sábado, 20 de abril de 2011
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Charla impartida por Shih-fu durante el retiro de enero.
La esencia del Chan
Los practicantes vienen al retiro deseando obtener gran beneficio, esperando volver a casa como una persona nueva. Esta actitud en sí, es muy buena, sin embargo, también puede convertirse en un obstáculo para la práctica. Si mientras estás practicando todavía albergas este tipo de deseo, eso te distraerá en el trabajo con tu método. De hecho, cuanto más trabajes, más grande se volverá el obstáculo. Los estudiantes no deberían preocuparse por lograr algo de la práctica, ni deberían tener miedo a no poder practicar bien. Ambas actitudes son incorrectas.

Sin embargo, es necesario hacer un gran voto. Cuando el Sakyamuni Buda, antes de alcanzar la Budeidad, se sentaba bajo el Árbol de Bodhi, hizo su gran voto de que si no alcanzaba la suprema iluminación, no se levantaría sino más bien moriría en el lugar. Fue con este voto con el que se convirtió en un ser completamente “iluminado”. De manera que cada vez, inmediatamente antes de sentarte, deberías hacer una firme promesa de dedicarte completamente a esta sentada, pero una vez que estás sentado deberías preocuparte sólo por el método de la práctica. Es como viajar hacia algún destino, una vez que se establecen la meta y la dirección, simplemente seguimos adelante con el viaje. No tenemos que preocuparnos de que si podríamos llegar allí o no, de cuánto tiempo tardará, de que si esta es la mejor ruta o no. Incluso si no podemos ver el destino, no necesitamos estar dudosos ni ansiosos. El hacer el voto es establecer la dirección y el objetivo, y la práctica es nuestro vehículo de transporte. El gran voto y la ardua práctica van juntos. Si no están coordinados, perderás mucho tiempo y no lograrás ningún beneficio genuino. Como mucho aliviarás algunas de tus obstrucciones kármicas.

Hay muchos tipos de obstrucciones y más o menos todo el mundo tiene algunas obstrucciones. Hoy es el primer día de nuestro retiro y algunas personas ya están experimentando obstrucciones. ¿Cómo se manifiestan? Algunas personas se enfadan consigo mismos, se odian a sí mismos, pero no pueden ayudarse a sí mismos. Les gustaría hacer que sus mentes se calmen y, sin embargo, sus mentes no se calman. Les gustaría practicar bien y, no obstante el gran deseo de practicar bien, para ellos resulta difícil hacerlo. Esto es un ejemplo de una obstrucción. En algunas personas este fenómeno ya ha surgido, mientras que en otras todavía no.

Es bueno estar ansioso por la práctica, sin embargo, uno de los problemas principales de la práctica es la gran ansiedad. Hay un dicho que reza que “antes de que uno se libere del ciclo de nacimiento y muerte, uno es como una hormiga en una sartén caliente.” Alguien que comprende claramente el sufrimiento inherente en el ciclo de nacimiento y muerte y quien trabaja duro para poder liberarse de ello, demuestra una correcta ansiedad por la práctica. En realidad, sólo después de que ya hayas alcanzado a ver tu propia naturaleza, es probable que sientas esa ansiedad por romper el ciclo de nacimiento y muerte. Por otro lado, la ansiedad en demasía siempre está basada en una actitud malsana. Alguien que practica mal ve a otro que práctica bien y genera envidia. Cuanto más celoso se ponga, más difícil será sentarse bien para él. Esto es un ejemplo de demasiada ansiedad. Aquellos que no practican bien no deberían preocuparse por lo que están haciendo los demás.

Entonces están aquellos que están practicando muy bien o aquellos que piensan que están practicando bien. Podrían haber visto una hermosa iluminación o escuchado algún sonido o su cuerpo podría sentirse extremadamente cómodo, ligero y jubiloso. Naturalmente, se sienten eufóricos por esto. Este tipo de “buena” sensación no es una gran cosa, es meramente una señal de que uno está practicando bien. Si tienes apego a ella, se convertirá en un obstáculo. No deberías estar apegado a este tipo de fenómenos sino sólo ir con ellos y continuar siguiendo adelante.

Charla Impartida en Otro Día:

He venido a los Estados Unidos con la intención de transmitir el Dharma, han venido aquí para buscar el Dharma. En realidad, el Dharma no puede ser transmitido ni buscado. En China, durante la dinastía Tang, un monje fue a practicar bajo la guía del famoso maestro Chan, Ma Tzu. Ma Tzu le preguntó: “¿De dónde vienes?” y Ma Tzu, él mismo, contestó regañando: “Deberías poner atención al tesoro en tu propia casa. En lugar de ir corriendo de aquí para allá, vuelve y cuida bien de tu propio tesoro.” El monje estaba perplejo y preguntó: “¿Podría decirme dónde está mi tesoro?” Ma Tzu contestó: “¿No será que esta en quien está hablándome a mi?” Al oírlo, este monje alcanzó repentinamente la iluminación. ¡Es tan simple! Sin embargo, deberíamos comprender que antes de que se hubiera encontrado con el maestro, había estado practicando por muchos años. Había buscado el Dharma por todas partes, Ma Tzu solamente le dio el último empujón. Es como el dicho chino: “Incluso si estás llevando puesto un par de zapatos de hierro y caminas por todas partes hasta que se gasten, todavía no podrás encontrarlo; pero cuando realmente lo logras, parecería como si no se necesitara ningún esfuerzo en absoluto.” El Budadharma está en todas partes – no hay necesidad de buscarlo de un maestro (Shih-fu, en chino.) Aquellos que buscan el Dharma fuera y no dentro, son referidos como aquellos que ven los caminos externos, fracasarán en encontrar su propio tesoro.