sábado, 20 de abril de 2011
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Luz y temblores
La esencia del Chan
Conferencia impartida por el maestro Sheng Yen el domingo 23 de junio de 1985.

Cuando el Buda expuso el Dharma, emitió una intensa luz que irradió a través del universo, y generó seis tipos de temblores que sacudieron todos los mundos de Buda.

La luz es aquella que se puede ver; representa la esperanza que puede traer el Dharma. Los temblores se pueden sentir; su movimiento y vibración representan la energía del Dharma. Para el Buda estos dos fenómenos son suficientes para expresar su enseñanza. En realidad, el Dharma puede expresarse sin utilizar ningún lenguaje o palabra en absoluto. Esto es, en realidad, inconcebible; no se puede discutir o aproximar verdaderamente a través del razonamiento. Hay muchos seres sensibles que ven esta luz o sienten el movimiento, sin embargo no comprenden su significado. Por consiguiente, para el Buda todavía es necesario usar las palabras.

Hay muchos niveles de la luz. El más fundamental es la luz que pueden ver todos los seres ordinarios. El nivel fundamental del movimiento es del tipo que los seres ordinarios pueden sentir. Existen por allí, sin embargo, niveles más elevados de la luz y del movimiento que los seres ordinarios no son capaces de ver u oír. Normalmente, nuestros ojos sólo son receptivos a la luz visible – un pequeño rango del espectro- Observamos sólo el movimiento evidente, las formas sutiles de movimiento nos eluden.

Dependiendo de la situación o de la ocasión, los seres sensibles podrían ser capaces de ver la luz que emite el Buda. El tipo de la luz emitida varía de un discurso a otro. Y cada audiencia del Dharma obtiene la luz que concuerda con las necesidades particulares de los oyentes. Pero sólo los seres sensibles que tienen las causas y condiciones adecuadas pueden ver la luz que emite el Buda, y sólo ellos pueden escuchar el Dharma.

Los seres sensibles existen en diferentes niveles y ellos igualmente, son capaces de ver las diferentes cualidades de la luz de acuerdo con su realización. Los Bodhisattvas pueden ver la misma luz que los seres sensibles ordinarios pueden ver, pero la luz destinada para los Bodhisattvas sería invisible a los seres sensibles. La luz que transmiten los Budas entre ellos mismos es invisible para los Bodhisattvas.

La luz y los temblores también sirven como signos – de la misma manera que los aplausos anuncian el almuerzo o el sonido de la campana, una clase -. Cuando el Buda genera luz y temblores, podría significar que él está a punto de exponer el Dharma a los Bodhisattvas de un nivel más elevado – el primer bhumi y niveles superiores – entonces no sería necesaria ninguna palabra. La luz y los temblores serán suficientes para que los Bodhisattvas lleguen a comprender el Dharma.

La luz también representa la sabiduría del Buda; los temblores pueden representar el mérito y la virtud. La luz orienta y ayuda a los seres sensibles. Los temblores y el movimiento son las acciones del Buda para ayudar a los seres sensibles.. El Buda posee una total sabiduría. Podría utilizar sólo una parte de su sabiduría, dependiendo de las necesidades de los seres sensibles. Cuando hable con los seres sensibles, utilizará el Dharma que sea comprensible para ellos de forma que pueda ayudarlos. Si habla con los Bodhisattvas de alto nivel, entonces el Buda utilizará el Dharma del Bodhisattva o incluso el Dharma del Buda. La luz de la sabiduría del Buda puede ser una luz pequeña o una luz grande e intensa. La luz descrita en el Surangama Sutra es el tipo más grande; el Dharma expuesto es el más importante.

Algunas personas plantean esta pregunta: De acuerdo con los sutras, el Shakyamuni Buda vivió hace 2500 años. Los temblores ocurrieron y la luz irradió no sólo en la India, sino por una miríada de mundos. ¿Por qué estos temblores y luces no fueron registrados en la historia? Sólo aquellos seres sensibles que tienen las causas y condiciones adecuadas pueden ver la luz y sentir los temblores. De no ser así, estos fenómenos son inaudibles e invisibles.

Aún hay otra función de la luz y los temblores. La luz puede ser el poder y la capacidad de cualquier persona para ayudar a los demás. En tanto tengamos ese poder, las personas nos verán como esperanza. En ese sentido podemos emitir la luz. Los temblores simbolizan el poder para mover a los demás; cuando hagamos algo muy bueno, los demás estarán emocionados por lo que hacemos y cuando hagamos algo malo, los demás quedarán asustados por lo que hemos hecho.. Así, las acciones que realicemos afectarán a los demás.

Antes de morir Mao (Mao Tse Tung) se decía que una palabra emitida por su boca podía mover el mundo. O que si alguien fuese a intentar asesinar a tiros al presidente Reagan, una o dos balas podrían traer incalculables consecuencias políticas. Las buenas acciones, igualmente, pueden tener importancia global. Alguien capaz de evitar una guerra puede afectar al mundo entero.

¿Crees que eres capaz de emitir la luz y mover a los demás? Todos nosotros podemos hacerlo. Sin ninguna duda, cuando hablo estoy emitiendo cierta luz; tú en la audiencia también emites luz.

Cuando salió a la luz mi libro “Getting the Buddha Mind”, le gustó a muchas personas y lo encontraron útil. Pero no fue sólo mi acción la que causó que esto ocurriera; muchas personas estuvieron involucradas en su producción. El conmover y el emocionar a los demás fue provocado por muchas personas. Todos nosotros tenemos la luz.

He hablado sólo de un tipo de luz metafórica. Pero hay personas quienes, a consecuencia de una gran práctica, sabiduría, mérito y virtud, poseen verdaderamente la luz. Puedes verla realmente. No es simbólica. Es una luz física y real.

Hace más de treinta años, yo estaba en el ejército. Un día un general vino a hacer una visita. Estaba vestido de soldado ordinario, pero yo podía sentir que era alguien especial. En otra ocasión me encontré con Chiang Kai-shek. Antes de conocerlo, siempre había imaginado que sería alto y llamativo. Cuando lo vi, aunque parecía bastante ordinario, había en él algo que me hizo no querer mirarle a los ojos. Transmitía la sensación de ser más grande de lo que realmente era..

Si tienes una gran fe y logros en la práctica, puedes ver la luz de un practicante; si no, debes tener una estrecha afinidad kármica con éste para ser capaz de verla.

En Taiwán había una mujer que tenía un poder especial que le permitía ver. Una vez yo estaba impartiendo una conferencia. Mientras yo hablaba, ella veía una luz emanando de mí, y observaba cómo mi traductor absorbía esa luz. Cuanta más luz era absorbida, la traducción mejoraba.. La mujer también vio a una tercera figura, poniéndose de pie detrás de nosotros que parecía unirse con el traductor. Cuando ella nos habló de esto, mi traductor contestó: “Cuando empecé a traducir, me resultaba muy difícil concentrarme en lo que usted decía pues yo estaba nervioso y no quería cometer ningún error. Poco después pensé que no tenía porqué sentirme nervioso. Simplemente oré al Bodhisattva Avalokitesvara para que me ayudara.”

¿Quién era la tercera persona que se puso de pie detrás del traductor? No habría sido una encarnación del Bodhisattva Avalokitesvara, pero fue una extensión de su poder.

Yo mismo no estaba consciente de la luz, por consiguiente, pregunté a la mujer cómo era la luz. Ella dijo que cuando empecé a hablar del Dharma, un resplandor surgió de mi cabeza; luego mientras continué hablando, la luz parecía provenir de mi cuerpo entero, extendiéndose en todas direcciones. Eso es porque cuando comencé a hablar, no tenía idea de lo que iba a decir. Entonces la luz surgió de mi cabeza mientras pensaba en mi discurso. Después, hablé espontáneamente, y la luz del Dharma emanó de todas partes de mi cuerpo. Esta es la razón por la cual se esculpen las estatuas de Buda para mostrar la luz simbólica que irradia hacia todos lados.

Alguien que se encuentre dentro del rango de luz no sería capaz de ver la luz. Para poder verla debe estar fuera del rango. Si no puedes ver la luz, o no tienes afinidad kármica con el practicante o ya estás dentro del rango de la luz. Eso es como oír acerca de la grandeza de una persona. A distancia, él o ella parecerá grande, pero cuanto más te acercas a él o a ella, la apariencia de grandeza disminuye.

Percibir la grandeza de un practicante es otra cosa. No importa que nos encontremos cerca o lejos de él, la grandeza será aparente para alguien que tiene afinidad kármica con él. Sin embargo es bastante extraño que con un gran practicante, y aunque tengas una afinidad kármica con él, si no eres tú mismo un practicante, sentirás su grandeza cuando estás lejos de él, pero estando cerca , perderás ese sentido de grandeza.

Hay un relato Chan: Un practicante visitó a un patriarca Chan. Al llegar estaba anocheciendo y luego de una breve visita el maestro dijo: “¿No es hora ya de que vuelvas a casa?” El practicante dijo, “Está oscuro. No me atrevo a tomar este camino a casa.”

El maestro dijo, “Está bien, puedo darte un farol de mano.” El practicante tomó el farol y empezó a caminar a casa, pero el maestro lo llamó rápidamente para que volviera al templo. El maestro tomó otra vez el farol y lo apagó soplando. La habitación del maestro estaba oscura y el exterior estaba oscuro – en ese momento el practicante alcanzó la iluminación. Había tenido miedo a la oscuridad, pero ahora podría encontrar el camino a casa. ¿Consiguió la luz?

Esta es la luz de la sabiduría. Sin la sabiduría, incluso en pleno día caminas en oscuridad. Cuando el maestro apagó soplando el farol de mano, el practicante alcanzó la iluminación. Ya no veía el exterior como oscuridad y el interior, iluminado por el farol, como la luz. Veía que no hay diferencia entre el exterior y el interior. La luz de la sabiduría derivó de la oscuridad. El practicante ya no le temía a la oscuridad. Entonces fue capaz de irradiar la luz y conmover a los demás.

Los practicantes deben alcanzar cierto nivel antes de poder utilizar la luz de la sabiduría y el poder del mérito y de la virtud. Antes de haber alcanzado ese nivel, la luz de la sabiduría permanece latente; un practicante sólo puede usar el poder del karma virtuoso. Aún se emite luz, pero no es la luz de la sabiduría. Después de alcanzar la iluminación, aparece la verdadera luz de la sabiduría; es algo como un generador eléctrico que ha sido mantenido sin usarse en un almacén. Ha estado quieto y silencioso durante largo tiempo, pero de repente se pone en marcha, empieza a generar un flujo continuo de electricidad. Las personas, igualmente, empiezan a generar la luz mientras se aproximan a la Budeidad. Su luz se vuelve cada vez más fuerte.

Puedes generar luz para ayudar a los seres sensibles. Brillará incluso cuando no haya nadie allí para beneficiarse de ella. Cuando estás verdaderamente preparado, los demás sentirán tu luz. Si los ayudas, si los exhortas a practicar, entonces generarás la luz y provocarás los temblores del Dharma.