Cultivar Tu Propio Campo
Por el maestro Sheng Yen

En un retiro que dirigí, una mujer dijo que cuanto más piensa sobre sus defectos y el porque no puede deshacerse de ellos, más indignada está consigo misma. Ella dijo: “Probablemente no tengo la capacidad para practicar la meditación”. Yo estaba de pie delante de ella, y la luz por encima de mi cabeza proyectaba mi sombra sobre la pared. Le pregunté: “Cuando me quedo inmóvil, ¿mi sombra está moviéndose?” Ella dijo: “No”. Luego me marché lentamente, y la sombra me seguía. Caminé rápido y la sombra avanzaba al mismo paso que yo. No importaba cómo lo intentara, no podía deshacerme de ella. Como la sombra que se nos pega, donde haya un “yo”, habrá problemas. Pero si dijeras: “Quiero deshacerme de mi “yo”, ese “yo” que desea deshacerse del “yo” todavía está allí. Esto equivale al “yo” que intenta deshacerme del “yo”, lo cual es imposible. Sería como tratar de deshacerse de la sombra mientras que tu cuerpo aún está allí.

De ser así, ¿es útil la meditación? Por supuesto que lo es, ya que podemos hacer progresos. El desear deshacernos de nuestros defectos podría ser una cosa buena, pero la práctica no consiste en desconocer nuestros defectos porque el “yo” aún estaría allí. No, el método adecuado radica en disminuir la importancia del “yo” en tu vida, hasta que se vuelva tan ligero que tus defectos se disminuirán naturalmente. Practicamos la meditación no para buscar algo sino para descubrir los defectos en nuestro carácter y conducta. A través de abrirnos a la investigación de nosotros mismos, esperamos encontrar en dónde radican nuestros problemas. Si después de buscar dentro de nosotros mismos podemos ver esos defectos y problemas, entonces esto en sí mismo es el fruto de la práctica.

Sin embargo, no puedes estar demasiado ansioso por alcanzar resultados rápidos. De acuerdo con el Budadharma, es posible iluminarse incluso en una vida. Pero para eliminar completamente las aflicciones y purificar los sufrimientos se necesitan tres incalculables eones. Puesto que nuestra vida es solamente de unas décadas de duración, no podemos esperar alcanzarlo todo dentro de una vida. Quizás algunas personas podrían pensar: “Bueno, si no puedo alcanzarlo en esta vida, realmente parece que no vale la pena practicar”. En realidad, desde los tiempos de la iluminación del Shakyamuni Buda, nadie más ha alcanzado la suprema Budeidad. El resto de nosotros sólo estamos siguiendo su ejemplo, practicando. Sólo deberías concentrarte en cultivar tu propio campo. Por supuesto que puedes tratar de calcular cuánto fruto obtendrás de tu trabajo, pero no será exacto, y no hay necesidad de hacerlo. Sólo planta las semillas y eventualmente recogerás la cosecha.

¿Y qué hay de deshacerse de las aflicciones a través de buscar intencionadamente sufrimiento y dolor? Si has obtenido buenos resultados de un retiro, eso es muy bueno. Pero incluso si has pasado la semana en dolor y sufrimiento, aún has obtenido algo del retiro. Al menos estás pagando las deudas kármicas. Sin embargo, conozco a una practicante que pensaba que ella podía disipar el karma a través de sentarse allí intencionadamente en dolor. Ella también creía que podría disipar el karma de otras personas a través de asumir su dolor. Esta es una actitud errónea.

El eliminar las obstrucciones kármicas no se alcanza a través de buscar dolor intencionadamente. El dolor vendrá por sí mismo; es equivocado el buscarlo. Es como presentarse ante el juez que te acusó de un crimen que cometiste. Si te dieras bofetadas a ti mismo en la cara varias veces y le dijeras al juez: “No es necesaria una sentencia de cárcel su señoría, me castigo a mí mismo”, ¿el juez suspendería tu sentencia? El pegarte a ti mismo no hará que tu sentencia se suspenda. Aún tienes que recibir el castigo legal por tu delito.

Similarmente, es inútil castigarse a uno mismo deliberadamente para reducir las obstrucciones. El propósito de la cultivación es el entrenar nuestra mente y no el experimentar sufrimiento. Sin embargo, en el curso de la práctica, si el dolor y el sufrimiento vienen por sí mismos, deberíamos aceptarlos. De este modo, aunque deberíamos aceptar el sufrimiento como una forma de castigo, no deberíamos buscarlo. Si no, podríamos incluso aumentar nuestras obstrucciones en lugar de disiparlas.