martes, 19 de marzo de 2011
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El Festival Ching Ming en el Budismo Chino
Según la tradición china, el Festival Ching Ming, también conocido como Día de Limpieza de Tumbas o el Festival de los Ancestros, que tiene lugar en el día 104, 105 ó 106 después del solsticio de invierno y suele caer el día 4, 5 ó 6 de abril según el calendario occidental, es una ocasión cultural que se celebra cada año en la que los descendientes rinden homenaje a sus antepasados fallecidos, donde la piedad filial de los descendientes se extiende a los ancestros, incluso después de su muerte. Por consiguiente, hasta el presente, los chinos han conservado la costumbre de limpiar las tumbas y conmemorar a los antepasados en el Festival Ching Ming. Durante el festival, los seguidores del Budismo generalmente participan en rituales y ceremonias budistas, dedicando los méritos generados con su práctica a sus antepasados y familiares difuntos, como una forma de devolver la bondad que les han prodigado.

El concepto tradicional chino de retribuir la bondad que nos han dado los demás, en el Budismo.

De acuerdo con el concepto del Budismo chino, hay cuatro tipos de bondad: la bondad de los padres de criarnos y educarnos, la bondad de las Tres Joyas (el Buda, el Dharma y la Sangha) de indicarnos el camino hacia la liberación del sufrimiento y alcanzar la felicidad suprema, la bondad del propio país de proteger nuestros derechos, nuestra seguridad personal y propiedades, y la bondad de los seres sensibles de satisfacer nuestras necesidades básicas, tales como un hogar, alimentos, ropas y cualquier cosa que necesitemos. Todo lo que disfrutamos lo tenemos gracias a la bondad de otros innumerables seres y nada habría sido posible sin la ayuda ni amabilidad de los demás.

En China se da una especial importancia a la bondad de los padres. A partir de los inicios de la dinastía Chin (1700 a.c.) la piedad filial ha sido el pilar central alrededor del cual se ha construido la sociedad china, y es uno de los valores tradicionales chinos desde tiempos antiguos. El venerable maestro Sheng Yen, fundador de la Montaña Tambor del Dharma, señala en su libro titulado “Recitar el nombre del Buda Amitabha para ganarse el renacer en la tierra pura”: “El mejor método para devolver la bondad que nos han brindado los demás radica en emplear el cuerpo físico que nos han dado nuestros padres para hacer todo lo que sea beneficioso para nosotros mismos y para los seres sensibles; para decir las palabras que sean beneficiosas para nosotros mismos y para los seres sensibles; para generar los pensamientos que sean beneficiosos para nosotros mismos y para los seres sensibles. Este es el verdadero acto de devolver la bondad de los demás.” Por consiguiente, durante el Festival Ching Ming, la Montaña Tambor del Dharma alienta a los fieles budistas a participar en las ceremonias del Dharma. Por un lado, los participantes pueden dedicarse a la práctica intensiva del Budismo; por el otro, pueden dedicar los méritos acumulados por la práctica budista a sus antepasados fallecidos, lo cual es una acción que beneficia tanto a los difuntos como a los que estan vivos.

Todos los años, a finales de marzo o a principios de abril, la Montaña Tambor del Dharma organiza simultáneamente en sus templos y monasterios budistas alrededor del mundo, la Ceremonia del Arrepentimiento Compasivo del Agua de Samadhi, la Ceremonia de Recitación del Nombre del Buda Amitabha de Siete Días y la Ceremonia del Dharma del Bodhisattva Ksitigarbha, étc., contando con la animada participación de los fieles budistas. A través de hacer ofrendas al Buda, realizar postraciones de arrepentimiento ante la imagen del Buda, encender lámparas para el Buda, salmodiar los sutras budistas y recitar el nombre del Buda, los fieles budistas dedican los méritos acumulados a sus antepasados y familiares difuntos para que puedan renacer en la Tierra Pura del Buda Amitabha, y a todos los seres sensibles para que puedan liberarse del ciclo de nacimiento y muerte y disfrutar de una felicidad duradera.