Caliente y Frío
Breve charla impartida por el maestro Sheng Yen durante las actividades de meditación el domingo 12 de julio de 1981.

Todo el mundo se siente más confortable bajo temperaturas frescas o moderadas, ni extremadamente caliente ni extremadamente fría. Nuestra práctica debería ser la misma, ni demasiada caliente ni demasiada fría. Es decir, no deberías estar demasiado ansioso por deshacerte de las aflicciones o por buscar la sabiduría, y por otra parte, no deberías ni tomártelo con calma ni estar relajado en la práctica. Esto es llamado el “Camino Medio.”

En los sutras budistas, el frescor corresponde a la sabiduría y el calor a las aflicciones. Sin embargo, el frío extremo también representa las aflicciones. Hay dos categorías de infiernos – en algunos hace un calor hirviente y en algunos hace un frío glacial. ¿Qué es infierno? El infierno es el lugar de sufrimiento, y el sufrimiento se refiere a las aflicciones. Nuestro objetivo es sustituir las aflicciones (causadas por gran ansiedad o relajamiento.) por el refrescante frescor de la sabiduría.

¿Realmente existe tal cosa como calor y frío? Es decir, ¿el infierno o el sufrimiento existen realmente? Dependiendo de nuestro estado mental, podrías decir que sí existen realmente y también podrías decir que no existen realmente. Cuando estás sujeto a las aflicciones, entonces el calor y el frío te parecen reales. Cuando no sientes ninguna aflicción, entonces el calor y el frío desaparecen, junto con los infiernos. La mayoría de las personas tienen miedo a caer en el infierno y desean ir al cielo. Pero, en realidad, ambos son aflicciones, al igual que el pavoroso frío y el calor que equivalen a la misma cosa. De manera que si llegas al cielo debido a un deseo de felicidad, esa felicidad también será una aflicción. Por consiguiente, no podemos tener el uno sin el otro. Si existe el infierno, existe también el cielo. Pero cuando tu mente está libre de aflicciones, tanto los infiernos como los cielos dejarán de existir. Entonces, desde el punto de vista del Chan, no hay cielo, ni infierno, ni Buda ni los seres sensibles. Es decir, no hay aflicciones.

Pero, basándose en este punto de vista de que no hay infierno ni cielo, si dices que no tienes ninguna aflicción, ¡eso también es una aflicción! Cualquier persona que sienta la presencia o ausencia de aflicciones no está cualificada para decir que no hay cielo ni infierno, ni está cualificada para decir que no hay seres sensibles ni Buda. En el Sutra Vimalakirti encontramos que si tu mente es pura, y sin aflicciones, la tierra en la que estás viviendo sería también pura, y carecería de aflicciones. Entonces, ¿haría calor o frío en esa tierra? En ese momento, el frío es sólo calor, el calor es sólo frío, las aflicciones son sólo sabiduría, y los seres sensibles son sólo el Buda.

Pero ahora, no importa lo que yo podría decir, obviamente hace mucho calor en esta sala de meditación. ¿Deberíamos engañarnos a nosotros mismos diciendo que no hace calor mientras estamos sudando y nos desmayamos por el calor? Y en el invierno, cuando este lugar se vuelve muy ventoso, ¿deberíamos negar que haga un frío glacial? El calor es sólo calor y el frío es sólo frío. ¿Cómo podemos decir que no existe tal cosa? ¿Los sutras están tratando de engañar a las personas diciendo que el frío es calor y que el calor es frío?

No, los sutras no están engañándonos. Sentimos los cambios de temperatura sólo cuando nuestra mente está dispersa y todavía no se haya asentado. Cuando nuestra mente está en un estado unificado, y no vagabundeando por ahí, nos olvidamos de la existencia de nuestro cuerpo y de las sensaciones corporales, es decir, no sentimos los factores medioambientales tales como la temperatura que afecta nuestro cuerpo; entonces, a ese punto, podríamos estar naturalmente cualificados para decir que no existe tal cosa como calor y frío. Esto Incluso ni siquiera ocurrirá en nuestras mentes.