martes, 19 de marzo de 2011
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Charlas de retiro de siete días

Por el maestro Chan Sheng Yen

Las siguientes charlas fueron impartidas por el maestro Chan Sheng Yen durante un retiro Chan de siete días en el Centro de la Meditación Chan en Elmhurst, Nueva York en 1992.

Primera Instrucción de la Mañana

Esta es la primera mañana del retiro intensivo de siete días. Para algunos de ustedes, es la primera vez que están aquí. Quizás, algunos de ustedes no durmieron bien anoche. Se encuentran en un nuevo ambiente, y los ruidos de la calle de la ciudad de Nueva York no paran nunca. A lo mejor, están nerviosos o muy ansiosos por lo que sucederá mientras avanza el retiro.

Todo esto es normal. Se adaptarán, pero el aceptarlo podría llevarles tres días, o quizás más tiempo. Sólo relájense. Además del ambiente y su estado psicológico, también tienen que lidiar con su cuerpo. La mayoría de ustedes sufrirán de dolores de piernas o de espalda. De nuevo, mi consejo es relajarse. Tanto su cuerpo como su mente se adaptarán rápidamente si no ponen resistencia, si se relajan en la situación. Generen un firme compromiso de enfocarse, de dejar los pensamientos del pasado y futuro fuera de estas puertas. Una vez terminado el retiro, podrán, y seguramente lo harán, regresar a sus asuntos, pero ahora éstos dificultarán su práctica. Vienen aquí para practicar. Deberían concentrar la mente en el método. Cuando aparezcan los inevitables pensamientos errantes, no los sigan.

Solamente reconózcanlos y vuelvan al método. Una vez identificado un pensamiento errante y sabiendo sobre qué es, ya no estarán en ese pensamiento. Si pueden hacerlo, les garantizo que ya no tendrán ansiedad por los pensamientos errantes. Para poder practicar exitosamente, deben relajar tanto el cuerpo como la mente. Para llevarlo a cabo, decídanse a no preocuparse por los pensamientos o por las sensaciones físicas, tanto reales como imaginarias. Hablar es más fácil que hacer, pero si pueden hacerlo y concentrarse solamente en el método, entonces el tiempo pasará volando. Por el contrario, si están preocupados por sus pensamientos y condición física, entonces el tiempo se hará pesado y experimentarán mucho sufrimiento. Otra dificultad que todos ustedes enfrentarán son sus expectativas de lo que podrían obtener de este retiro. Estoy seguro de que todos ustedes tienen objetivos personales y expectativas con respecto a sus prácticas. Ahora les pido que los olviden. No existen. Están aquí para practicar. Ese es su objetivo, ya lo han alcanzado. Ahora deben continuar haciéndolo realidad. Dejen sus objetivos ilusorios y expectativas con sus pensamientos del pasado y el futuro. Practicar es como trabajar por un sueldo. Si toda su atención está centrada en sus futuros sueldos, su efectividad del trabajo disminuirá. Incluso podrían ser despedidos. Asimismo, comprendan que este trabajo sólo emite cheques cuando es realizado. Por lo tanto, el tema del primer día es el de relajar sus cuerpos y mentes. Dejen su cuerpo al cojín y su mente al método. El resto se ocupará de sí mismo.

Charla del desayuno

Hay cuatro principios de las actividades de la vida cotidiana que impactan nuestra práctica. Abordaré conjuntamente los dos primeros, a saber, ser ordenado y limpio. Cuando mantenemos limpio y ordenado nuestro ambiente, éste influirá a que la mente sea menos dispersa. Un ambiente desordenado y sucio probablemente aumentará su confusión y perturbará su práctica. 

Esta es la razón por la que les pido, durante el retiro, que mantengan ordenada su área. Les pido que guarden su colchoneta al despertarse así que pareciera como si nadie hubiese estado durmiendo allí. Al sentarse, coloquen sus pertenencias personales entre su cojín y el de la siguiente persona, no enfrente ni detrás de ustedes. Cuando se levantan de la meditación, doblen su toalla con cuidado y colóquenla encima del cojín redondo, y pongan el cojín redondo en el centro del cojín cuadrado.

Al caminar, tomen la iniciativa de recoger cualquier desecho que podrían encontrar en el suelo. También deberían mantener el orden durante la hora de comer. Al terminar de comer, coloquen el cuenco sobre el plato con su cuchara o palillos a su derecha. Mantengan limpia su área. Empleen la servilleta para limpiar su cara y manos así como la mesa delante de ustedes. Laven su cuenco y plato con agua de las jarras y luego beban el agua. Sequen su cuenco y plato con la servilleta y coloquen los desechos restantes, tales como las cáscaras de fruta, en el cuenco. Si no podemos siquiera mantener limpio nuestro ambiente, ¿cómo podemos esperar purificar nuestras mentes? Un ambiente ordenado nos ayuda a serenar nuestra mente e influencia positivamente en nuestra práctica.

El tercer principio es mantenerse tranquilo. Cada momento debería manifestar tranquilidad. Cuando podamos mantener paz y suavidad en nuestro comportamiento, generaremos naturalmente el cuarto principio, la armonía, en nuestra relación con los demás. Para estar en verdadera armonía con los demás, sin embargo, en primer lugar, uno debe estar en armonía consigo mismo. Una mente armoniosa no está afligida por las contradicciones y la autocrítica. Cuando estamos en paz con nosotros mismos, naturalmente es más fácil estar en paz con los demás y con el medioambiente. Incluso en medio de la adversidad, deberíamos tratar de mantener la paz dentro de nosotros mismos y fomentar la armonía con los demás. Aquí en el retiro, tienen la oportunidad de trabajar en mantener limpio su ambiente y mantener tranquila sus mentes. Para hacerlo, enfóquense en sus mentes. Es donde empieza todo. No se preocupen por la práctica y conducta de los demás. Pongan atención a su práctica y dejen que los demás a la de ellos.

Charla de la tarde

Hay varios métodos con los que uno puede meditar en la respiración. Uno es estar atento al proceso de la respiración, es decir, estar conciente de la duración de la respiración o de los movimientos sutiles del abdomen. Estando conciente de eso, no intenten controlar el ritmo de su respiración o el movimiento de su abdomen.

Simplemente esténse concientes de la relación entre la respiración y el abdomen. La limitación de este método, aunque les haga sentirse estables y cómodos, es que es difícil el pasar más allá de este punto. Eso es el por qué de que normalmente recomendara el método de contar las respiraciones. Al contar, no se concentren en el abdomen ni en la duración de la respiración. En cambio, respiren normalmente, y cuando exhalen, enfóquense en el número uno. Mantengan su conciencia en el número uno hasta la siguiente exhalación, y luego cuenten dos. Háganlo silenciosamente hasta diez, y luego empiecen de nuevo. Al contar, los pensamientos errantes aparecerán naturalmente.

La ventaja de este método es que se darán cuenta rápidamente de su intrusión, ofreciéndoles con un eficiente recordatorio para regresar al método. Siempre y cuando se den cuenta de que han perdido la cuenta y estén siguiendo sus pensamientos errantes, vuelvan a su respiración y comiencen nuevamente por el uno. Háganlo durante todo el período que estén sentados. A veces están tan dispersos que incluso no pueden llegar a diez, o repiten un número una y otra vez, o cuentan de más. 

Si esto sucede sin mejoramiento, intenten seguir el método alternativo de contar: Primero, cuenten los números hacia atrás de 20 a 2 (Otra vez, cuenten los números con cada exhalación), y luego cuenten los números impares hacia atrás de 19 a 1. Puesto que esto necesita más concentración, este método normalmente ayuda a disminuir la dispersión. Hay tres importantes requisitos para el uso adecuado de los métodos de concentración. Primero, suelten su intelecto. Segundo, cultiven la paciencia. En otras palabras, relajen su mente y emociones. Tercero, después de acostumbrarse a la postura correcta, relajen su cuerpo. La tensión, sea física o mental, posee un efecto perjudicial en la práctica. Eso conduce a la resistencia, que a su vez provoca agotamiento; y no pueden enfocarse en su método si están agotados. El aprender a relajar su cuerpo y mente, y a dejar su cuerpo al cojín y su mente al método, es el fundamento de una práctica efectiva de meditación.