Dejando ir
Conferencia impartida por el maestro Sheng Yen durante el retiro celebrado el 29 de mayo de 1982.

En la dinastía china Ming había un maestro llamado Han-Shan quien enseñaba a las personas cómo practicar a través de utilizar una palabra: she (en chino quiere decir “dejar ir”). ¿Qué significa esto? Cuando aparezca un pensamiento, lo abandonas inmediatamente. “Abandonar no quiere decir resistir o tratar de botarlo. Esto sólo significa ignorarlo. Si parece que no estás yendo a ningún lado en tu práctica de meditación, la razón principal es que no eres capaz de dejar ir.” Mientras estás poniendo clara atención a tu método, quizás un pensamiento errante podría aparecer.

Esto es muy común, especialmente en el comienzo. Pero no dejes que esto te moleste. Descubrir un pensamiento errante debería hacer que dediques más esfuerzos a permanecer con tu método presente. Los problemas con pensamientos errantes caen en dos categorías: 1) Descubres el pensamiento, pero no puedes hacerlo salir. Cuanto más tratas de ahuyentarlo, más pensamientos aparecerán. 2) En el momento en que descubres tus pensamientos, ya es demasiado tarde, y has perdido la pista en una serie de pensamientos errantes. El primer tipo puede compararse con ser rodeado de moscas cuando está comiendo algo dulce. Si agitas tus brazos, las moscas simplemente se dispersarán y pulularán de nuevo. La mejor manera de tratar este problema es no preocuparse por las moscas, sino nunca terminarás de comer.

Tan pronto como hayas comido, naturalmente las moscas desaparecerán. El segundo tipo es similar a quedarse dormido encima de un caballo, no estás conciente cuando se aparta del camino y empieza a vagabundear alrededor para pastar. Cuando estás mentalmente fatigado o físicamente débil podrías no estar conciente de tus pensamientos errantes. Cuando te das cuenta, unos cuantos minutos podrían haber transcurrido. Pero no te sientas desilusionado. La ansiedad sólo causará que nuevos pensamientos aparezcan. En lugar de lamentarte de derrochar mucho tiempo en pensamientos errantes, solo relaja tu mente y regresa a tu método.

Hay muchos niveles de la práctica de dejar ir. El primer paso es dejar ir el pasado y el futuro y sólo concentrarse en el momento presente. Parece fácil pero no lo es. Cualquier pensamiento errante está definitivamente conectado con el pasado o el futuro. En un segundo nivel, debemos incluso dejar ir el momento presente, que consta de dos partes – el “exterior” o el ambiente, y el “interior”, que puede dividirse en el cuerpo y la mente. Primero, debemos abandonar el ambiente exterior, porque todos los pensamientos ocurren a través del contacto del ambiente con nuestros sentidos. Si no estuviéramos concientes de nada fuera nuestro, sería imposible para los pensamientos surgir. La temperatura, los automóviles, los pájaros, el viento, los ruidos de las personas que caminan delante de ti, la luz o la oscuridad, alguien que respira ruidosamente, todo te influencia para generar varios pensamientos. Puesto que es imposible meditar en un lugar donde nada en absoluto te moleste, el único método es dejarlo ir. Hasta que llegues al momento en que sólo te concentras en tu mente y cuerpo, y no en el ambiente, todavía oirás los ruidos exteriores. Pero en lugar de irritarte con ellos, simplemente déjalos ir cuando aparecen.

Después de dejar ir el ambiente exterior, el paso siguiente es dejarte ir tú mismo. La primera etapa es dejar ir a tu cuerpo. Hace mucho tiempo había un gran practicante Chan que siempre se quedaba dormido mientras estaba meditando. Para combatir el problema, lo preparaba todo de modo que su asiento de meditación estaba situado encima de una roca al borde de un acantilado. Sabía que si se dormía, se caería de cabeza por el barranco. Una persona como ésta practicará muy bien porque ya no se preocupa por su cuerpo. Está preparado para morir si no practica bien. De modo que si siempre estás preocupado por tu cuerpo, si estás conciente de todos los tipos de molestias, tales como sentirse calor, frío, dolor de espalda, dolor en las piernas, picazón, y si deseas continuamente rascarte, aliviar tus piernas, satisfacer tu cuerpo, entonces no entrarás nunca en una buena condición de meditación.

Algunas personas podrían pensar que es más fácil no pensar en el cuerpo que abandonar el entorno. Pero en realidad es extremadamente difícil no poner atención a tu cuerpo. Cuando tienes picazón, parece que cuanto más tiempo tratas de soportarlo, se vuelve aún peor. Si te rascas, el problema desaparecerá inmediatamente. Pero este es un razonamiento falso, puesto que una vez que te rindes y te rascas, otra parte de tu cuerpo te picará. Esto continuará para siempre. Si sólo lo ignoras, no obstante, desaparecerá lentamente y no aparecerá otra picazón. Hay una manera similar de tratar el dolor. Cuando sientes un dolor, no deberías ponerte tenso hasta que parece que duele todo tu cuerpo. Deberías relajarte y aislar el dolor, a través de decirte a ti mismo: “Es simplemente mi rodilla la que está doliendo. No tiene nada que ver con el resto de mi cuerpo.” El segundo paso es simplemente contemplar el dolor para ver cuán doloroso se vuelve, con la actitud de que no importa tu cuerpo de todos modos. Se volverá más doloroso, pero al final desaparecerá. Después de que esto ocurra, puedes trabajar en tu método nuevamente bien. Si sólo te mantienes decididamente en tu método, eventualmente te olvidarás incluso de la existencia de tu cuerpo, y sólo tu concentración permanecerá. Cuando sólo la concentración permanece y no existe el entorno ni el cuerpo, en ese momento todavía quedará un pensamiento. El último paso es dejar ir incluso este único pensamiento. Y eso será dejar ir la mente.