Etapas de la vacuidad en la meditación
Conferencia impartida por Shih-fu (el maestro Sheng Yen) el 28 de mayo de 1980.

(Nota del editor: Con excepción de las dos primeras oraciones, la expresión “Vacuidad” o Vacío utilizada en este artículo no corresponde exactamente al término técnico budista normal “Sunyata.” Sunyata, la meta de la práctica budista, corresponde a la realización del “no-yo,” que podría ser el paso siguiente más allá de los cinco niveles de la vacuidad descrita en esta conferencia. La palabra “Vacuidad” o “Vacío” empleada aquí tiene más que el significado de desechar, aplazar, y olvidar.)

La vacuidad empieza desde la existencia. La razón por la que es difícil para tantas personas entrar en la práctica, radica en que no pueden encontrar el camino que lleva de la existencia a la vacuidad.

Ahora, cuando entramos por primera vez en el centro de retiro, les pedí envolver todos sus pensamientos regulares y costumbres – todo lo que se relacionara con el mundo externo – en un paquete y dejarlo fuera de la puerta. Esto equivale a “vaciar” nuestras preocupaciones regulares. Ahora voy a hablar de un nivel más profundo de la vacuidad, o vacío. En el primer día mencioné que este centro era un ambiente muy bullicioso para la práctica (automóviles, radios, niños, etc.) y pregunté si los ruidos de afuera podrían molestarles.

La mayoría de las personas dijeron que “no.” Después en el retiro, una estudiante dijo que no podía dejar de pensar en ellos. Por ejemplo, si pedía a todos que se relajaran, ella sólo se sentaba allí con la frase dando vueltas en su cabeza “relaja, relaja, relaja.” Si yo les pedía que fueran un cadáver, ella pensaba “soy un cadáver, soy un cadáver, etc.” Ella dijo “Puedo deshacerme de todas las demás cosas, pero no puedo eliminar lo que Shih-fu enseñó.” Así que le dije “también debes deshacerte de eso” Lo que yo he dicho está en el pasado y no tienes que seguir pensando en ello. De igual forma, les pedí hacer una reverencia a su cojín antes de sentarse y prometer que se sentarían muy bien. Pero después de sentarse deberían olvidarse de todo eso. Otro estudiante descubrió que mientras estaba sentado, aún seguía deseando o esperando meditar bien. Entonces, el segundo nivel implica vaciar nuestras mentes de cualquier cosa que surja en ellas durante el retiro, así como del ambiente externo.

Si quieres progresar hacia una etapa más allá del vaciar, lo siguiente que es difícil de dejar a un lado u olvidar, es el método mismo. ¿A qué me refiero con esto? Es como ponerse un par de gafas. Lo normal es olvidarte de que las estás usando y simplemente mirar a través de ellas. Si siempre estás consciente de las gafas, resultarán un problema para ti. Otro ejemplo es llevar un par de zapatos nuevos y estar tan consciente de ellos que dañas tus pies o te sientes incómodo. Si te olvidaras de ellos, podrías usarlos para caminar rápido y bien. Es lo mismo que conducir un coche o montar a caballo. Debes olvidarte del coche y simplemente conducir, olvidarte del caballo para montarlo bien. Me parece que todo el mundo tiene el mismo problema de no ser capaz de olvidarse del método lo cual resulta una verdadera carga.

Cuando te olvidas del método, te dedicas sólo al acto de emplearlo. Luego, puedes dar un paso más allá y olvidarte de ti mismo también. Es como un individuo que está absorto mirando a una chica hermosa caminando por la calle, mirándola desde cada ángulo hasta que olvida por dónde va y cae en un charco de agua. Tan pronto te olvidas de ti mismo, de cualquier punto de vista, o de cualquier sensación corporal – desaparecen la comodidad o la incomodidad. Si te dedicaras sólo a olvidar el método, pero no a ti mismo, tu cuerpo se sentiría muy cómodo. En el momento en que te olvidas de ti mismo, incluso la sensación de comodidad o incomodidad desaparece aún cuando a tu alrededor todo sigue existiendo. Estás claramente consciente del ambiente, aunque te has olvidado de ti mismo.

Finalmente hasta el medio ambiente es olvidado. No oyes lo que se oye ni ves lo que se ve. En este momento la persona ha entrado en el samadhi.

En cuanto a estos cinco niveles de la vacuidad, la mayoría de ustedes pueden ya vaciar parte de las cosas mencionadas, pero aún no han sido capaces de olvidar el método, y ni qué decir de olvidarse de sí mismos o del medio ambiente. Estos son grandes pasos, duros de lograr para la mayoría de las personas. Si se olvidan del método, pierden toda conciencia del tiempo y se sientan muy bien. Si se olvidan de sí mismos, podrían pasar por un importante cambio de personalidad. Si alcanzan el nivel en el que pueden olvidarse también del medio ambiente, entonces llegarán al estado de samadhi. En esta etapa, su carácter sufrirá definitivamente un gran cambio y yo estaré preparado para darles un método que les ayude a entrar en la etapa del “No-yo.”

En resumen, los cinco niveles son: 1) Vaciar tu mente de pensamientos relacionados con tu vida cotidiana antes de que vengas al retiro. 2) Dejar fuera de la mente y el cuerpo todas las cosas que ocurran durante el retiro. 3) Olvidarse del método mismo. 4) Olvidarse del yo. 5) Olvidar el medio ambiente. Todo el mundo debería preguntarse a sí mismo en qué nivel está.

Hablando de mi propia experiencia, cada vez que me siento a meditar, paso por los mismos cinco niveles de vacuidad. Uno por uno olvido cada nivel anterior hasta que llego al quinto. Solía suceder en otra época que yo pasaba por este proceso con mucha lentitud. Pero el tiempo corre, y ahora, tan pronto como me siento, voy rápida y suavemente del nivel uno al dos, al tres, al cuatro, al cinco. Espero que en el futuro cada uno de ustedes sea capaz de lograr lo mismo. Esto es muy parecido a lo que se escribe en los sutras acerca del Buda Shakyamuni, quien era capaz de entrar en lo que se conoce como “niveles de dhyana.” Debía entrar en el primer nivel de dhyana antes de poder entrar en el segundo, el tercero, y etc. Aunque la analogía no es un paralelo exacto. De lo que estoy hablando aquí es de los niveles del estado ordinario de la mente al samadhi, o lo que sería el primer nivel de dhyana. Pero el tipo de proceso por el que se pasa es el mismo.

Con esta información, puedes saber con claridad cómo acercarte a la práctica. Mientras te mantengas practicando asiduamente, serás capaz de observar estas cosas claramente en tu propia experiencia. Conforme vayas olvidando o dejando atrás un nivel para entrar en otro sabrás qué es lo siguiente que debes hacer. Como los círculos de una escalera, los pasos son bien marcados. Con la práctica continua, finalmente podrás ascender con rapidez.