viernes, 26 de abril de 2011
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Chan y el absurdo
La esencia del Chan
Pregunta:
Los registros del Chan están llenos de ejemplos de diálogos extraños e incidentes entre maestros y discípulos. Frecuentemente esto parece tener la cualidad del ingenio absurdo o humor. ¿Cuál es el origen de esta cualidad que parece ser única del Chan, no sólo entre otras religiones, sino aún dentro del mismo Budismo?

Shi-fu:
Cuando los maestros Chan enseñan a sus discípulos, emplean métodos que son apropiados para la práctica de cada día, así como métodos que son usados solamente en situaciones especiales. Ellos no emplean regularmente los koans que los occidentales han leido cuando comenzaron a interiorizarse sobre el Chan. Estos koans que algunas veces parecen cómicos, solo fueron usados en ocasiones muy especiales. Si fuese realmente verdad que los maestros enseñan a sus discípulos de la forma en que aparece en esos libros, una persona de afuera que visitase un monasterio Chan, tendría la impresión de estar en un asilo psiquiátrico. En realidad la vida en un monasterio Chan debe ser solemne.

Probablemente no se va a ver nunca a un maestro Chan quemar la estatua de un Buda para transmitir una enseñanza. De todas formas, estos incidentes atípicos, son los que fueron registrados. La vida en un monasterio Chan es común. La vida diaria de un maestro es la misma que la de los otros monjes y monjas. Todos viven de acuerdo a un esquema estricto que no permite al maestro envolverse en diálogos con los otros miembros de la comunidad, especialmente con nuevos visitantes.

Hay momentos que se reúnen en grupo para propósito específicos. Los discípulos más antiguos se sientan frente al maestro cerca de él. Si él hace preguntas solamente aquellos con más experiencia responderán. A veces para una persona de afuera los diálogos pueden tomar un cariz humorístico. Los recién llegados suelen sentarse atrás. Si tienen experiencia o autoconfianza, pueden luego hacer preguntas, o buscar una guia directa del maestro. Los diálogos en estas circunstancias no son siempre definitivos. No siempre son resueltos con una respuesta “verdadera” o “falsa”. Si un monje responde de forma correcta y necesita más guia, el maestro le puede otorgar una entrevista. Una excepción sería hecha si el maestro percibe que el monje le responde con conceptos aprendidos de algún texto. Una entrevista privada con el maestro tiene un significado mayor que las charlas en el hall principal. En la entrevista privada, el maestro puede hacerle preguntas de un nivel más profundo. Si la mente del monje es brillante y clara, independientemente de lo que diga el maestro la respuesta deberá ser espontánea. Esto indica que la mente del monje está en sintonía con la del maestro.

El maestro puede decir que el pez nada en las montañas o que los pájaros vuelan en el mar. Pero en realidad él solamente está interesado en una cosa: determinar el nivel de comprensión del discípulo. A través de este diálogo el maestro puede encontrar oportunidades para guiar al discípulos, pero no con explicaciones. Lo hará usando lo que se llama “acción oportuna y eficaz”- algo que no puede ser explicado con palabras o descripto por imágenes. Puede usar el lenguaje o gestos para guiarlos. Si el discípulo no capta el mensaje del maestro, es invitado a abandonar la habitación inmediatamente. El maestro puede decir “todos los dharmas son reducidos a uno”. Este uno ¿a qué es reducito? El discípulo puede decir “deseo salir un poco”. ¿Cuál es la conexión entre la pregunta y la respuesta? Parece no haber ninguna. Pero el maestro puede reconocer el nivel de la experiencia del discípulo. Quizás el maestro sienta que la respuesta no se genuina. El diálogo podría continuar así ¿quién es el que desea salir un poco? El monje puede callarse o solo vaciar su vejiga sin mayores ceremonias.

Esto seguramente parece no tener sentido desde una perspectiva convencional. Si el monje parece estar fingiendo, el maestro puede golpearlo con el bastón. El discípulo ante esta actitud, puede querer detenerlo diciéndole: Antes de hacerlo, dígame por qué Ud. desea golpearme?
El maestro podría responderle : De acuerdo, no te golpearé ahora, pero me debes 30 golpes. A lo cual el discípulo puede responderle “es usted el que merece la paliza”. Toda esta conducta puede parecer inineligible a una tercera persona. Pero un maestro alerta puede inmediatamente entender lo que está suceciendo. Un maestro débil puede evitar el castigo o hacer advertencias equivocas, y así arriesgarse a ser superado por su discípulo más brillante. Pero esto no es común. Si esto sucediese, el maestro debería instruirse con su discípulo.

Pai-Chang (720-814) tuvo un discípulo que aprendió con otro maestro, pero se iluminó con él. Una vez cuando visitaba a su maestro anterior este monje lo vio leyendo sutras. En ese momento, había una abeja atrapada dentro de la casa, chocándose contra el papel que cubría la ventana. El monje dijo: Hay un amplio camino allá afuera, pero lo único que puedes hacer es golpearte contra este viejo papel. Viendo al monje que se dirigía a la abeja, el viejo maestro asumió que el comentario era dirigido a la abeja. Más tarde, el maestro se estaba bañando y le pidió al monje que lo ayudara a refregar su espalda. El monje dijo: Qué lástima, que en este hermoso templo budista no haya un Buda. Esto sorprendió al viejo maestro, que deseaba saber el significado de ese extraño comentario. El monje dijo “maestro, en el templo de Pai-Chang encontré la entrada. Ahora he vuelto a pagar la deuda que tengo con usted.”

El maestro ordenó preparar un agasajo para el monje visitante y también lo invitó a hablar en el salón principal. Otra vez, el monje dijo: Qué lástima, que en este hermoso templo budista, no haya un Buda. Cuando el viejo maestro escuchó ésto, tuvo una experiencia de Iluminación. ¿Todo esto fue para demostrar que el viejo maestro todavía no había tenido una experiencia de Iluminación? Nadie lo supo, salvo las dos personas envueltas en este diálogo. Pero nosotros podemos decir que cuando los maestros reconocen que pueden aprender de sus discípulos, ellos deben hacerlo sin necesariamente reviertir sus posiciones. Esta es otra de aquellaas historias que tienen un aspecto cómico o humorístico. El Chan es un método directo. Es imposible usar un lenguaje o descripción para mostrar el grado de claridad de nuestra propia mente. No decir o hacer nada tampoco es una solución o sea que podemos usar cualquier medio de expresión directa y espontánea que sea posible. Las palabras y las acciones son herramientas en las manos del maestro y su significado no puede deducirse del uso convencional. Frases como “está lloviendo en el Este pero el Oeste está mojado” o “el Sr. Li bebe, pero el Sr. Lo se emborracha” son fáciles de entender.

Palabras, lenguaje y concepto son todas herramientas hechas por el hombre. Si no nos apegamos al significado convencional de las palabras, no hay razón de por qué la palabra “pájaro” pudiese significar “pez” o la palabra “pez” o la palabra “pez” significa “pájaro”. Además, desde el punto de vista de la mente unificada, no hay ir y venir de las cosas, no hay distinción entre esto y aquello. ¿Cómo determinar el maestro Chan el nivel de comprensión del discípulo? Preguntando ciertas cosas y comparando las respuestas. Una pregunta simple: ¿usted ha comido ya? Puede ser resondidade de varias formas. El discípulo puede decir simplemente “si” o “nunca he sentido hambre”. Estaas son respuestas completamente diferentes y pueden indicar diferentes niveles de experiencia. Si el maestro después dice “ha lavado los platos” y el discípulo responde “sí” es realmente irrelevante si el discípulo lavó o no los platos. Es la respuesta a la pregunta que interesa. El diálogo no tiene nada que ver con lo “verdadero” o con lo “falso”.

Un día, mientras laavaba arroz, Tong-Shan (807-869) fue interrogado por su maestro: ¿estás usando agua para lavar el arroz o arroz para lavar el agua? Cuando termines ¿vas a tirar el agua o el arroz? La respuesta fue “ voy a tirar las dos cosas”. El maestro dijo: si tiras las dos, ¿qué van a comer los otros monjes? Y el monje Tung-Shan respondió: no me importa. Y se fue. Parecía que se hubiera vuelto loco pero lo que realmente significó fue el desapego que Tung-Shan había logrado de todo lo que lo rodeaba. Revela un cierto nivel de realización a pesar de no ser especialmente elevado. Este tipo de diálogo no puede ser imitado, porque surge de la circunstancia única del momento. Un maestro alerta puede sentir cuando “una acción oportuna” puede penetrar como un cuchillo en la mente del discípulo y revelar lo que tiene adentro. Esto sucede raramente en la vida de un maestro Chan. Chan es el método de la Iluminación súbita. Como tal, depende de las condiciones que se den en un cierto momento. Los maestros deben usar los métodos más directos y cualquier palabra ques esté en la punta de la lengua. No pueden depender de la lógica y la discriminación. Cuando estas formas son examinadas por gente que no está familiarizada con el método Chan pueden parecer graciosas, pero no hay ningún humor en ellas y si lo hay es superficial.

En realidad, el Chan es solemne y práctico. La verdadera práctica del Chan es la práctica de la vida diaria. La historia de Tung- Shan ocurrió durante la actividad diaria de lavar arroz. Si en su vida diaria, usted se conduce sin apegos, esto ya es práctica Chan. Los practicantes, no creen que Dios, los Budas o los Devas (deidades) existen apartados de la vida diaria. En este sentido, el Chan no es una religión formal. Es más humanista. Pero en su aspecto humano, está desapegado de lo que sucede y de lo que se siente. Es la acción pura de la vida. Una vez, un patriarca le dijo a sus discípulos: “por treinta años les he dicho cosas para engañarlos”, uno de los discípulos respondió: “usted ya se debía haver retirado hace tiempo”. Al día siguiente, el patriarca cavó un gran pozo del tamaño de su cuerpo. Llamó al monje que hizo ese comentario y le dijo “si es verdad que yo ya debía haberme retirado entonces entiérreme. Si no yo te voy a engañar”. El monje se escapó. ¿El problema fue del maestro o del monje? Esto suena a una loca historia Chan, pero hay todo un significado en esto. Dejemos que el lector lo examine.