipos de sabiduría, las usamos activamente; pero uno tiene que prevenir que surjan los cinco obstáculos (codicia, enojo, somnolencia, inquietud y duda), y si ellos surgen, tenemos que eliminarlos.
Después, tenemos que estabilizar nuestra mente para cultivar los Siete Factores de la Ilumianción.
Para poder eliminar los obstáculos, debemos reconocerlos tan pronto como surjan. Por ejemplo, la codicia podría provenir al tener circunstancias favorables en nuestra vida y de desear más. Cuando encontramos condiciones desfavorables deseamos rechazarlas, generando enfado.
Si ya estás cansado cuando empiezas a practicar, podrías caer en somnolencia. Excitación y estimulo ocasionarán una mente dispersa, haciendo difícil el estabilizar la mente.
La Duda proviene de la falta de confianza en la enseñanza, o la falta de confianza en nuestra propia capacidad de práctica.
Los cinco obstáculos, llamados así porque obstaculizan nuestra práctica, son todos los obstáculos que impidan generar sabiduría y compasión. Cuándo tienes una muy buena meditación, cuando tu mente está pacificada y tu corazón está alegre, ¿no desearías que se prolongue por más tiempo? ¿Alguna vez has generado dichos pensamientos? O podrías pensar: “Ah, se siente muy bien, quiero seguir profundizando aun más” ¿Tienes pensamientos como éste? Sí, por supuesto que los tienes. Éste es uno de los obstáculos. ¿Cuál?
Audiencia: La codicia
Sheng Yen: Sí, la codicia. Por lo tanto, para practicar bien los Siete Factores, necesitarás no sólo amigos sabios sino también la actitud adecuada.
Una joven profesora asistía a un retiro por primera vez. Durante los primeros cinco días sufrió enormemente. Continuaba diciéndose a sí misma que el día siguiente sería mejor, pero en realidad su sufrimiento aumentaba día tras día. Se dijo a sí misma que si las cosas no mejoraban en el quito día, se iría. Se culpaba a sí misma por no tener raíces virtuosas y no tener la capacidad de practicar el Chan. Decidió que el Chan no era para ella y se levantó preparándose para salir. En ese momento ella pensaba que me había decepcionado, y que había decepcionado al Buda. Se sentía avergonzada, de manera que hizo una reverencia a la estatua del Buda en la Sala del Chan. En ese momento desaparecieron todas las incomodidades físicas que ella había estado experimentando.
Había estado luchando y sufriendo tan enormemente por cinco días y, repentinamente, todas aquellas sensaciones negativas desaparecieron. Ella estaba tan apegada a su sufrimiento que no podpia dejarlo ir. El momento en que abandonó esa idea, su incomodidad disminuyó. Volvió a su cojín y se sentó muy bien en meditación por el resto del retiro.
La diferencia radicó en que ella ya no esperaba que su sufrimiento se desvaneciera, y ya no rechazaba las incomodidades de estar sentada. Después, fue capaz de practicar muy bien y al final no quería irse. De hecho, ella tiene pensado convertirse en monja.
Esto es lo que significa eliminar los cinco obstáculos. De entre los cinco obstáculos, la codicia y el odio son muy difíciles de eliminar. Así que, si ustedes quieren experimentar el dejar ir el sufrimiento, les doy la bienvenida a nuestros retiros de 7, 14 y 49 días. O continuar en retiro para siempre a través de convertirse en un practicante monástico.

Cómo Practicar los Siete Factores
En el Budhismo Hinayana uno practica los Cuatro Fundamentos de la Atención para finalmente alcanzar la liberación. Sin embargo, en el Mahayana, uno también práctica los Cuatro Fundamentos para ayudar a liberar a los seres sensibles.
Reconocemos que las antiguas enseñanzas son los fundamentos del posterior Budismo Mahayana. Comenzando con las prácticas Hinayana, será más fácil el ganar poder.
El omitir los métodos fundamentales y meterse de lleno en los métodos Mahayanas es poco práctico, porque estaríamos hablando de métodos que nuestro cuerpo y mente todavía no han llegado a dominar. De hecho, algunas personas crítican a los budistas Mahayana por intentar practicar sin entender primero los fundamentos del Hinayana. Tienen un buen argumento.
En un reciente viaje a China visité varios monasterios, uno de ellos muy viejo. Pregunté a las personas de allí: “¿Practican el Chan?” Ellos dijeron: “Sí” Pregunté: ¿Cuál es su práctica cotidiana? Contestaron que se sientan en meditación diez veces al día, cada vez por el tiempo necesario para quemar un de incienso.
Puesto que un incienso se quema en alrededor de una hora, eso significa que meditan todo el día.
De manera que dije: “¡Muchos de ustedes ya deben estar iluminados!” Uno de ellos dijo: “En verdad no, solo estamos entrenando nuestras piernas”
No estoy diciendo que su práctica sea errónea. Después de todo en la secta Caodong (Soto) del Chan, la práctica principal es “solo el sentarse (Shikantaza, en japonés)”
Sentarse por largos periodos de tiempo todos los días por varios meses sin parar es un verdadero logro; pero la cuestión es que la práctica del Chan no es sólo un asunto de entrenar las piernas. Dominamos los Cuatro Fundamentos de la Atención para saber siempre lo qué está pasando en nuestra mente. El Chan enseña que cuando nos sentamos en meditación, siempre debemos saber dónde está el cuerpo y lo que está haciendo, y lo mismo con la mente. Deberías estar claramente consciente de cualquier pensamiento que surja en tu mente, y de cualquier sentimiento. Esto, en realidad, es la cultivación de los Cuatro Fundamentos de la Atención.
Para practicar los Siete Factores de la Iluminación, empezamos por practicar cada uno de ellos separadamente; y luego, de forma natural, los practicamos conjuntamente. Esto es similar a los Cuatro Fundamentos de la Atención donde practicamos primero cada fundamento por separado, y después los contemplamos conjuntamente. En ese momento, cuando contemplamos uno de los fundamentos también contemplamos los demás tres.
Usando una analogía: en una familia numerosa estás tu mismo, tu cónyuge, tus hijos y también tus abuelos. Cuando piensas en cuidar de tu familia numerosa, piensas en ellos colectivamente. Sin embargo, cuando los ayudas, en realidad tratas con las necesidades particulares de cada persona. El problema es que, cuando cuidas de cada persona separadamente, inevitablemente hay preferencias y posiblemente discernimiento. Quizás te gusten algunos miembros de la familia más que otros, etc. De manera que el cuidar de toda la familia al mismo tiempo refleja un nivel más elevado de capacidad. Igualmente, el ser capaz de practicar los siete factores simultáneamente refleja un nivel más profundo de práctica que practicarlos separadamente.
Al principio, uno empieza con uno de los factores y avanza paso a paso hacia los demás. Cuando prácticas un factor, sabrás claramente lo que estás practicando. Si tratas de cultivar los siete factores desde el inicio, terminarás por no practicar ninguno de ellos.
Es importante tener la actitud adecuada para practicar los Siete Factores de la Iluminación.

Obstrucciones, Deseos y Aflicciones
Para practicar bien los siete factores, necesitamos eliminar las obstrucciones, dejar los deseos y cortar las aflicciones. El eliminar las obstrucciones significa cortar los apegos a las personas, las cosas, los eventos y cualquier cosa en nuestra vida que sean obstáculos para la práctica. El dejar los deseos significa apartarse de los cinco deseos relacionados con los cinco sentidos, pero también significa el no tener ideas de alcanzar algo. El cortar las aflicciones significa purificarse a sí mismo de los tres venenos de la codicia, el odio y la ignorancia, y saber qué hacer cuando estos surjan. Después de que seamos capaces de llevar a cabo estos tres objetivos, finalmente podremos eventualmente pasar al séptimo factor: la ecuanimidad (desapegarse de los estados de felicidad)

El eliminar las obstrucciones, dejar los deseos y cortar las aflicciones son pautas para la vida cotidiana y difíciles de llevar a cabo; pero son fundamentales como condiciones para la práctica.
Antes de uno estar liberado, es imposible que no tenga aflicción alguna. Lo más importante es que al menos durante el tiempo que uno este practicando, trate de no generar ninguna aflicción.
En el Islam, cuando un hijo desea casarse, los padres quieren que el cónyuge también sea musulmán o que quiera convertirse. Uno de mis discípulos quería casarse con una chica de una familia musulmana. Cuando se encontró con los padres, le dijeron que para casarse con su hija él tenía que convertirse en musulmán y educar a sus hijos como musulmanes. Siendo budista, esto era un dilema muy difícil para él y me pidió consejo. Le dije que tenía que decidir qué quería más realmente: una esposa o el Budadharma. Él dijo: “Oh, quiero una esposa” Le dije que el Budismo no pide que sus seguidores hagan esto o aquello; si él tenía que decidir entre una esposa y el Budadharma, era decisión suya. Le dije que si él quería abandonar el Budismo, aparentemente eso significaba que el Budismo no era tan important para él. Me preguntó que si estaba cometiendo un error, como cometer algún tipo de pecado. Dije: “Si no quiere más al Budadharma, ¿por qué te preocupas por tu karma?” Al hablar de su karma, me refería a que no seria capaz de escuchar las enseñanzas del Buda si se iba. Antes de irse dijo: “Shifu, no esté triste, en mi corazón y mente siempre seré un budista. Mi corazón es suyo para siempre, de manera que debería estar feliz” Y yo estaba muy contento de oir eso.
Este relato da testimonio de la idea de que en un dilema, es difícil el tomar una decisión sin estar influenciados por nuestros deseos. Sin embargo, si esta persona vive como musulmán pero tiene una actitud budista, eso es muy bueno.
El casarse no es necesariamente un obstáculo para la práctica. Aún así, necesitamos mirar cuidadosamente a las diferentes situaciones. Algunas de ellas podrían ser obstáculos, otras no. De lo contrario, tendríamos que ir a las montañas y convertirnos en monásticos para poder practicar. Eso no es así en absoluto. Todo el mundo puede practicar los Siete Factores de la Iluminación. El Buda Shakyamuni enseñó el Noble Óctuple Sendero así como también los Siete Factores de la Iluminación. Las Treinta y Siete Ayudas para la Iluminación son enseñadas a todos los practicantes, laicos y monásticos.
La clave es la atención. Aunque la atención es el primer factor de iluminacion, en otro sentido también es el último porque regula a los demás seis factores. ¿Bajo qué condiciones practicamos los demás seis factores? En general, cuando uno está sin energía, entonces practicamos los factores reanimadores: discernimiento, diligencia y alegría.
Por otro lado, cuando estamos agitados, practicamos los factores tranquilizantes: ligereza-y-tranquilidad, samadhi y ecuanimidad. Cuando careces de interés en la práctica, deberías enfocarte en los factores reanimadores, y cuando estás agitado, deberías practicar los factores tranquilizantes.
Con estos dos métodos complementarios, uno está cultivando constantemente tanto la sabiduría como el samadhi. El enlace común entre todos los factores es la atención, estar consciente de tus propios estados mentales y practicar el método correcto para tu situación.
Sin la atención sería imposible practicar los demás factores. Uno de los Sutras dice que cuando uno está continuamente atento al cuerpo interno, al cuerpo externo y al cuerpo interno y externo, entonces uno está cultivando la atención. Entonces, en ese momento, uno será capaz de cultivar los demás factores.
Sabemos que tenemos un corazón, un hígado, sangre, tendones, etc. pero normalmente no los vemos o sentimos excepto quizás cuando nos sentimos mal. Cuando practicamos muy bien no es que podemos ver nuestros órganos internos, sino que estamos más conscientes de ellos. El cuerpo externo consiste en la cabeza, el torso y las extremidades que experimentamos a través de nuestros órganos sensoriales. El cuerpo interno y externo se refiere al cuerpo interno y externo integrado. Puede compararse con el caso en donde uno puede cuidar de toda la familia numerosa al mismo tiempo; De forma similar, aquí estás contemplando tanto el cuerpo interno como los órganos sensoriales y las cuatro extremidades, el cuerpo entero simultáneamente.
No te preocupes de que contemplar tanto el cuerpo interno como el externo al mismo tiempo podría ser difícil. Lo importante es comprender que todos los elementos que componen el cuerpo no hacen un “yo”. El propósito de esta contemplación es investigar realmente la pregunta: ¿Qué es el “yo”?

La contemplación del cuerpo está íntimamente relacionada con la contemplación de las sensaciones, porque sólo el cuerpo puede experimentar las sensaciones. Por ejemplo, cuando sientes que algo huele bien o mal, ¿lo sientes con tu cuerpo interno o externo? Probablemente ambos sean correctos. Las sensaciones pueden ser agradables, desagradables y ni agradables ni desagradables. Cuando estamos atentos y conscientes de la calidad de nuestras sensaciones, estamos contemplando las sensaciones. Sabemos si son agradables, desagradables, o ni agradables ni desagradables. El observar nuestras reacciones a las sensaciones es contemplar la mente. El resultado de esta reacción mental es un dharma, o un objeto mental, y la contemplación de éste es el cuarto fundamento de la atención.
En nuestro relato acerca del joven que amaba a la chica musulmana, su deseo por ella se convirtió en un dharma, un fenómeno mental. O, si alguien hace el voto de dejar la casa y convertirse en monástico, esa idea también se convierte en un dharma en la mente de esa persona.
Comenzando por la contemplación de nuestro cuerpo y luego la contemplación de nuestras sensaciones, y luego de nuestras reacciones mentales a las sensaciones, y luego los dharmas que surgen de todo eso; estas cuatro contemplaciones son los Cuatro Fundamentos de la Atención. Son muy importantes para la cultivación de los Siete Factores de la Iluminación.
El filósofo Descartes dijo: “Pienso, luego existo” Su idea era que la capacidad de pensar era la prueba de la existencia del “yo”. En el Budismo, consideramos al “yo” como un compuesto de cuatro elementos, el primero de los cuales es el cuerpo. El segundo elemento del “yo” son las sensaciones que el cuerpo experimenta. Las acciones mentales que derivan de estas sensaciones son el tercer elemento del “yo”. Los dharmas, o las ideas y conceptos que surgen de nuestras reacciones mentales, componen el cuarto elemento.
Si puedes ver claramente que lo que llamamos el “yo” esta realmente compuesto por estos cuatro elementos, ninguno de los cuales tiene verdadera naturaleza individual, entonces serás capaz de vivir con menos aflicciones. Si estás engañado o poco claro acerca de esto, experimentarás más aflicciones.
Este es el por qué de la importancia de contemplar estos cuatro elementos del cuerpo, las sensaciones, la mente y los dharmas.