miércoles, 24 de abril de 2011
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Práctica Chan para personas mayores
La esencia del Chan
Pregunta:
Los métodos de la meditación Chan pueden ser extenuantes. Para lidiar con gente de edad que es nueva en la práctica, usted ¿alteraría las técnicas para adaptarlas a ellos? ¿Cómo se dirigiría a ellos para la enseñanza del Dharma de Buda?

Shi-Fu:
Al principio, cuando Buda abandonó su hogar y más tarde se transformó en un iluminado, todavía era un hombre joven. La mayoría de sus discípulos también lo eran. De todas formas, había algunos discípulos ya mayores. Por ejemplo, Mahakashyapa, uno de sus discípulos más importantes de Buda, ya era un hombre mayor cuando se hizo monje. También un importante practicante laico llamado Sudhata era ya anciano cuando tomó contacto con las enseñanzas de Buda. Justo antes de la muerte de Buda un anciano llamado Subadhara deseó visitarlo y escuchar sus palabras. Subadhara tenía más de ochenta años. Sabía que ambos, el Buda y él, tenían poco tiempo ya que el Honorado por el Mundo estaba a punto de entrar en el Nirvana.

Los discípulos de Buda trataron de apartar a Subadhra, diciéndole: “Usted ya está tan viejo, de qué servirán las enseñanzas para Ud.; el tiempo de Buda es precioso y no lo puede perder con Ud.” El Buda escuchando esto, dijo a los discípulos que dejaran entrar a Subadhra, diciéndoles: “Preciosamente porque es tan viejo es que él debe escuchar estas palabras.” Subadhra se unió al grupo y escuchó, y después de oir unas pocas frases llegó a ser un Arhat. Fue el último hombre en ser ordenado monje durante la vida de Buda.

El Maestro Chao-Chon (778-897) de la escuela Chan, famoso por el koan: ¿Tiene el perro la naturaleza de Buda?, tenía 80 años cuando tuvo la experiencia de la Iluminación. Solamente después de esto, se aventuró a ir en busca de un maestro para que el certificase su experiencia. El no fue maestro hasta cumplir ochenta años. El Budismo no discrimina a las personas por su edad.

El karma puede madurar en cualquier momento, y si uno siente la urgencia de la práctica, no importa la edad; debe hacerlo inmediatamente y con dedicación. Cuando uno es viejo, es aún más urgente, porque hay menos tiempo para practicar. Hay algunas diferencias físicas. Generalmente la gente joven tiene más resistencia, fuerza y energía. La gente de edad ya ha gastado una gran cantidad de energía y será más débil en términos de resistencia física.

De todas formas, la gente joven tiene algunas desventajas. Generalmente, son atraídos por lo que los rodea de su medio ambiente; son más ambiciosos, desean realizar muchas cosas y así su energía se disipa. Por otro lado, la gente de más edad, generalmente no es tan ambiciosa o no está tan cautivada por lo mundano; son más estables y pueden encontrar más fácil el acercamiento a la práctica con una mayor concentración.

Estudiante:
¿Qué nos puede decir de la gente que ha estado practicando Budismo y que ahora son viejos? ¿Habrá una diferencia en su acercamiento a la práctica?

Shi-Fu:
Los practicantes más veteranos son más estables. Cuando jóvenes quizás la práctica era un poco más diversificada, haciéndola más inconsistente. Quizás tuvieron momentos en que dejaron de lado la práctica para atender otras cosas. Pero a medida que envejecen, hay menos cosas para hacer. La práctica será sólida, bien estructurada con pocas interrupciones. Además difícilmente la abandonarán. Por supuesto estas son generalizaciones. Hay excepciones. A medida que algunos envejecen tienen más inconvenientes para la práctica. Por ejempol, una persona enferma o muy débil. Por otro lado, algunas personas tienen más ánimo con la edad. También peude ocurrir que con el tiempo su medio ambiente cambien y le perturbe la práctica.

También, a medida que se envejece, la gente va retirándose de sus trabajos. Si una persona de joven ha practicado Budismo como un hobby, quizás después lo haga dándole prioridad y tomándolo con más interés.

Mucha gente puede tener este concepto equivocado del Dharma desde el comienzo. Algunas personas piensan que practicar es tener algún tipo de experiencia. Estas personas no están bien ubicadas en el Dharma de Buda. A medida que envejecen, ellos pueden pensar “ Esto es para jóvenes. Todavía no he tenido ninguna experiencia y a mi edad es ridículo continuar buscando alguna.”

Recuerde, la práctica no se limita a esta vida. Continúa vida tras vida, hasta que uno alcanza la Suprema Sabiduría de Buda (Budeidad). Aún después de haberla alcanzado, hay que trabajar mucho para beneficiar a los otros seres vivientes. El Buda continuó, después de su iluminación, por otros 40 años, trabajando mucho y ayudando a los otros seres vivientes.

Estudiante:
¿No es verdad que la actitud apropiada del practicante es aquella que ve la práctica como un proceso, más que como un medio de alcanzar algo? ¿Es la meditación en sí misma lo que es importante y no lo que obtengamos a través de ella?

Shi-Fu:
Correcto. Esto lo vemos en grandes practicantes del pasado, los cuales practicaban sin el deseo de experimentar nada; uno no sabe cuando nuestras obstrucciones kármicas terminarán. Algunas personas pueden practicar durante décadas y no sentir que sus obstrucciones kármicas han desaparecido. Otros, como Subadhra, solamente necesitaron escuchar unas pocas palabras para que todo se disipara en su mente. No es puede predecir tales cosa, por eso sólo debemos practicar.

Estudiante:
Entonces, ¿qué actitud, debe tener una persona de edad hacia el Budismo y la práctica?

Shi-Fu:
No hay ningún método ni respuesta. Algunas personas mantienen o incrementan el vigor a medida que envejecen; otras por el contrario se debilitan. Hay jóvenes que ya se sienten débiles para comenzar. Yo no clasificaría a las personas por edad, sino más bien por su situación individual. Yo trataría a una persona de edad con la misma fuerza que a una joven. No haría diferencias.

Un hombre de 78 años, que participo de un retiro en Taiwan que pensó que estaba bien de salud. Yo le dije que se tranquilizara, pero él deseó participar de todos los eventos del retiro con la misma intensidad que los demás. Más tarde, en un determinado momento, confesó que estaba sintiendo que no podía acompañar al resto y le dije que cambiara su método; para dar origen a un “sentimiento de verguenza.” En otras palabras, contemplar nuestra propia fragilidad como ser humano, ser consciente de nuestra idea ilusoria y egoista del self.

El siguió mis instrucciones y su situación cambió. No trató más de competir con los jóvenes practicantes. Bajó sus piernas y se sentó, quieto durante horas. Sin dolor ni tensión. Más tarde lloró, percibiendo sus ilusiones, y después de esto su cuerpo no fue más un obstáculo para él. Vino hacia mí, fatigado, diciendo que había logrado lo que él quería y que el retiro se había acabado para él. Yo asentí, y él se fue.

Hay otra historia de una joven mujer enferma que deseaba participar de un retiro. La primera vez le hice cambiar de idea y no participo, pero la segunda vez me dijo que había mejorado, entonces le permití pasar. En ningún momento pareció que ella estaba en tan terrible situación. Le dije que podría hacer cualquier cosa que ella desease. Caminar, meditar, levantarse cuando quería y descansar también cuando lo deseara. Ella se sintió ofendida, pero siguió mis instrucciones. A medida que esto continuó, una sensación de verguenza surgió espontáneamente dentro de ella. El cuarto día esta sensación era tan fuerte que ella estuvo sentada durante medio día. A la tarde cuando vino hacia mí parecía que había cambiado totalmente. Previamente lucía una apariencia pálida, enfermiza, preocupada. Ahora, su rostro estaba brillante, abierto y lleno de vida.

Ella me dijo: “Me siento como si hubiera pasado una prueba.” Le respondí “está en lo correcto, ha sido una prueba y la aprobó, el retiro ya se terminó. Puede volver a su casa.” Les conté estas dos historias para mostrarles que no hay distinción entre jóvenes y viejos. Esto depende de cada individuo y también de sus causas y condiciones. Hemos estado hablando respecto de los retiros. ¿Qué podemos decir de la vida diaria?

También, no hay ninguna diferencia. Es un problema mental; no un problema físico. Ustedes deben practicar de acuerdo a su salud y vitalidad, no de acuerdo a su edad. Aunque se dediquen a otras actividades, nunca deben perder de vista la práctica para no olvidar la práctica y el Dharma. Si sus mentes están equilibradas, entonces la práctica mejorará. Hablando en general, ¿por qué uno pone más énfasis en la gente joven para que practique con esfuerzos e intensidad?

Es porque la mente de la gente joven se dispersa más fácilmente. La idea de la práctica intensa es mantenerlos ocupados para que canalicen y focalicen su energía. En cuanto a la fragilidad física, es otra obstrucción. Dos grandes maestros Zen, Dogen (1200-1253) y Hakuin (1685-1768) estaban bastante enfermos.

Dogen murió a los 50 años de edad después de una prolongada enfermedad pulmonar. Hahuin también enfermó, y como Dogen fue un gran practicante. Entonces, en relación a la salud, en cuanto se pueda hay que meditar; y con la gente de edad el principal problema también es la salud y la vitalidad física.